Dice que su padre, que coleccionaba todos los premios Planeta, estaría orgulloso de ver su nombre en el lomo de uno de ellos. Eso gracias a Aquitania, la novela con la que una de las escritoras con más lectores del panorama literario actual consiguió el galardón. Más de dos años de documentación necesitó Eva García Sáenz de Urturi para crear este thriller histórico basado en la figura de Leonor de Aquitania, la única mujer que ha sido reina de Francia e Inglaterra.

El año 2020 va a pasar a la historia y su nombre va a estar ligado a él. No creo que nadie se olvide de quién ganó el Planeta...

Sí, es un año atípico, tremendo para toda la humanidad; no hay nadie a quien no le haya influido esta realidad, pero el mensaje que se dio el jueves es que el mundo de la cultura sigue, el mundo de la literatura sigue... los escritores siguen escribiendo, los lectores siguen leyendo y los editores siguen publicando. Yo estoy contenta de que el Planeta se haya celebrado y ser yo la representante de mundo de las letras en España este año me hace sentir muy orgullosa.

Ha dado vacaciones al comisario Kraken y ha elegido a Leonor de Aquitania. ¿Por qué este personaje histórico?

Tuvo una influencia enorme en el siglo XII y desde una edad muy prematura, porque con 13 años es no solo la mujer más rica de la cristiandad sino la persona más rica y con territorios que van desde Pirineos a Normandía. Aunque yo solo reflejo su historia desde los 13 a los 23 años porque no es una biografía, a lo largo de sus 82 años de vida cambió varias veces el equilibrio de poder de lo que luego es Europa y es la única persona que ha sido reina de Francia e Inglaterra. La influencia ha sido enorme en todos los ámbitos. En literatura gracias a ella tenemos el Ciclo Artúrico. Era una persona cultísima, con una inteligencia política excepcional. Era un personaje muy potente para convertirlo en protagonista de un thriller histórico.

La novela arranca cuando Leonor hereda el ducado tras morir envenenado su padre, a los 13 años. Fue una mujer avanzada que pidió la anulación de su matrimonio con Luis VII y mantuvo una relación carnal con su tío. ¿Reivindica el papel histórico de las mujeres a través de ella?

Yo creo que sí, que tenemos que hacer un poco de revisionismo histórico. Cuando veo que en los libros de historia y literatura de mis hijos el noventa y tantos por ciento de los nombres son masculinos me da mucha pena. Vamos a seguir transmitiendo que los hombres han hecho la historia, la política, y no. Que una mujer con 13 años se impusiese a reyes y papas en el siglo XII es algo inusual. Por eso es importante que las nuevas generaciones sepan que la Historia se hizo también con grandes mujeres.

Ha dicho que su novela es un homenaje a El nombre de la rosa. ¿Por qué?

Porque es un thriller, igual que El silencio de la Ciudad Blanca, en el que hay un asesinato, un culpable, una explicación... Tiene de El nombre de la rosa todo eso de venenos y contravenenos, investigaciones en abadías, plantas venenosas... Tiene mucho de homenaje al bestseller culto de calidad. Te metes en la novela y caminas y hueles la Aquitania medieval.

También la ha comparado con el estilo de Juego de tronos.

Mucho, en el sentido del maquiavelismo de las cortes, de estos cortesanos traicioneros, esas ejecuciones sumarias, asaltos a castillos, asedios, batallas... Salvo que lo que yo cuento es histórico.

Ha escrito un thriller histórico. ¿Qué aporta al género?

Creo que aporto mi voz narrativa, lo que los lectores han visto en La saga de los longevos o la trilogía. La manera de escribir esos personajes que hace que los lectores se queden con ellos años después de leerlos. Hay personajes que el lector va a abrazar enseguida.

La Trilogía de la Ciudad Blanca tiene más de un millón de lectores y ha sido traducida a más de quince idiomas. ¿Hará de Aquitania una nueva trilogía?

No, no me lo he planteado ni quisiera, porque me ha llevado dos años y cuatro meses de mucha documentación y planificación. Tenía que estar muy bien hilada por lo que tiene de mestiza entre dos géneros. Este año va a ser para tomar un descanso creativo. Es cierto que esto de la pandemia nos ha recolocado y obligado a cambiar nuestra perspectiva vital. No sé qué me va a apetecer contar cuando esto pase. Entiendo, anticipándome a los hechos, que dentro de un año todos seremos personas muy diferentes.

Después de la experiencia con El silencio de la Ciudad Blanca, que hizo película Daniel Calparsoro, ¿ve Aquitania en el cine?

Más que en el cine sí que lo vería como serie porque necesita mucho metraje. Pasa lo mismo que con El silencio de la Ciudad Blanca, tienen muchas capas de lectura. Eso no se reflejó en la película y muchos lectores se decepcionaron. No quiero que suceda lo mismo con Aquitania. Si se hiciese algo audiovisual tendría que reflejar eso porque, si no, sería una historia sesgada.

Fue muy activa en redes durante el confinamiento. En general, la cultura fue muy solidaria. ¿Cree que tenemos una deuda social con el sector?

Yo sí lo pienso. Creo que ha sido muy importante la función que ha tenido cualquier segmento del mundo de cultura porque hace de evasión, nos enseña, nos educa, nos da perspectiva, nos hace más empáticos. Es la base de cualquier país que pretenda estar un poco en el siglo XXI. Ahora no debería estar tan desprotegida. Se necesitan ayudas reales, que las autoridades estén presentes. Al final, seremos los escritores, los lectores y los libreros los que sigamos tirando de nuestro sector.

¿Cree usted que esta pandemia dará mucho juego a nivel literario?

Yo creo que va a haber literatura de la emoción, es decir, se publicarán escritos realizados en pleno confinamiento y también habrá literatura desde la reflexión con el paso de cinco o diez años, con la perspectiva de cómo acaba esto y hasta qué punto se vuelve al mundo que conocemos. Con esa perspectiva, la literatura nos explicará qué ha pasado ahora y cómo nos hemos comportado como sociedad. Habrá alguna buena novela revisionista, el efecto Patria, que años después nos explica lo que pasó desde dentro.