De forma imprevista, la Gira de Reconstrucción de la Tauromaquia hacía una nueva escala en la provincia de Málaga. Ante el cierre perimetral de la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, donde inicialmente estaban previstos tres festejos para este fin de semana, la plaza de toros de Estepona 'hacía el quite' y volvía a abrir sus puertas.

Mucho ha cambiado todo desde que el 1 de agosto, cuando ya habíamos superado la primera ola de la pandemia, se celebraba en este mismo lugar el retorno de la Fiesta tras el confinamiento con la triunfal reaparición de Salvador Vega. Ahora, con la amenaza de nuevas restricciones ante el avance de los contagios, la ilusión de entonces se tornaba en resistencia.

La premura en la organización de estos festejos, que cuentan como gran aliciente la presencia mañana de Fortes en el cartel vespertino junto a Daniel Luque (por la mañana habrá una corrida de rejones con Andy Cartagena y Sergio Galán), se tradujo en una pobre entrada y un ambiente desangelado en el primer paseíllo que realizaban este sábado Morenito de Aranda (sustituto a su vez del inicialmente anunciado David Mora) y Emilio de Justo.

En los corrales aguardaban cuatro astados de la ganadería de La Quinta, bien presentados, y con un juego muy interesante dentro de sus matices. Entre todos estos 'santacolomas', destacaba el tercero. El segundo del lote de Morenito de Aranda fue un astado importante, cuyo buen son ya le permitía lucirse con el capote al diestro burgalés. Pronto dejó claro que no iba a poner las cosas sencillas, y obligó a emplearse a fondo a los banderilleros. Ya con la muleta, se ratificó que era un animal exigente. Lo mejor es que era agradecido cuando se le hacían las cosas bien, lo que le permitía ligar con calidad en redondo. Prosiguió al natural en una faena meritoria por su colocación y oficio. La estocada fue la rúbrica para pasear las dos orejas y compartir la gloria con su oponente, 'Peluquín' de nombre, y premiado con la vuelta al ruedo.

Con un registro muy diferente, en el que abría plaza pudimos ver al Morenito más artista; componiendo muy bien ante un toro que salía con la cara suelta y deslucía las series. Tendía a quedarse corto, pero el espada supo darle su tiempo hasta lograr sacarle algún derechazo suelto con templanza. La presencia de este torero, poco habitual en plazas del sur, resultó muy gratificante en tierras malagueñas por ofrecer un concepto elegante que puede resultar del gusto de los aficionados. Un toque de atención para empresarios y públicos de cara a la ansiada normalidad.

Menos novedad suponía la presencia de Emilio de Justo, diestro que esta misma campaña ratificaba su triunfo del año anterior en Fuengirola, y que ha sido uno de los toreros que más se han prodigado en esta atípica temporada. Por eso no sorprendió su templado recibo capotero al segundo de la tarde, rematado con una gran media. Una excelente carta de presentación que, unido a una buena pelea en varas, hizo despertar esperanzas. Lamentablemente, el de La Quinta enseguida fue a menos, hasta quedar en nada. Con eso, simplemente pudo dejar el extremeño atisbos de su ya conocida calidad, dejando una gran estocada que era premiada con una oreja.

Echaba la cara arriba el que cerraba plaza, pero a base de conseguir que nunca le tocara el engaño, consiguió sacarle muletazos largos y con los riñones encajados. Todo a media altura, para que no perdiera las manos, le supo tocar las teclas en una faena que siempre fue a más y que por ambos pitones lograba cautivar a los espectadores. Sin ayuda, lanceaba en la tanda final por ambos pitones, totalmente entregado en cuerpo y alma a su obra. Pese a la petición de indulto, no quiso especular y, con honestidad, se tiraba a matar con determinación. Lamentablemente, pese a marcar arriba en hasta tres ocasiones, la espada que antes le había dado un trofeo, ahora le quitó un triunfo importante. Lo mejor de todo es que a todos los espectadores, tanto los que estuvieron presentes en el coso esteponero como los que lo siguieron por televisión, se les hizo corta la corrida. Mañana más, y por partida doble.