Entrevista | Josele Santiago Músico

«Nosotros no hacemos soflamas dentro de las canciones; el arte está por encima de eso»

El madrileño regresa a Málaga dentro del programa que el ciclo Entrance, del Centro Cultural MVA, ha preparado para el MaF, el aperitivo del inminente Festival de Málaga. Le acompañará David Krahe (Los Coronas) y en formato acústico, para repasar algunos de los mejores temas de su carrera en solitario y con Los Enemigos

Josele Santiago.

Josele Santiago. / L. O.

Ángel H. Sopena

Los Enemigos regresaron con nuevos bríos para vivir una segunda juventud de la mano de uno de sus mejores discos, Bestieza (2020). Hacían falta guitarras. Justo la semana en la que se decretó el confinamiento, el nuevo disco de la legendaria banda madrileña fue el más vendido en España. Adiós gira, adiós ventas. Pero lo encajaron con deportividad, fieles a su espíritu de supervivencia.

Lo que está claro es que los que vivimos hoy día son tiempos bestias, y quizá por eso, para contrarrestar, haga falta bestieza (palabra que procede del catalán bestiesa y que hace referencia a «la cualidad de gente que actúa de manera irracional o con falta de sensatez»). Los Enemigos, con el cuchillo en la boca, están listos para salir a defender en vivo el nuevo álbum, aunque de momento es Josele Santiago, acompañado por David Krahe (de Los Coronas, y nueva incorporación al grupo tras la salida de Manolo Benítez), quien le acompaña en su visita al MaF. Resultará especial sentirlos al desnudo, revisando semejante cancionero. Porque, la verdad, músicos como Josele Santiago hay pocos.

Tal como están las cosas, Josele, habrá que mirar el lado positivo, que cantaban los Monty Python. Pero, ¿cuál es?

Que no hemos cogido el virus ninguno, y ya con eso te puedes dar con un taladro en los dientes. No está la cosa pa’ quejarse... Y menos yo. Con David he ido apañando acústicos, y tal y como está el patio, es para darse por bendecidos. Estamos muy bien, la verdad.

Pero lo suyo fue una faena, como alguien que juega a la lotería, le toca, y luego pierde el billete.

Sí, chico, pero así es la vida. Imagínate: «Oye, que es número uno», «¿Cómo que es número uno? De rock, en Madrid?», «¡No, no! Así, en general!», «¡No jodas! ¡Esto va a ser la leche!». Y a los dos días se canceló todo. Y lo que todos sabemos: ambulancias p’arriba, ambulancias p’abajo. Un horror. Lo último en lo que uno pensaba era en su disco... Estaba ya pensando: «¿Vamos a morir todos o qué hostias pasa?».

Y dicen que el rock está ahora en el underground...

Es su sitio, ¿no? Tuvo un momento de endiosamiento en los setenta, pero ahora está donde tiene que estar. No creo que tenga mucho que ver con el mainstream; eso es otro mundo. Nosotros estamos por ahí abajo, tocando las pelotillas y pasándolo bien. No tiene mucho sentido ir pensando en el éxito y en ser una rock and roll star. ¡Eso no forma parte del discurso del rock!

¿Qué pasó para que los Enemigos, con Bestieza, llegaran al número uno?

Ni idea. Es un disco al que le teníamos muchas ganas, pero el asunto siempre está en las canciones. Las canciones son las que mandan y a lo que hay que hacer caso, y a las que hay que agradecer las cosas en caso de que vayan bien. No hay mayor misterio. De todos modos, ya digo: es un disco que abordamos con muchas ganas, con la energía extra de la entrada de David Krahe en la banda y después de una temporada un poco caótica.

Una de ellas es 7.000 canciones, la primera que salió. Comienza diciendo: «El futuro fue, desapareció». Parece visionario.

Hablando con colegas, otros músicos y eso, todo el mundo tiene dos o tres canciones visionarias. Es que antes de esto tampoco es que estuviera la cosa pa’ tirar cohetes... Estábamos inmersos en una crisis climática que seguimos teniendo y seguiremos teniendo encima cuando pase todo esto, y por mucho que se vaya el virus, nos vamos a ir todos a tomar por culo como no arreglemos este asunto... Así que casi todo el mundo tenía una canción postapocalíptica.

