Tribuna

La cultura es esencial y segura... cuando se quiere

A propósito del aplazamiento de las funciones de 'El barbero de Sevilla'

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Qué difícil resulta demostrar que la cultura es esencial y segura cuando se topa con unos políticos a los que no les interesa lo más mínimo. Sí, sabemos que en esta situación todo es cambiante, que hay que adaptarse a unas estadísticas en continuo zig-zag, pero convendría establecer unos mínimos para no caer en situaciones ridículas, lamentables como ésta: un gerente de un teatro se ve obligado a interrumpir los ensayos de una ópera, a diez días de su estreno, porque los dirigentes políticos han decidido que ahora no toca, que lo más que puede acoger un teatro con unas 1.100 butacas es a 150 espectadores. Hala, ahora a pagar los ensayos que ya no servirán para nada, a destruir la ilusión de los melómanos y confiar en su comprensión, a pretender que la cultura va más allá de eslóganes para quienes gestionan nuestra sociedad.

Qué coincidencia: el Teatro Real estrenó ayer 'Peter Grimes' tras una lucha titánica contra el coronavirus, del que se contagiaron una veintena de artistas durante los ensayos. Para levantar la ópera de Britten en Madrid se invirtieron 241.000 euros en casi 5.000 test, se realizó un cribado masivo y una labor de rastreo, tareas gracias a las que, por fin, ayer sí que se pudo demostrar que la cultura es esencial y segura, pero sólo cuando se quiere de verdad.

¿De qué nos sirve que Juanma Moreno, el presidente de la Junta de Andalucía, pidiera al Gobierno de Pedro Sánchez en octubre pasado la declaración de la cultura como bien esencial si su gestión supone tumbar una ópera medio ensayada, a diez días de su estreno por un criterio numérico abracadabrantemente absurdo? Si consideras algo de verdad esencial luchas por ello porque las cosas esenciales son, fundamentalmente, derechos. Los malagueños tenían (tienen) derecho a disfrutar de 'El barbero de Sevilla' (recordemos: en un teatro municipal, sufragado por todos nosotros), y se les ha privado de ello sin que haya una situación higiénico-sanitaria que exija una preocupación más extrema que la de estos últimos tiempos (recordemos: la tasa de incidencia de Málaga es la más baja de toda la comunidad). Si no consideras esencial la cultura (oiga, que me parecería muy bien: cada uno con sus cadaunadas) pues no sometes a un sector a estos vaivenes ridículos, peligrosos y desesperanzadores: directamente obligas a bajar el telón y a esperar tiempos mejores. ¿Una ópera para 150 espectadores? Es un insulto absoluto. ¿Que 'El barbero de Sevilla' es la ópera bufa de las óperas bufas? Muy a mi pesar, me parece que no.