Entrevista | Gustavo Santaolalla Músico, productor y compositor

«He trabajado para que el Gustavo de hoy no se diferencie del que empezó a los 16 años»

La trayectoria del argentino es inagotable: dos Oscar, dos Baftas, un Globo de Oro y 19 Grammys aquilatan la trayectoria de un músico inquieto, arquitecto de la revolución del rock latino de los 90. Recibirá el homenaje de Movie Score Málaga el 12 de septiembre en el Teatro Cervantes

El artista argentino Gustavo Santaolalla, en una imagen de archivo

El artista argentino Gustavo Santaolalla, en una imagen de archivo / L. O.

Isabel Perea / Emma Naranjo

El artista argentino Gustavo Santaolalla aterriza el próximo 12 de septiembre en el Teatro Cervantes, en el que el MOSMA 2021 clausurará su sexta edición con un homenaje a su carrera.

¿Cómo se siente al liderar el cartel del MOSMA 2021?

Estoy muy entusiasmado. Voy a tocar con la orquesta sinfónica, que dirige el maestro Arturo Díez Boscovich, y con dos músicos increíbles, Javier Casalla y Juan Luqui. Tengo una deuda pendiente con España, porque siento que he conectado con Latinoamérica y Estados Unidos pero en España me gustaría conectar más con la gente y, para eso, me hace falta ir.

¿Qué verán los malagueños?

Un espectáculo diferente. Ahora mismo estoy haciendo dos, uno con una banda que se titula Desandando el camino, y otro que solo lo he hecho en Hungría y salió precioso. Espero que salga mejor todavía en Málaga, porque me da la posibilidad de mostrar cosas de las películas y mis canciones en un ambiente más orquestal.

El MOSMA Maestro 2021 es otro premio que se suma a su palmarés, en el que hay ya dos Oscar, por ejemplo. ¿Qué no ha conseguido todavía?

No he conseguido muchas cosas. Mis anhelos pasan por ser mejor persona, expandirme más en lo que hago y en llevar lo que hago a más gente. Estoy feliz con lo que he conseguido, pero sí me gustaría seguir cumpliendo eso. Me veo como un artista, no como un compositor para películas, un productor, un músico o cantante. Con una analogía futbolera, porque soy muy argentino: a veces juego arriba y meto goles o armo el juego en el medio y voy al arco; otras soy el director técnico o estoy en la tribuna, pero siempre estoy en el partido, el de la creatividad. Me siento completo al jugar en todas esas posiciones.

Cada vez produce menos discos a artistas y bandas. ¿Qué tendrían que tener para que los produjera?

Siempre he elegido trabajar con artistas a los que admiro, que tienen visiones muy fuertes y que no me dicen que sí a todo. Para poder hacer mi trabajo, tengo que ganarme su confianza y ese desafío me encanta. Esa experiencia me nutre cuando hago cosas más personales. La posibilidad de comentar con otra gente hace que vuelva con un bagaje de conocimiento y cosas maravillosas.

«Me veo como un artista, no como un compositor para películas, un productor, un músico o cantante. Me gusta jugar en todas las posiciones»

Hablando de desafíos, ¿tiene alguno en mente?

Cada proyecto que se me presenta es un nuevo desafío. El hecho de tener todos esos logros es algo que aprecio muchísimo, sería un necio si dijera que no me importa. No hay que infravalorarlo ni sobrevalorarlo, es un reconocimiento de lo que hago y de mi conexión con el público. Las películas que he hecho no son las típicas de un estudio hollywoodiense. Son desafíos de los que he de salir airoso y victorioso.

Para alguien tan importante en el boom del rock latinoamericano de los 90, resulta inevitable preguntarle por el boom del urban latino. Muchos músicos son reacios a aceptar y respetar este tipo de música. ¿En qué lado está usted?

Yo no desprecio ningún tipo de música. Para mí, se divide en dos categorías, buena o mala, dependiendo del nivel de honestidad que tiene, su conexión con la gente o si es un producto comercial. Hay música clásica y alternativa que es mala, al igual que ocurre con todos los géneros. Hay mucha energía entre el rock y el urban latino. En sus declaraciones, Bad Bunny dijo que su primera influencia era el rock.

¿Es muy diferente ponerle música a una película que a un videojuego?

Es distinto y parecido, porque siempre se cuentan historias, tanto si es una canción, un álbum, una película o un videojuego. Yo oigo y siento la música de una forma muy visual y siempre intento trabajar igual, a partir de conversaciones con los directores, previas a que se filme. En un videojuego es similar, porque trabajo dos o tres años en la música, mientras los creadores deciden el rendering. La música la tienes que hacer antes, en base a la historia y a los personajes.

¿En qué se diferencia el Gustavo que empezó a los 16 años con el Gustavo de hoy?

He trabajado para que el que soy hoy no se diferencie del que empezó a los 16 años su carrera. Creo en los frutos de la experiencia, pero sobre todo de los de la inexperiencia, porque te hacen tomar caminos que nunca tomarías al tener experiencia.