Manolo decidió irse; se fue con los Porretas. Con la llegada de David Krahe hay un nuevo equilibrio. En todo caso, da la impresión de que un momento especialmente difícil facilitó un disco como Bestieza. Quizás haya resultado hasta cierto punto terapéutico para ustedes haberlo grabado.

Claro. Había muchas ganas. El equilibrio era ya un poco insostenible en la banda: nos habíamos quedado tres, y lo que vino a continuación fue una sucesión de alegrías. Yo dije: «Voy a llamar a David», al que yo suponía muy liado con Coronas, Corizonas y demás, y al que no veía desde hacía unos meses. «¿Se te ocurre alguien?». Se me enfadó muchísimo: «¿Cómo que si se me ocurre alguien? ¡Cagondiós, eso lo hago yo, joder!», y se vino al local.

David es como mi hermano; nos conocemos desde que éramos pequeñitos, y renacer con él en el barco ha sido muy bonito. Quizá por eso también las canciones han salido muy energéticas. Además, el Fino ha colaborado más que nunca, aportando temas y sus músicas así muy punkarras y un poco más pop que las mías. El equilibrio está ahí. También fue una gozada trabajar con Carlos, con David..., y las canciones, está feo que yo lo diga, pero es que no hay ninguna que no dé la talla. Son pocas, pero las que hay podrían ser todas singles. Salimos muy exultantes del estudio, y cuidamos muchísimo el diseño. Así que estábamos muy contentos con el disco. Luego vino el bichejo este a joderlo todo, pero ese proceso no nos lo quita nadie.

Josele, a usted parece que le gusta meterse en la piel de los personajes, como si viviera otros mundos a través de ellos.

Lo hago mucho como recurso. Escribo en primera persona, me meto en la piel del que sea. Le hace ganar potencia a una canción, o a una novela. De hecho, tiene mucho de John Fante y de muchos escritores que me encantan. Resulta un ejercicio muy estimulante, pero claro, yo, por suerte, nunca he estado preso, como el que habla en El jergón; nunca me he suicidado, como el de Septiembre. Crea muchas confusiones, pero estamos en el reino de la ficción. Yo no creo que las canciones sean un vehículo para soltar una panfletada o una soflama, o tu opinión; esto tiene que venir un poco de soslayo, de manera vertical dentro de una historia.

Hay una frase en Vendaval que quizás resume lo que son los Enemigos hoy: «No quiero saber nada de algoritmos». Me parece toda una declaración de intenciones.

Los algoritmos dicen que es el nuevo destino; por eso, justo después, el verso siguiente es: «Nunca he creído en la predestinación». Viene a ser lo mismo. En este caso, resulta que el tío estaba equivocado, porque vuelve con su chica.

Estos son tiempos bestias, Josele, por eso quizá haga falta ‘bestieza’ ante la bestialidad.

Hombre, poner la otra mejilla como que no funciona. Entonces, o salir por piernas o no sé; tampoco es que haya una fórmula, pero el mundo se ha vuelto muy bestia. Y lo de ‘bestieza’, ya sabes, es una palabra catalana, y castellanizada me encantó, porque refleja mucho el espíritu del disco. No está ahí como receta, pero podría estarlo, porque esto es la jungla. Los que vivimos aquí tenemos que ser un poco bestias, si no, nos comen.

Los auditorios funcionan, pero las salas siguen cerradas. ¿Qué le diría a los dueños de las salas? ¿Paciencia?

