Cine

Harry Potter extiende su hechizo a la generación Z

Según un estudio de un profesor de Ciencia Política, los fans de Potter están «más abiertos a la diversidad», son «políticamente más tolerantes» y resultan «menos autoritarios» en sus puntos de vista

Rupert Grint, Daniel Radcliffe y Emma Watson, en una imagen promocional

Rupert Grint, Daniel Radcliffe y Emma Watson, en una imagen promocional / L. O.

Carol Álvarez

En el ojo del huracán de la crisis de desabastecimiento mundial que sufrimos tras los estragos de la pandemia, el Reino Unido lanzaba hace unos días un particular grito de alerta, el de comercios y tiendas de coleccionistas que se quedaron hace unos días sin mercancía del universo Harry Potter en sus estanterías y almacenes. La fiebre Potter, un fenómeno relacionado con la historia creada por la escritora J.K. Rowling a finales del siglo XX, ha vuelto con fuerza coincidiendo con el 20 aniversario del estreno de la primera película de la saga, Harry Potter y la piedra filosofal. ¿Cómo es posible que sobreviva al paso del tiempo en una sociedad en continua evolución? ¿Cuál es su secreto?

Harry Potter y el poder de los miléniales. La publicación escalonada de las novelas fantásticas de la saga, siete en total, con uno o dos años de margen entre cada una de ellas a la hora de llegar al quiosco y su réplica en el cine ha tenido un impacto significativo en el fenómeno. «El momento elegido para la publicación de cada historia de la serie fue clave», explica Anthony Gierzynski, «porque hizo que el crecimiento de los personajes fuera paralelo al crecimiento de los miléniales que lo leían». Gierzynski es profesor de Ciencia Política en la Universidad de Vermont, y ha estudiado el fenómeno para entender su conexión, de calado, con la generación más impactada por Harry Potter, la que pasó por la adolescencia y la primera edad adulta y ahora tiene hijos o sobrinos en edad de sumergir en el universo mágico. El profesor realizó en 2013 una encuesta en EEUU a más de 1.100 estudiantes universitarios distinguiendo entre fans de Potter y quienes no lo habían leído o no les gustaba. Sus fans, según el estudio, estaban «más abiertos a la diversidad» y eran «políticamente más tolerantes» y resultaban «menos autoritarios» en sus puntos de vista. También demostraban ser más activos políticamente. El autor considera que la influencia de la lectura, el cine, y luego su paso a televisión ha modelado de alguna forma a toda a una generación y su manera de entender el mundo, y ha estrechado los lazos de comunidad. El comportamiento gregario de los fans sigue en los entornos universitarios entre generaciones que han ido sucediendo a los miléniales en la pasión por Harry Potter. Que los profesores hayan crecido con el personaje tiene mucho que ver. Las universidades de Yale, en Estados Unidos, y Durham, en Reino Unido, organizan cursos centrados en la ética y la cultura que puede inspirar determinada lectura de la obra de Rowling, y hasta en India, en la Universidad de Kolkata, se imparte un curso legal, dentro de la facultad de Derecho, a partir de reflexiones jurídicas que abre la trama del Potterverso.

Harry Potter y el efecto mágico en la literatura juvenil. Las repercusiones del fenómeno Potter impactaron de lleno desde su origen en la cultura y la lectura de los más jóvenes. Harry Potter vino, de alguna manera, a rescatar el sector. «Potter», explica Andrew Deman, es en definitiva «una historia sobre un internado mágico en un momento en que la ficción juvenil se había vuelto muy oscura y moderna». Deman es profesor en la Universidad de Waterloo y experto en narrativas gráficas y cómics. Señala que el universo Potter «representa una revitalización moderna de un género aún más antiguo llamado school-days, que se remonta a 1857 y fue tremendamente popular entre las generaciones de jóvenes lectores a fines del siglo XIX». La narrativa fantástica caló en las edades más jóvenes, y los niños fueron saltando de una saga a otra, en un mercado editorial floreciente que emulando el éxito de Rowling, acompañaba en las distintas etapas de crecimiento a sus lectores. Los jóvenes de 14 a 24 años son los que más leen (un 73,8%), según el barómetro de hábitos de lectura y compra de libros del gremio de editores de España que pudo tener un fuerte impacto de los hábitos del confinamiento, pero ya en años anteriores la franja donde la lectura tiene más prevalencia es la de 10 a 13 años, con unos 7 libros al año de media.

Harry Potter contra la pandemia. Sucedió durante el confinamiento. Entre los retos virales de Tik Tok, uno de los más compartidos fue la celebración de un fin de semana Harry Potter, según el cual te podías preparar un cóctel sangre de unicornio, con tequila limonada y Saint Germain inspirado en el brebaje que aparece en Harry Potter y la piedra filosofal, o una poción multijugos con base de ginebra basado en el zumo mágico cambiaformas que aparece en Harry Potter y la cámara secreta. La idea era recrear cócteles inspirados en novelas de la saga para pasar el tiempo. No fueron los únicos retos virales que abundaron en las plataformas. Eran una escapatoria virtual en toda regla. Durante lo peor de los toques de queda, en mayo de 2020, J.K. Rowling lanzó el proyecto Harry Potter At Home, con una web con enlaces también en castellano donde el protagonista, Daniel Raddcliffe, y otros actores de Hollywood leían capítulos del primer libro.

Harry Potter podría haber caído en interés, y de hecho sufrió el impacto del vacío causado por el final de la saga literaria. También por la revisión de las nuevas generaciones, más comprometidas en la diversidad de género y raza y críticas con las formas elitistas que en el fondo implican que la trama suceda en una universidad tan exclusiva.

La distribución racial de los personajes y su peso en la trama, por ejemplo, no retratan los nuevos tiempos. Además, las polémicas generadas por la autora sobre la transexualidad, en las que fue acusada de transfobia fueron descalificadas por los mismos actores de la película y no mancharon su obra. «Todos son ahora menos ingenuos, pero muchos padres jóvenes habrán leído y amado la serie Potter y querrán que sus hijos tengan la misma gran experiencia», apunta Jane Sunderland, lingüista en la Universidad de Lancaster y experta en literatura infantil, género y autora del ensayo Harry Potter y más allá. Deman, que recuerda que la «adultez se considera en amplios círculos como una «antítesis a la felicidad», ve en la conexión con la nostalgia de la infancia y adolescencia como esa vía de escape cultural. «La pandemia golpeó, y el mundo mismo fue significativamente más desafiante y aislado» Así ha sido como donde antes se veía a Harry Potter como una distracción del mundo real, en 2021, se ha empezado a mirar «como una herramienta de supervivencia para muchas personas que están soportando lo que sin duda se convertirá en el la mayor catástrofe de salud mental del siglo XXI».