Entrevista | Martín, batería de Morat Grupo musical

"No nos cerramos ni a la canción protesta, no tenemos miedo a hablar de ningún tema"

Martín, Juan, Simón y Juan Pablo son los cuatro jóvenes colombianos que se han convertido en todo un fenómeno musical con hits como Mi nuevo vicio, Idiota o Besos en guerra. Actúan el 2 de agosto en el Festival Starlite, uno de sus escenarios preferidos. Charlamos con Martín, el batería. «Nos hemos acostumbrado enseguida a actuar con la gente sentada. El concierto es un intercambio de energía único que sólo pasa en ese momento»

Una imagen promocional reciente del popular grupo colombiano Morat.

Una imagen promocional reciente del popular grupo colombiano Morat. / carla melchor

Carla Melchor

Acaban de iniciar vuestra nuevo gira. Es la primera vez que se echan a la carretera desde la pandemia. En este contexto, ¿volver a los escenario es un deseo o una obligación?

Un deseo, claro. Habíamos acumulado muchas ganas, sin duda. Lo que más nos gusta hacer es tocar y hasta ahora habíamos estado expectantes a ver lo que pasaba.

Pasarán por España y por Estados Unidos. Sin embargo, se han dejado fuera a América Latina.

Sí, la situación sanitaria no está muy bien allí. No nos hemos querido comprometer con ninguna sala allí hasta saber que es absolutamente seguro tanto para nosotros como para el público. La situación sanitaria en Latinoamérica en mucho más seria que en Europa.

¿Llegaron a pensar que su carrera tendría que quedar paralizada sine die por las repercusiones del coronavirus?

Claro. Ha sido todo un proceso. Pero no es algo que solo nos haya pasado a nosotros. La pandemia ha movido todas las piezas de nuestra vida. Muchas de ellas están fuera de nuestro control. Lo mejor es entender la situación (dentro de lo posible) e intentar sacar provecho de ella. Es la manera acertada de llevarlo. Cuando menos nos lo esperemos tendremos la antigua normalidad que tanto añoramos.

Es un poco raro actuar con la gente sentada ¿no?

Sí, pero no te creas, nosotros nos hemos acostumbrado en seguida. El concierto en vivo es un intercambio de energía único que solo pasa en ese momento. Nos encantaría saltar y abrazarnos durante los conciertos, pero todavía no puede ser.

La pandemia ha puesto en jaque el espectáculo musical en vivo. ¿Les ha obligado esto a reinventaros?

Más que reinventarnos, nos hizo descubrir muchas facetas de la música. Nunca hemos sido personas particularmente entregadas a las redes sociales. Morat es un grupo dirigido a hacer música en directo. La pandemia impidió esta dinámica nuestra, entonces nosotros, en un ejercicio de reflexión, tuvimos claro que queríamos seguir en contacto con el público. Las redes sociales son una vía de comunicación ideal. Son canales que revalorizan el vínculo con el público. Además, la gente opina muchísimo y nos ayuda a nosotros en algunas decisiones. Cosas como el single que sacar, los videoclips... Hemos visto realmente la capacidad enorme de las redes sociales y la gente tan linda que nos sigue.

Llevamos mucho sin ver a Morat en concierto. ¿La banda ha cambiado?

Sin duda. Estamos en un momento decisivo. En los cinco años que llevamos con Morat no hemos parado. Componer, grabar y girar. Ese ha sido nuestro círculo vital. Venimos a Marbella de un parón provocado por la pandemia. Lo hemos aprovechado para trabajar en nuestro sonido y en el nuevo show. Está todo más pensado. Las personas que ya han visto un concierto de Morat se van a encontrar con algo totalmente diferente. Queríamos volver a los escenarios con algo que valiese mucho la pena.

El amor es la sal de todas las canciones del grupo. Sigue siendo así en el nuevo disco. ¿Por qué se sientan tan cómodos con la vertiente romántica? ¿Morat podría llegar a interpretar canciones reivindicativas?

Claro. No nos cerramos a nada. Pero siempre nos ha nacido escribir sobre amor. Hay una canción en el nuevo disco que canta Simón que, aunque habla también de amor, es diferente a las demás. Dice que no importa cuánto te quieran si no te quieren bien. Apela a las relaciones tóxicas. No puede decirse que es de denuncia, pero habla desde otro ámbito del amor. A medida que vamos creciendo, que vamos madurando, nos inspiran otros temas. No tenemos miedo a hablar de ningún tema, pero hemos decidido ser honestos y escribir sobre lo que sabemos. Te diría que no estamos cerrados ni a la canción protesta (ríe).

Son la banda de rock más famosa de Colombia. ¿Se animarían a dar el salto al documental como otros grupos?

Hay alguna propuesta. El público está interesado en saber cada vez más sobre los artistas que sigue. También hay sobre la mesa alguna colaboración en cine, pero la verdad es que todo nos ha pasado muy rápido. Somos muy jóvenes y esto creo que es precipitado. Estaría bien hacer estos otros trabajos más adelante.