El toreo es una fuente de inspiración innegable para otras artes. Pintura, literatura o música han bebido históricamente de su esencia para desarrollar nuevas obras maestras. Y como un arte vivo, sigue haciéndolo. En la última corrida de la Gira de Reconstrucción de la Tauromaquia celebrada en Estepona, las tablas del coso se ilustraban con pinturas del artista Juan Sierra, y las puertas reproducían citas de grandes autores como José Bergamín o Federico García Lorca. En el ámbito musical, se estrenaba un pasodoble compuesto por José Alberto Francés. Su título: ‘Jiménez Fortes, más que valor’.

Compartimos con el músico el titular de esta crónica, como reflejo a lo que el diestro malagueño representa para la Fiesta actualmente. Sin duda, se trata de un personaje fundamental para que la reconstrucción de la tauromaquia sea efectiva, por sus cualidades y compromiso. En la tarde de este sábado, ante reses de Montalvo, pudimos ser partícipes de la evolución constante por la que discurre la carrera de Fortes.

Más que valor, sin duda. Es pureza. Así lo ratificaba ayer en primer lugar ante un astado de Montalvo que no se lo puso fácil de salida al apretar a tablas, pero ante el que no se arrugó y le arrancó verónicas con buen trazo. Tras brindar al respetable, realizaba un inicio de faena muy torero, con una rodilla en tierra al pasarse al animal por ambas manos. Era un toro con poca fuerza, pero con calidad en sus embestidas, lo que le permitió torear con despaciosidad y suavidad. Fue al acortar distancias cuando se mostró mucho más cómodo, en una exhibición de quietud, abundando en circulares y tirándose a matar con determinación para enterrar el estoque y pasear un apéndice.

Recibía Saúl Jiménez Fortes al cuarto y último de la tarde con un capote pintado por el propio Juan Sierra con un gran ojo y el lema ‘todo lo que puedas imaginar es real’. Sin trampa ni cartón. Y tras brindar a sus apoderados José Antonio Carretero (que le acompañaba como subalterno) y José Luis de los Reyes, se doblaba por bajo en el inicio de una faena que tuvo su complejidad al no entregarse el burel a los cites del matador. Tocó tirar de firmeza, tanto que el toro se sintió tan podido que emprendió la huida. Le obligó el torero a seguir en la lucha, jugándosela con frialdad, hasta ratificar su imposición en un alarde que supo ser valorado por el respetable. Nuevamente certero con el acero, sumaba una nueva oreja que le ratificaba como triunfador de la tarde.

Gran dimensión, sin poder redondear una gran actuación, pudo ofrecer durante toda la tarde Daniel Luque, que abría el cartel. Le correspondieron dos astados deslucidos, ante los que brilló muy por encima de las posibilidades que a priori ofrecían. Dejó un bonito recibo capotero al que abría plaza, un toro desentendido que salía con la cara suelta, y ante el que costó ligar las series. Poco a poco fue intentando encelarlo, pero los claros signos de mansedumbre deslucían el conjunto. Supo escoger los terrenos donde más le podía ayudar para sacar tandas cortas pero con gusto sobre todo por el pitón derecho. En cualquier caso, la gelidez del ambiente y la sosería del animal se convirtieron en obstáculos insalvables para lograr la faena soñada.

El segundo de su lote fue también un animal con poca clase, pero con el don de la movilidad. Con todo, resultó meritorio todo lo que le realizaba el diestro sevillano, porque su oponente resultaba rebrincado y hacía amagos de querer irse. Le hizo las cosas bien, pero ni aún así consiguió retenerle. Su claridad de ideas quedó patente, y resultaba premiada con una oreja. Justo reconocimiento a una tarde de madurez.

Matinal de rejones

Por la mañana se había celebrado en ese mismo coso esteponero otro festejo taurino, concretamente una entretenida corrida de rejones que se saldaba con el triunfo de Andy Cartagena y Sergio Galán, que cortaban tres y dos orejas respectivamente ante un noble encierro de Fermín Bohórquez.

Inicialmente, estaba previsto que la próxima parada de la Gira de Reconstrucción de la Tauromaquia tuviera lugar también en nuestra provincia, concretamente en la plaza de toros de Fuengirola, con tres novilladas para los días 13, 14 y 15 de noviembre. Las nuevas medidas de control de la pandemia anunciadas por la Junta de Andalucía ponen en el aire la celebración de estos eventos.