Sección Oficial | Ainhoa Rodríguez Directora de 'Destello bravío'

Ainhoa Rodríguez: "A las mujeres se nos ha puesto las cosas muy difíciles en el cine"

La extremeña presentó este domingo su debut, Destello bravío, «un relato misterioso, oscuro y sugestivo» entre la ficción y la realidad, la verdad y la fantasía, con mucho de retrato de las heridas del patriarcado en un pueblo

La directora, este domingo en el Muelle Uno.

La directora, este domingo en el Muelle Uno. / Gregorio Marrero

Chaima Laghrissi Rochdi

Entiendo que el destello bravío es lo que algunos llaman la mejoría antes de la muerte, el canto del cisne, el momento exuberante antes de la desaparición definitiva (de un pueblo, de una forma de vida). ¿Estoy en lo cierto? 

Sí. Uno de los personajes, Isa, es una gran observadora de lo que pasa a nuestro alrededor, y nos habla de «un destello bravío que nos borrará». Ella misma habla de muchos temas como, evidentemente, la desaparición, de la vida rural, de las tradiciones, de la religión, de la caza, de ese pastoreo que morirá cuando muera el último pastor que lo hace. También habla del sentido de la existencia, de la muerte, de cómo afrontamos el fin de la vida. Están muy presentes, los paraísos, lo extraordinario... 

Sublima sus personajes, como si les hubiera otorgado cierta calidad esotérica, mágica, simbólica. Resulta ya un cliché a veces el uso del documental como única o mejor manera de testimoniar asuntos trascendentales como la desaparición del mundo rural o las secuelas del patriarcado.

Los personajes de la película tienen muchos símbolos y lecturas, pero, en realidad, se acercan más al documenta porque son ellos mismos, son pura carne, corazón y vida. 

Confiesa la influencia estética de William Eggleston, quien dijo una vez: «Estoy en guerra con lo obvio». ¿Usted también? 

Absolutamente. Creo que los relatos se encuentran sobre el suceso, en todos los aspectos, no en lo que se dice. Y éste es un relato que cuenta con tantas capas, son relatos que te invitan a descubrir cosas y que merecen la pena. La no-obviedad es la base. 

¿Han visto los intérpretes la película final?  

Aún no. Algunas lo verán en el Festival de Cine de Málaga, y el 11 de junio, en el Auditorio Municipal de Hornachos (Badajoz) que acogerá el preestreno.  

¿Cómo se convence a una mujer de más de 70 años, actriz no profesional, para que se desnude en una escena de una película?  

Con cariño y paciencia, es un proceso de confianza mutua. Para conseguir el guión me fui a vivir al pueblo, allí conocí a las mujeres y en una de las reuniones hablábamos de cine y de cómo nos han representado a las mujeres. Tuvimos una relación muy estrecha, y conseguí que participasen, obviamente he confiado en ellas, y me han hecho un regalo inmenso. Había miedo, pero hubo mucha entrega. 

La compositora malagueña Paloma Peñarruba es una de las creadoras de la banda sonora de la película. ¿Qué tal la colaboración con ella?

Estoy muy satisfecha. He estado muy implicada en el sonido y se ha creado un efecto sonoro absolutamente extraordinario. Tuvimos que trabajar en plena pandemia, cada una en un lugar del país y eso fue difícil porque me gusta tener a la persona a mi lado, pero el resultado creo que es maravilloso. 

La película está repleta de mujeres, pero en el cine, la realidad es que existen pocas al mando de producciones. Como directora ¿qué hace falta para que esto cambie? 

Hay una parte del relato de la historia del cine que está vacío, que está incompleto. Las mujeres, al final, necesitamos esa representación, es una obligación social. Y esto sucede porque a las mujeres se les ha puesto las cosas muy difíciles; no es que no tengamos nada que contar es que nos lo han puesto muy difícil.