Entrevista | Luis Bermejo Actor

«Al humor no habría que ponerle límites ni tampoco a la libertad de expresión»

El intérprete representa la semana que viene (viernes 8 de octubre, 20.00 horas) en el Teatro Cervantes junto a Malena Alterio la obra 'Los que hablan', dirigida y escrita por Pablo Rosal y producida por el Teatro del Barrio, una reflexión con humor sobre el valor de la palabra

El actor Luis Bermejo.

El actor Luis Bermejo. / Laura Ortega Pin

Maite Alvite

¿Dónde reside el atractivo y la originalidad de Los que hablan?

Es un espectáculo transformador, sanador, alentador, que pone el acento en muchas cuestiones en las que estamos ahora inmersos. Hoy en día hay mucho ruido, está todo permanentemente explicado, excesivamente pensado y creo que con este espectáculo se pone de manifiesto si todo eso nos está ayudando a crecer como personas y como sociedad o nos está llenando de barro y arena el corazón.

¿Qué le motivó a usted a meterse en este proyecto?

Me atrajeron varias cosas. Una de ellas es el hecho de que este espectáculo tiene una voluntad artística muy primigenia. Para mí trabajar en él es recuperar la ilusión que tenía y lo que aprendí cuando empecé a hacer teatro en la escuela de Cristina Rota. Allí se nos apelaba a encontrar la especificidad de cada uno como actor y a encontrar la verdad detrás de lo que decíamos. Esta obra recupera todos esos estímulos que me sirvieron a mí para dedicarme a esto. No me dediqué a la interpretación pensando en trabajar en una serie de Netflix, me dediqué a ello para ser actor y para explicarme la vida. Por otra parte, pienso que Pablo Rosal [el director y autor del texto] es un tipo joven al que se le debería prestar mucha más atención porque trae una manera de hacer que rompe un poco con los esquemas que venimos reproduciendo y que se nos están quedando cortos si queremos darle una vuelta de tuerca al teatro. Tenemos que devolverle a la palabra la fuerza y el sentido que tiene y también la serenidad, algo que le viene muy bien al teatro y a este tiempo que vivimos. Hay que bajar marchas.

«El teatro está muy tocado y me gustaría que los gobernantes le prestaran más atención», solicita el prestigioso actor

¿De qué hablan usted y Malena Alterio más de una hora?

Nos preguntamos para qué sirve esto de hablar, qué queremos cuando hablamos y de qué se habla normalmente. Recuperamos ejemplos de conversaciones, las reproducimos y jugamos con la palabras. Conversamos sobre lo que es la función de lenguaje porque es algo que se nos olvida con tanto ruido. Creo que es necesario recuperar la reflexión en torno a la palabra como acción, como algo que nos explica y nos coloca en un lugar. Este espectáculo también apela a la palabra poética que está tan manoseada, tan manipulada por esta fiebre que hay de excesiva palabrería. Me parece que el teatro es un lugar único para probar esto, porque es una tribuna muy libre y esta obra producida por Teatro del Barrio es una oportunidad para compartir con el espectador esta reflexión e intentar ser más libres.

¿Hay espacio para la risa, además de para la reflexión, en esta obra?

Sí, este espectáculo tiene un humor muy inteligente, muy necesario en estos momentos en que el humor está un poco debilitado. Lo estamos viendo, se están poniendo límites a la libertad de expresión. Es verdad que ahora el humor negro, tan español, tiene que andarse con más tiento y no me parece mal tampoco, pero yo al humor no le pondría límites, como no se los pondría tampoco a la libertad de expresión. Toda la parodia, toda la sátira no debe estar sujeta a normas, en todo caso, a la ética y moral del intérprete o del equipo que lo hace. Siento que los medios de comunicación sí se ponen límites solapadamente. Hay una frase de Dario Fo que dice que el humor ayuda a esclarecer verdades, si entendemos que es así, no deberíamos ponerle límites.

¿Y el silencio qué papel juega en Los que hablan?

Lo que ocurre con todo este excesivo ruido en el que estamos inmersos a través de las redes sociales, los medios de comunicación y demás es que no hay tiempo para pensar. Yo creo que se piensa cuando hay un silencio y considero que los teatros son espacios en los que todavía hay margen para la liberación de los sentimientos y los silencios cargados de mucho sentido. Opino que se nos está cercenando la posibilidad de parar, porque se nos exige estar permanentemente activos y pienso que, más que nunca, el teatro u otros espacios que ayudan a la meditación o la serenidad son los que pueden ofertar algo que nos cambie un poco, si es que queremos cambiar. Este espectáculo apela a todo esto.

¿Cómo ve el panorama teatral y cinematográfico con la pandemia?

Creo que en el panorama cinematográfico hay muy buenos creadores, mucho talento y muy buenas ideas, pero, claro, la gente ya no va a las salas de cine porque ha encontrado la sustitución en las plataformas digitales. Eso está muy bien, por otro lado, porque se están haciendo series españolas de mucha calidad y creo que hay bastante trabajo. El cine es una industria que no está saliendo tan mal de la pandemia, aunque sigue habiendo mucho paro entre los intérpretes. El teatro sí está muy tocado y me gustaría que los gobernantes le prestaran más atención y que ayudaran a los teatros. Se puede apoyarlos de muchas maneras, solo hace falta imaginación.