Entrevista | Alejandro Amenábar Director, estrena la serie de televisión 'La fortuna'

«A veces los optimistas somos acusados de buenistas»

Se resiste a cualquier cliché televisual y sigue apostando por referencias clave en su cine como Steven Spielberg y James Cameron - La miniserie de Movistar + sigue al diplomático Álex Ventura y sus aliados en su intento de arrebatar un tesoro submarino al pirata moderno Frank Wild - Amenábar adapta el cómic de Paco Roca El tesoro del Cisne Negro y cuenta en el reparto con Ana Palvorosa, Manolo Solo, Pedro Casablanc, Karra Elejalde y Stanley Tucci

Amenábar, en una foto de archivo

Amenábar, en una foto de archivo / EFE

Juan Manuel Freire

¿Supo ver enseguida que había una película o serie en el cómic de Roca y Corral?

Cayó en mis manos y ya a medio camino sabía que era una historia que me apetecía adaptar. Sobre todo porque tenía un componente lúdico muy apetecible para mí en ese momento, y más todavía después del año o año y medio tan terrible que nos ha tocado vivir.

¿Siempre pensó en ella como una miniserie?

Mi modo de pensar natural es siempre una película. Como espectador, tiendo a ello de modo natural. Pero tras reunirme con mi coguionista Alejandro Hernández, entendí que si queríamos explorar a fondo la trama y los personajes, quizá harían falta dos episodios en lugar de uno. De ahí fuimos a tres. Y casi sin darnos cuenta, teníamos una miniserie de seis episodios.

La influencia de Spielberg parece evidente. Todas esas referencias a Indiana Jones, el tipo de música que ha compuesto Roque Baños… El cruce de aventura, emoción y risa.

Spielberg siempre ha sido fundamental para mí. Y cuando pensaba en referentes para la serie, pensaba en las películas que había disfrutado de niño y adolescente, como las de Spielberg o Cameron. Esta historia me permitía, además, jugar con el humor más que en películas anteriores, sobre todo con contrastes de montaje. Y después está el hecho de que Spielberg, a menudo, transmite una visión optimista de la vida. A veces los optimistas somos acusados de buenistas, pero no me importa. Y esta serie tenía que ser lo que los angloparlantes dicen uplifting, es decir, algo capaz de levantarte el ánimo.

Es un poco serie bicéfala: cuando se habla en inglés, tiende al drama o el thriller; cuando llegan los españoles, empieza la risa.

Era algo a lo que tenía muy claro no quería renunciar. No queríamos uniformizar los dos mundos, sino precisamente resaltar sus diferencias y contrastar uno con otro. Los dos mundos se entremezclan durante la serie, con predominancia de este lado en la primera mitad y del otro en la segunda.

Volviendo al asunto de lo uplifting. Si algo me ha sorprendido gratamente de la serie, es que sea tan luminosa y colorida a nivel visual. Ahora las series son literalmente muy oscuras en general.

Eso fue una propuesta de Álex Catalán. Yo de fotografía entiendo poco o nada. Como mucho, en algún momento puedo dar una indicación de si quiero más o menos luminosidad en una escena. Álex me habló de hacer una serie que no renunciara al color, algo a lo que ha tendido el cine y la ficción de forma natural en los últimos años. Jugar con el color y con el contraste de colores. Que el mundo mediterráneo fuese más cálido, pero con golpes fríos de luz en algún momento; por ejemplo, las luces de los fluorescentes son azules, pero azules como pintadas en azul turquesa. Y en el mundo norteamericano, buscan lo contrario: un mundo más frío donde aparecen golpes de luz cálida en alguna esquina del cuadro.

¿Se ha encontrado, mientras preparaba esta serie, pensando en que igual debía adaptarse a ritmos o a expectativas de un presunto espectador estándar de tele?

En cuanto a la elaboración del guión, sí que fuimos muy conscientes de que estábamos haciendo una serie. Cuando asumimos que iba a ser una miniserie, decidimos atender a las reglas clásicas: colocar cliffhangers al final de cada episodio, intentar que los episodios tuvieran fuerza y sentido como entidades independientes… En cuanto a la planificación, sí recuerdo que hubo debate. Como muchos chavales ven ahora las series en sus móviles, se nos recomendaba no aumentar demasiado el tamaño de plano e ir a primeros planos. Pero decidí ser honesto conmigo mismo, narrar como lo hago siempre y esperar a que la gente conectara. Seguí con mis tamaños de plano y mis coreografías visuales. En ese sentido, no replanteé la forma por pasar a la televisión. De hecho, el proceso de ejecución del rodaje, día a día, ha sido exactamente igual al de Mientras dure la guerra, en la que también trabajé con Álex Catalán o Karra Elejalde [aquí hilarante ministro de Cultura].

Hablando del reparto: ¿cómo surge la participación de Stanley Tucci como Frank Wild?

Yo me fío mucho, desde hace muchos años, de Jina Jay, la directora de casting de mis películas rodadas en inglés. Ella es la que sugiere nombres. Aquí había una conversación a varias bandas, con Movistar, Jina y AMC [que estrenará la serie en Estados Unidos en invierno a través de AMC+]. El nombre de Tucci surgió muy pronto. Y por fortuna para nosotros, también dijo pronto que sí.

Hablemos también un poco de Álvaro Mel. Esta interpretación es de la que construye carreras. ¿Es nuestro joven Hugh Grant?

En la serie se dice «la cultura es nuestro petróleo», y durante el rodaje creíamos que Álvaro Mel era nuestro petróleo. Hizo una primera prueba y enseguida ya pensé que era ideal para el personaje, porque tiene el carisma, el humor, la ternura, la inteligencia, la elegancia… Y luego es que habla inglés perfectamente.

Y coreano.

Y coreano también, es cierto. Me sorprendió la facilidad con que asumió todos los retos. Porque recordemos que era alguien sin mucha experiencia en series, sin ninguna película en su currículo y sin estudios de interpretación. Sin embargo, fue asumiendo retos como si hubiera estado rodando toda su vida. Para mí ha sido el gran hallazgo de la serie.

Después de La Fortuna, ¿tendrá un pie en el cine y otro en las series?

Primero voy a esperar a que se estrene la serie y ver cómo es recibida. Eso me dará un feedback de dónde y cómo me he metido en esto. Si ha sido un cambio orgánico o ha sido una intrusión. Yo me ciño a las historias. Es la historia la que me llevará a decidir si hago un corto, un largo o una serie.