Fernando Portolés es un malagueño con acento de Madrid, pues pasó parte de su infancia cerca de calle Carretería y aunque ahora esté afincado en la capital, tenía claro que una de sus historias iba a ser un homenaje a la tierra que lo vio nacer; y así ha sido con la novela 'Los dedos en Tokio'.

Con esta historia urbana contemporánea Portolés debuta en la novela y la ilusión, según cuenta a Europa Press, es doble, ya que es la primera que escribe y ha sido publicada, yendo ya por la segunda edición.

'Los dedos en Tokio' cuenta cómo las vidas de Nazaret, una malagueña llena de vitalidad, y Max, sumido en una monotonía gris en Madrid, se unen en la Málaga de los años 70 para iniciar un viaje que les llevará a Nueva York.

Para su autor, la necesidad de ubicar parte de la trama en la ciudad malagueña viene como un homenaje a su infancia, a su familia --donde siguen residiendo-- y a una ciudad "que considero mía", reconoce.

Portolés se crió en la casa de su abuela, jugaba en calle Carretería, y se recuerda en los Baños del Carmen, rodeando la Catedral o en la playa con los vendedores de uva moscatel de fondo. Todos estos enclaves, "parte de mis vivencias y muchos de mis recuerdos" aparecen en 'Los dedos en Tokio' a través de su protagonista.

Además de algunas de sus propias anécdotas, esta obra se empapa de hechos históricos de Málaga, de la inédita nevada de los años 50 o las graves inundaciones que ha sufrido la ciudad. Sin embargo, la historia se mezcla con la ficción, muy relacionada con el título de su obra, en el que no ha querido profundizar. "Es parte del gancho que produce la obra, muchos me preguntan, pero yo dejo que lo descubra el lector".

La novela de Fernando Portolés se presentó el pasado 21 de noviembre en Madrid, en el Espacio Cultural Nanai, con "una gran respuesta por parte del público", cuenta. El libro ha llegado ya a América, pero no será hasta el 15 de enero cuando Portolés regrese a su Málaga natal para presentarla en la librería Proteo, con una firma de ejemplares de 18.00 a 20.00 horas. Es aquí donde el autor se llena de ilusión, esperanzado en que la acogida sea buena y el público disfrute de su personal vinculación con Málaga.

Portolés, dedicado al marketing, se ha interesado desde siempre por la escritura, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha propuesto adentrarse en el mundo de la novela, del que parece no querer salir, pues ya está trabajando en una segunda parte de 'Los dedos en Tokio' que, aunque tiene un final cerrado, "los personajes invitaban a continuar sus historias". Esta segunda obra prevé ver la luz en las próximas navidades, aunque en estas su "ilusión" es traer a Málaga esta historia y revivir su sentido de pertenencia en esta ciudad.