Baile

Rocío Molina cierra Terral 2021 con las dos primeras partes de su Trilogía sobre la guitarra

La bailaora malagueña estará este viernes y sábado en el Teatro Cervantes

Ricío Molina, bailaora y coreógrafa

Ricío Molina, bailaora y coreógrafa / TEATRO CERVANTES

EP

La bailaora malagueña Rocío Molina cierra Terral 2021 este fin de semana con las dos primeras obras de su Trilogía sobre la guitarra, un proyecto en desarrollo que se articula en torno a tres espectáculos que, aunque guardan relación consecutiva, son independientes entre sí.

En la primera, Inicio (Uno), que se verá el viernes 30, la bailaora y coreógrafa se entrega a la guitarra de Rafael Riqueni en un diálogo íntimo y poético, tierno y surrealista. La segunda pieza, Al fondo riela (Lo otro del Uno), en escena el sábado 31, es la antítesis de Inicio (Uno).

Las entradas para ambos espectáculos están disponibles por un precio único de 30 euros en todos los canales de venta de los teatros municipales. En este caso, el espacio contará con todas las medidas higiénico sanitarias, así como las nuevas restricciones de aforo, han explicado desde el Teatro Cervantes en un comunicado.

La Trilogía sobre la guitarra de Rocío Molina se compone de tres espectáculos consecutivos aunque independientes. La propuesta se potencia cuando se presenta en conjunto al ser el resultado de una sola investigación en torno a los elementos esenciales del triángulo flamenco. Esta trilogía se cerrará con una pieza ulterior, Vuelta a Uno, en la que el instrumento y el baile entran en relación con el cante, último vértice de la pirámide flamenca tradicional.

Sobre Inicio (Uno), Rocío Molina afirma que lleva "mucho tiempo intentando pausar el movimiento para llegar a una profundidad natural. Con Riqueni, mi baile recobra su naturaleza, es como hacer un recorrido de vuelta, como si oyera la música por primera vez y mi lenguaje corporal surge sin esfuerzo ni complicación".

Se trata de un homenaje a una guitarra virtuosa que insufla en la creadora un movimiento original, tanto por nuevo como por primitivo. Un viaje a lo esencial en el que Rocío Molina se descubre y redescubre la música de Riqueni. Una delicada partitura coreográfica que va desde la luminosidad del edén que rememora 'Parque de María Luisa' a la belleza crepuscular de 'Amargura'.

Por su parte, Al fondo riela (Lo otro del Uno) es la antítesis de Uno. Bajo el lento transcurrir de las nubes, emerge el tumultuoso mar negro que lo invade todo y sobre el que baila Rocío Molina. "Lo que me acompaña sobre el escenario es mi ego y dos guitarras completamente diferentes. Eduardo Trassierra es armonía y complejidad técnica. Yerai Cortés es todo intuición y naturalidad. Al fondo riela es una pieza sobre el reflejo y la pérdida de la realidad, una obra donde salen todos mis fantasmas. Hay que pasarla y padecerla para llegar a la tercera parte que será una liberación".

De riguroso negro, Molina se debate entre dos guitarras. Danza farruca, seguiriya, bulerías, soleá, en una lucha incesante con su propia imagen, con Lo otro del Uno, que la sumerge en las profundidades de todos sus miedos. La vanidad, la ambición, el orgullo, la soledad, pero, al fondo riela. Una luz trémula vibra al final de la infinita soleá, el negro se vuelve color.

Festival de verano

Cabe recordar que la edición 2021 del Festival de Verano organizado por el escenario municipal con la colaboración de la Fundación "la Caixa" comenzó el 5 de julio con un emotivo concierto de Noa, quien volvió a Málaga tras su actuación de 2017 junto a su inseparable guitarrista, Gil Dor, y el pianista Ruslan Sirota.

A la vocalista israelí la siguieron en esa primera semana de actividad Kiko Veneno, que acudió con banda a presentar su nuevo repertorio y sus temas míticos, Andrea Motis con su jazz de tintes brasileños y Mariza con su recuerdo a la gran Amália Rodrigues.

El soul contemporáneo con raíz africana de Ayo, la música siria, con coloristas y espectaculares giróvagos incluidos, de Broukar, la lectura de los clásicos de todos los géneros a cargo de la voz lírica de Ainhoa Arteta y lo último del versátil jazzista luso Salvador Sobral ocuparon la segunda semana de Terral.