¿Más paciencia que la que han tenido ya…? Pero sí, paciencia. No se puede pedir otra cosa. La palabra reinventarse se está usando tanto que da un poco de repelús. No sé qué decirle a un tío que tiene una sala, pero casi que lo mismo que a un tío que tiene una banda de música: «Resiste como sea». Es que es un tema muy complicado... Claro, resiste, pero es que hay que llenar el puchero todos los días. Por ejemplo, Chema, que trabaja en musicales, haciendo percusiones y baterías y todo eso, se está comiendo los mocos con los ERTE. Y Fino un poco lo mismo también. Fino va haciendo también algún acústico que otro, pero está muy complicado resistir, sobre todo anímicamente. Yo creo que ahí está la clave: en intentar no hundirse, que te dé el aire, ventilar, ventilar y ventilar (en todos los sentidos).

Los Enemigos tomaron parte activa en la campaña Alerta Roja apoyando a la música en vivo.

Claro, naturalmente. El tema es que yo no sé si el problema está realmente en la hostelería y todo esto... Me explico: tú vas en transporte público y creo que te estás poniendo más en riesgo que yendo a un concierto en condiciones (con todas las medidas que se toman hoy día). El que vamos a dar en Málaga es en un sitio bastante más seguro –pero de aquí a Lima– que el tren que coja después para volver.

Concierto de Josele Santiago con David Krahe

  • Fecha: Mañana, jueves, 20.00 horas.
  • Lugar: Centro Cultural MVA.
  • Precio: Entrada con invitación.

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Además, al aire libre. En las pasadas elecciones a la comunidad de Madrid, Los Enemigos se posicionaron haciendo un llamamiento al voto. ¿Cree que el rocanrol va también de eso y que la democracia está en peligro? ¿Hay que hacer cosas así?

No hacemos soflamas dentro de las canciones; el arte está por encima de eso. Ahora, tener un instrumento como las redes sociales, ver lo que está pasando y callarte, como que no. Nosotros nos posicionamos a favor de la movilización del voto del votante de izquierdas. No apoyamos a ningún partido, a ningún candidato, pero sabiendo que la derecha iba a votar en bloque y sabiendo con quién se está aliando esta gente (la extrema derecha más rancia y más absoluta), pues los que queremos un entorno de libertad de expresión para todo el mundo teníamos que alzar la voz. ¡Coño, el riesgo de perder todo eso es evidente!

Viene de un disco en solitario muy elogiado, Transilvania, de 2017. ¿Es fácil distinguir qué canciones son para Los Enemigos y cuáles se quedas usted? ¿O depende también de la Asamblea Enemiga?

Depende más que nada de la logística, si te soy sincero. Si estamos liaos haciendo un disco de Los Enemigos, todo lo que va saliendo va p’allí, y si estoy escribiendo uno mío, va p’allá. Llega un momento en el que pensar en estilos es un poco absurdo... Lo que realmente importa es tener una buena letra y una buena melodía, y luego la puedes vestir como quieras. De hecho, muchas son intercambiables absolutamente, incluso con el traje que llevan.

Supongo que el repertorio que lleva con David Krahe cogerá de aquí y de allá, entonces.

Cogemos un poco de todo, sí. Hay más canciones de mis discos en solitario, claro, pero también hay alguna sorpresilla que otra. Son repertorios casi casi intercambiables. Cuando una canción es buena, la puedes vestir como te dé la gana.

Ahora supongo que, aparte de actuar en solitario, puesto que la maquinaria parece que vuelve a ponerse en marcha, uno de los objetivos será la gira de Enemigos. Y, aparte de eso, ¿tiene previsto qué viene después de Transilvania?

La verdad es que no. No sé si haremos otro de Enemigos o si haré otro en solitario o qué puñetas, pero vamos, que tengo canciones por ahí guardadas (ya veremos a dónde van). No es algo que me plantee demasiado... Además, hasta que no tengo ocho, nueve o diez canciones, no lo veo claro. De todos modos, ahora tenemos que centrarnos en ensayar, preparar un espectáculo contundente con el repertorio de Bestieza y los clásicos de siempre, y meter caña, que es de lo que tenemos ganas. Muchísimas. Estamos deseando ya que llegue septiembre, cuando se puedan hacer ya los bolos de Enemigos. Y mientras tanto, seguiremos con los acústicos, que es una faceta en la que también me encuentro muy cómodo.