Música

Tirpa: la superación de un joven «gallo»

«Estar en la FMS me permite pagarme mi universidad y que mi madre no pase fatiguitas», dice

El malagueño Tirpa, en plena batalla de gallos.

El malagueño Tirpa, en plena batalla de gallos. / L. O.

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Se llama Damián Marín pero todos lo conocen como Tirpa, uno de los freestylers españoles con mayor proyección: acaba de debutar en la FMS, la Freestylers Masters Series, la liga nacional en la que los más avezados palabreros se juegan los cuartos. Primer gran espaldarazo para un chico malagueño que, desde luego, no lo ha tenido fácil en la vida a sus 22 años.

Su padre, albañil de profesión y cantaor de flamenco por devoción, falleció mientras Damián luchaba por el ascenso a la liga de ligas: «Estábamos sin dinero en casa y fue muy duro. Tan solo teníamos una paga de viudez de mi madre y no llegaba ni a 700 euros para toda la familia», ha recordado en una entrevista con Playz. «Tenía que hacer autostop para poder llegar a las grandes ciudades y competir en los eventos más importantes. El ascenso a FMS fue duro porque el poco dinero que tenía me lo gastaba en ir a la Red Bull, a la BDM, etc, y todo esto sin saber si iba a lograr el objetivo de ascender a la FMS. No sabía si estaba mereciendo la pena».

Ahora es uno de los 10 freestylers del momento en nuestro país, y se nota en su vida. «El estar en la liga me ha permitido pagarme mi universidad y mi carrera de Enfermería sin pasar fatiguitas en casa y que mi madre tenga que estar preocupada por ello, y algo que me hace muy feliz es poder ayudar económicamente en casa si falta alguna cosa», asegura Tirpa, quien recuerda: «Cuando llego a casa después de cada jornada en FMS, siempre me encuentro a mi madre con el YouTube puesto viendo mis batallas. Antes no le gustaba y ahora es mi mayor fan». Damián se aleja de muchos estereotipos de los raperos: «Para mí es más calle y mas real una persona fregando escaleras para que su familia salga adelante que un palomo hablando en temas de que mueve mucha droga y de que es el Tony Montana de su barrio. Lo real está en los valores, la humildad y lo que demuestra la persona, lo demás es paja y apariencias», asegura. Y lo demuestra en sus improvisaciones y rimas, en las que, como en su vida, busca la superación personal a golpe de corazón.