Toros

Roca Rey y Pablo Aguado superan la reválida con su triunfo en la Goyesca de Ronda

La alegría habitual de este tradicional acontecimiento mitad social y mitad taurino se potenciaba con un cartel que presentaba el máximo de los atractivos. Dos toreros que antes de esta parada en seco estaban en todo lo alto, y que ahora pisan de nuevo el acelerador para mantener su estatus de figuras del toreo

Daniel Herrera

Desde que en el año 1785 la Real Maestranza de Caballería levantara su imponente plaza de toros, toda la historia del toreo ha girado en torno al viejo coso de piedra. El Vaticano del toreo ha vivido todas las vicisitudes de la sociedad desde entonces, y el toreo, evidentemente, no es ajeno a ello.

No es la primera pandemia que ha padecido desde esos tiempos de Pedro Romero, a quien se le atribuye ser el primer torero a pie de la historia. Pestes y otros males han condicionado su actividad, y este Coronavirus no iba a ser menos.

Tras un año de vacío, de cero a casi cien (se pudieron sacar a la venta el 75 por ciento de las localidades), la alegría habitual de este tradicional acontecimiento mitad social y mitad taurino se potenciaba con un cartel que, como no puede ser de otro modo, presentaba el máximo de los atractivos. Dos toreros que antes de esta parada en seco estaban en todo lo alto, y que ahora pisan de nuevo el acelerador para mantener su estatus de figuras del toreo.

Andrés Roca Rey y Pablo Aguado se medían en un improvisado mano a mano tras la baja de Cayetano, aún no recuperado de su fractura de costillas que también le imposibilitaba su asistencia al compromiso que tenía el pasado mes de agosto en La Malagueta. Sin un Ordóñez en el cartel un año más, el festejo se presentaba como una reválida para estos dos jóvenes espadas en el aula magna del toreo. Pero para ello es preciso que haya delante reses con presencia, casta y bravura. Que no fue lo que predominó en el encierro de Jandilla - Vegahermosa. Con todo, aprobaron con nota.

Justo de fuerza y de raza, el primero de Roca Rey sí que le permitió vivir momento de interés por el pitón derecho. Es de agradecer que el diestro peruano quisiera poderle por este pitón, bajándole la mano y tirando de él en redondo. Una tandas esperanzadoras para el público, sobre todo un jaleado circular invertido; pero al tomar la franela con la zurda el trasteo bajó considerablemente. Quiso relanzar su actuación con las manoletinas finales, pero su fallo con los aceros terminó de disipar una actuación que no marcaba un ritmo triunfal para esta Goyesca de 2021.

No mejoró, más bien lo contrario, el segundo de lidia ordinaria. Recibía Pablo Aguado a la verónica a este burel, noble pero falto de casta que brindó a Cayetano. Tras un notable tercio de banderillas, el animal llegaba muy parado a la muleta, pasando pero sin transmisión ninguna. Estuvo con él firme el diestro sevillano, sin obligarle en ningún momento para no quebrantar su fragilidad, pero realmente no había material para para sacar más lucimiento de una actuación solvente rubricada con una buena estocada.

Las imágenes de la corrida goyesca de Ronda, con Roca Rey y Pablo Aguado

Un imagen de la corrida de este sábado en Ronda. / Arjona

El tercero fue de inicio otro noblón que no podía con su alma. Quiso Roca Rey lucirlo con el capote, dejándoselo venir de lejos. Pero tras la carrerita, el toro ya no podía con el rabo. Quiso mostrar su buena voluntad brindando al público, así como en la prometedora tanda inicial con ayudados por alto. Con un molesto cabeceo y sin estar metido en la muleta, el diestro estuvo dispuesto a tragarle, en una labor de exposición digna de un marco como en el que se encontraba. Una estocada terminaba de caldear los ambientes, y le permitía sumar dos generosas orejas que cambiaban la tónica del festejo.

Pero había mucho margen de mejora. Pese al triunfo de Roca, para que este festejo adquiriese las dimensiones que de él se le espera era necesario que pasaran cosas más importantes. No fue el caso del recibo capotero de Aguado al cuarto, otro toro sin ‘chicha’ ninguna. Ni el quite por chicuelinas tuvo la enjundia que se presupone de este torero ante la insipidez manifiesta de su oponente. Gran par de banderillas de Iván García antes de plantarle la muleta a media altura para sacar algún lance suelto con empaque por ambos pitones, siempre de uno en uno. Todo muy despacio, cierto, pero sin la profundidad que hace al toreo eterno. El marco maestrante sirvió de amplificador de la obra que, pese al pinchazo y la estocada desprendida, fue premiada con una oreja.

Recibía Roca Rey al quinto con lances a pies juntos. Nuevamente quedaba mostrada la falta de fuerza al topar al peto del caballo. Le dio su tiempo y se plantó de rodillas para dejárselo venir de lejos, con un escalofriante cambiado por la espalda. Fue la antesala de la faena de la tarde. Esta sí. Ligando, templando y mandando en series en redondo en el mismo centro del platillo. Cuando logró que no le enganchara por el pitón izquierdo llegaron naturales de calidad, y remates como la trincherilla o el molinete de regusto. Las bernardinas finales, y una estocada completa, aún precisando de un descabello, ratificaron la concesión de otras dos orejas.

Tanto tenía que arrear Aguado para alcanzar la gloria en el sexto que lo recibió con una larga cambiada de rodillas antes de estirarse a la verónica. Empujó con fuerza el sevillano, ansioso por agradar y sacar partido a otro toro cogido con alfileres. Cruzándose y citando de frente, siempre con despaciosidad y pinturería, fue sacándole partido a los sones del pasodoble Churumbelerías que interpretaba la banda en un digno colofón a la Goyesca con la salida a hombros de los dos espadas, después de cortar otros dos apéndices.

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Ronda. Corrida Goyesca.

  • Se lidiaron seis toros de Jandilla-Vegahermosa, correctos de presentación, nobles, pero faltos de fuerza y casta.
  • Andrés Roca Rey: pinchazo y media estocada (palmas tras aviso), estocada (dos orejas) y estocada delantera (pinchazo, estocada delantero y descabello, dos orejas).
  • Pablo Aguado: estocada (palmas), pinchazo y estocada desprendida (oreja), y estocada (dos orejas).
  • La plaza registraba un lleno dentro del aforo permitido del 75 por ciento.