José Carlos Cuevas se prepara para el estreno de 'La vengadora de las mujeres' el próximo 2 de marzo

La pieza dirigida por José Carlos Cuevas para Factoría Echegaray, La vengadora de las mujeres, recrea un juicio al patriarcado del pasado y del presente escrito por Elena M. Sánchez. La obra enlaza personajes y situaciones de nuestro Siglo de Oro y se embarca en diferentes procesos contemporáneos sobre abusos sexuales adaptados al verso.

Cuevas, su ayudante de dirección, Lorena Roncero, y su elenco, formado por Virginia de Morata, Juan Antonio Hidalgo y Ángela Chica, están en la última semana de ensayos ya sobre las tablas del Echegaray, que verá nacer esta obra llena de cuestionamientos y reflexiones en la que los testimonios del siglo XVII se reflejan en los del XXI. El director asegura que los ensayos se han desarrollado como habitualmente salvo que están utilizando las mascarillas y respetando las medidas de seguridad. Además, reconoce que estaban angustiados por si no iba a ser posible estrenar la pieza debido a las restricciones que se venían desarrollando.

El teatro acogerá doce funciones de martes a sábado hasta el día 13 de marzo y las entradas están ya disponibles por 15 euros con oferta del 2x1 en todas las funciones. Es tanto el interés que ha causado que incluso se ha programado un pase en el Mes del Teatro de Torremolinos (27 de marzo en el Auditorio Municipal) y hay otras fechas cerradas y a punto de anunciarse en otras plazas.

La idea del propio director surgió de la obra homónima de Lope de Vega para convertirla en una pieza de plena contemporaneidad combinada con el feminismo y la igualdad de género. Elena M. Sánchez, por su parte, ha creado el guion a través de actas reales de casos actuales transcritas a verso. Estas han sido unidas en un estilo 'verbatim' del Siglo de Oro con fragmentos de obras teatrales de Lope, Calderón o Rojas Zorrilla.

Las expectativas de José Carlos Cuevas son claras: "No pretendemos crear una obra panfletoria sino meramente invitar a hacer una reflexión individual para que además podamos seguir avanzando como sociedad en romper ese muro que es el patriarcado".

En cuanto a la escenografía, de Víctor González, profundiza en la idea de la pieza reflejándose en un muro de imponentes dimensiones que simboliza el patriarcado inquebrantable, a lo que se suman también la música de Nacho Doña y las coplas que suenan en ella ('Y sin embargo te quiero', 'Limosna de amores'). El vestuario, de Isabel Alba, viste anacrónicamente, con reminiscencias del Siglo de Oro y de la contemporaneidad, a diferentes figuras femeninas que han sufrido violación. Y por último, la iluminación queda a cargo de Pablo Lomba.