El «todo irá bien» de Javi Calleja

El creador de Álora, respetadísimo en Japón, vuelve a algunas de las constantes estilísticas de su primera etapa para unas obras que nos piden que afrontemos estos duros momentos con aceptación y espíritu de superación

Dos de las piezas de la nueva exposición madrileña de Javier Calleja

Dos de las piezas de la nueva exposición madrileña de Javier Calleja / Javier Calleja

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Iba para deportista pero a los 25 años Javier Calleja, al que siempre se le dio bien el dibujo, decidió que lo suyo de verdad era el arte. Ahora es uno de los creadores españoles más cotizados fuera de nuestras fronteras, especialmente en Japón (hace unas semanas una delegación nipona de la casa de subastas Christie’s remató una de sus obras por 425.000 euros), donde su visión de la vida, lúdica, pop, vitalista y luminosa, tiene muchísimos fans. Ahora, el malagueño regresa a sus orígenes, a una de las primeras galerías en las que expuso, la madrileña Rafael Pérez Hernando, y con una colección, Si yo te contara..., en la que recupera sus primeras sensaciones artísticas y, sobre todo, ese menos es más que identificó su producción de entonces. Se trata de mirar hacia atrás para coger impulso en estos tiempos pandémicos marcados por la incertidumbre. La cita, del 25 de febrero al 24 de abril.

La nueva muestra en la capital de Calleja (la primera en cinco años allí) se compone de nuevos dibujos sobre papel y dos pinturas de gran formato sobre lienzo, presentados en una instalación minimalista, en la que cada obra está iluminada de manera individual por una lámpara diseñada por Davide Groppi, poniendo el acento en la pieza aislada y creando una micropresentación en torno a cada obra.

El «todo irá bien» de Javi Calleja | JAVIER CALLEJA / ARTURO COMAS

El «todo irá bien» de Javi Calleja | JAVIER CALLEJA / ARTURO COMAS / víctor a gómez. málaga

Para esta serie de dibujos, Calleja, siempre tan afín a cierto informalismo, ha vuelto a usar páginas arrancadas de libros y papeles encontrados, y ha recuperado algunos de los elementos de su producción anterior, poniéndonos en diálogo con su visión actual. Destacan unos tonos más intensos y chispeantes de lo habitual en su producción y una concepción más realista de los personajes ideados. Y, muy especilamente, los mensajes de las camisetas de sus hijos, que captan a la perfección la temperatura anímica de estos tiempos marcados por la Covid-19: Let’s See (Vamos a ver), Delicate Issue (Cuestión delicada), And? (¿Y?), The Only Way Is Up (El único camino es hacia arriba) y Everything Is Going To Be OK (Todo irá bien) son alusiones directas por parte del artista malagueño a unos días, los actuales, que debemos afrontar, dice, desde la aceptación, la anticipación y las ganas de superación. Y todo a través de los ojos, infinitos y de enormes pupilas, de las criaturas de Calleja nos piden o cuestionan, nos interrogan o ruegan.

Ingenuidad singular

Javier Calleja (Álora, 1971) dice ser de «la generación que se crió con series japonesas como Mazinger Z»: «Mi inspiración viene de ahí y de los tebeos de Mortadelo y Filemón o Rompetechos». Eso explica la ingenuidad singular de su corpus artístico; singular porque las formas suaves de sus personajes aniñados esconden cargas de profundidad a los actuales modos de la sociedad contemporánea.

Quizás por ello Calleja dice haber empleado muy provechosamente el confinamiento, pero más que desde el punto de vista artístico desde el lado humano, como una especie de punto y seguida para tomar aire. Ha sido una especie de parada y fonda que cristaliza ahora en Si yo te contara...