Quedan dos semanas para que el Museo Picasso de Málaga inaugure la exposición que descubrirá al público a un Miquel Barceló distinto por la nueva paleta cromática que emplea y su inmersión aún más profunda en toda una imaginería fantástica «que probablemente proviene de sus últimos trabajos para ilustrar La divina comedia de Dante, Fausto de Goethe o La transformación de Kafka», explica a este periódico el comisario de la muestra, el también mallorquín Enrique Juncosa. «Lo que se expone es todo nuevo. El proyecto se divide en grupos de acuarelas que realizó en viajes a Tailandia y la India, hay cerámica, cuadernos y también pintura», enumera. Cinco años de trabajo en los que «el pintor ha experimentado con colores nuevos porque ha cambiado la marca de pintura que habitualmente empleaba», advierte el comisario. Un accidente que ha vuelto a provocar en Barceló la experimentación con colores más vivos, «antes eran más terrosos».

La aparición de personajes fantásticos, que hacen guiños a los bestiarios, es otra de las constantes en esta última etapa del felanitxer. «Hay personajes que se convierten en gambas, otros en plantas, es algo que surge de haberse adentrado en el mundo de la ilustración», sostiene Juncosa, quien añade que también hay pinturas: algunas de toros y otras de plenilunios desconocidas para el espectador.

«Iba a haber unos bronces pero a causa de la pandemia no ha sido posible hacerlos», comenta el comisario de una exposición que tenía que haberse inaugurado antes del verano pero la covid lo impidió. «Algunas de las acuarelas iban a ser inéditas pero finalmente no lo son porque ya han salido publicadas en el volumen La transformación de Galaxia Gutenberg», advierte. No en balde, la exposición del Picasso lleva como título 'Miquel Barceló. Metamorfosis'. La muestra tenía que haber sido el plato fuerte de la agenda veraniega de la pinacoteca del Palacio de Buenavista pero tuvo que aplazarse por la irrupción de la pandemia del coronavirus.