Tenemos la mala costumbre -y suerte-, de no poseer la capacidad suficiente para valorar las cosas buenas que se hacen a nuestro alrededor. Sin embargo, si el proyecto en cuestión procede del quinto pino, llevará ya nuestras bendiciones sin ni siquiera saber si es bueno.

Cosa similar sucede si, quienes promueven el proyecto, son personas lejanas, poco cercanas o similares a nosotros mismos. No gusta las cosas que hacen nuestros semejantes de igual manera que aquéllas que salen de gente inalcanzable, irreales, salidas de nebulosas de la mercadotécnica.

Aún así, son muchos los valientes en nuestra tierra que emprenden, sin miedo al fracaso, con los proyectos meridianamente claros y con una hoja de ruta donde los suyos, siempre están presentes.

Caso este el de la gente de Bumpers. Cinco malagueños, jóvenes, que decidieron crear una firma de ropa con un estilo definido y para un público singular. Hasta ahí, la cosa va bien y podría encuadrarse dentro del proyecto que muchos -entre los que me incluyo- hemos tenido alguna vez.

El caso de Juanmi, Fran, Gonzalo, Víctor y Nacho es fácilmente estudiable en cualquier escuela de negocios. Chavales de una clase social definida que decide sacar adelante un proyecto llamativo de moda. Se trabajan el entorno, analizan su público objetivo y consiguen acertar. Da igual si el objetivo son raperos, canis o pijos. La cuestión es que, si lo haces de manera honesta e inteligente, acabas dando en el clavo.

Y así ha sido. Bumpers es, hoy en día, una de las firmas de ropa andaluzas más emergentes y cuentan con el respaldo de algunas instituciones relevantes como es el caso de AJE en Málaga. El negocio va bien. Y de vez en cuando salen píldoras curiosas que sirven de termómetro para entender que el camino que llevan es el correcto. Si ir más lejos, hace poco aparecía el propio Rey de España -el de los elefantes no, el otro-, llevando una de sus genuinas Guayaberas.

Pero, quedándonos con lo contado hasta ahora, podría ser un caso entre los muchos que se suceden en el ámbito empresarial. Hasta que te topas con la realidad. Con el trasfondo de esta gente que, además de sacar adelante una empresa y emprender, ahondan en el ámbito social desde el minuto cero.

Los de Bumpers tienen una filosofía curiosa y envidiable y es que, desde su nacimiento, tuvieron clara la necesidad de compartir y proyectar parte de su esfuerzo en el compromiso con los demás.

Algo que suena a ambiguo pero que, personalmente, he podido comprobar y entender de manera pluscuamperfecta.

Bumpers lleva a cabo proyectos solidarios en diferentes ámbitos de la sociedad y colabora con diversas entidades que trabajan diariamente por el bien común, poniendo el foco en los más desfavorecidos económica y socialmente.

Y es ahí donde comprendes que, a gente así, siempre le debe ir bien.

¿Cómo es posible que una empresa que lleva poco más de un año en marcha ponga tanto empeño en la ayuda a los demás? ¿Hay truco? Sí. Y se llama honradez. Y es que no hablamos de cinco niños ricos de los que aparecen en reportajes de dominicales viajando en un jet privado. No son los Aznar Botella. No son Agag. Son gente normal que entiende, como lo hizo Banderas con su Teatro del Soho CaixaBank, que un hombre sin raíces no es nada. Y siempre merecerá la pena si crezco de la mano de mi entorno, ayudándolo en todo lo que puedo.

Empezaron definiendo claramente cuál sería el origen de su ropa. Y son de las pocas firmas que fabrican sus prendas en España. Pero es que hay más, porque lo hacen en Andalucía. A cuarenta minutos de calle Larios. Y el empleo se genera aquí. Y aquí se quedan los beneficios.

¿A mí de qué me sirve que Scalpers haga campañas TOP poniedo la cara del que fuera su socio -el sevillanísimo Duque de Feria- pero fabricando las prendas en Asia mientras tu gente la pasa canutas?

Hay que ser honestos. Y la gente de Bumpers lo es, teniendo sus proveedores en Málaga o Granada pero también llenando sus coches de alimentos comprados con una venta de prendas realizada expresamente para poder ayudar a los demás.

¿Llegarán lejos? Ya lo hacen. ¿Merecerá la pena? Ya la merece. Pero lo que mejor saben proyectar es que hay generaciones futuras -que ya son presente- y que merecen el mayor de los reconocimientos por ser única y exclusivamente gente normal. NORMAL. Sin tonterías, con los pies en el suelo y sobre todo siendo conscientes de que uno es uno y sus circunstancias. Y en el caso de esta empresa malagueña han sabido poner desde el principio el sello en Málaga, Andalucía y su gente. Incluyendo ahí a los que peor lo pasan.

Por eso les han dado un aplauso desde el Comedor Santo Domingo, La Fundación Andrés Olivares o la del Málaga Club de Fútbol con su Málaga genuine.

Se puede desarrollar una marca de guayaberas y camisas estupendas con un estilo perfectamente definido mientras te partes el lomo por ayudar a los demás.

Ahora han felicitado la Navidad. Y han lanzado un mensaje sobre la familia, la importancia de estar unidos y preocuparnos por los nuestros en un spot estupendo. Podrían haber felicitado las fiestas con una foto de un chaval con el flequillito recién salido de El Paraguas. Pero no ha sido el caso. Quizá por eso, cada vez más, triunfe la generación Bumpers.

Viva Málaga.