Orquesta Filarmónica de MálagaSolistas:

José María Gallardo del Rey, guitarra y Rocío Bazán, cantaora. Dirección: José María Moreno.

Programa: Canciones y danzas para Dulcinea (suite), de A. García Abril; Concierto de Aranjuez, de J. Rodrigo y El amor Brujo (versión 1915), de M. de Falla.

Lugar: Teatro Cervantes

Pese a las restricciones impuestas por el gobierno autonómico y la firme convicción de la Filarmónica de Málaga por mantener su temporada de conciertos, los nuevos horarios matinales en el fin de semana apetecen una interesante solución a considerar en el futuro cuando la pesadilla toque a su fin. Mientras tanto, el cuarto programa de abono de la OFM tuvo como protagonista en los atriles la escuela española de música representada por tres nombres imprescindibles del repertorio: Joaquín Rodrígo, Manuel de Falla y uno de los grandes compositores vivos de mayor proyección internacional como es Antón García Abril. De fondo, uno de los grandes mitos occidentales, Don Quijote, la apoteosis de la guitarra española y la gitanería imaginada por el feliz encuentro entre María de Lejárraga y Falla.

Nuevamente la batuta de José María Moreno, titular de la OFM, capitaneó a los profesores del conjunto destilando una dirección medida, generosa en las dinámicas gracias a la percepción innata del ritmo que posee, la importancia que otorga a elementos como la articulación o el pulido de la emisión y que hacen de cada encuentro una nueva perspectiva del repertorio y precisamente este último encuentro con la escuela española, tan comprometido y dado a la impostación a las que son sometidas las obras plagadas de grandilocuencias o lecturas sencillamente inexpresivas.

La suite orquestal de las 'Canciones y danzas para Dulcinea' de A. García-Abril inauguraron la retrospectiva propuesta por la OFM. Partitura fechada en los noventa del siglo pasado que en esencia evoca una serie de paisajes con figuras nocturnos dominados por el genio cervantino. Precisamente esta idea de ensoñación dominó toda la lectura especialmente en los números centrales gracias a los tempos poco animados frente a la vitalidad contenida de los extremos y especialmente el decidido carácter tonal de vocación melódica que recorre la partitura.

Firmado en el París del treinta y nueve el 'Concierto de Aranjuez' es sin duda la página concertante más universal escrita para la guitarra española. José María Gallardo fue el solista invitado por la Filarmónica para esta no enésima interpretación de la obra si se considera la perspectiva serena que dominó toda la lectura. Y lo fue porque en manos de Gallardo los tornasoles de su instrumento parecen atesorar todas las diferencias de la piel de toro y que sin embargo nos identifican como pueblo. Del allegro recitado inicial, el adagio central deambuló por una línea musical suspendida para desembocar en el brillante allegro de cierre de lo que fue una versión de absoluta referencia.

Rocio Bazán sería la segunda solista de este emocionante programa encarnando a Candelas, protagonista de 'El Amor Brujo' de Falla. En la artista malagueña se unen el cante, la danza, la recitación y una especial inclinación actoral que maridó con los ambiciosos presupuestos planteados por el maestro Moreno. Bazan y Moreno con un par de recursos lumínicos lograrían construir una versión sólida gracias también a unos atriles inspirados a lo largo de todo el concierto.