Música clásica

Finlandia imaginada

Crítica del quinto concierto de abono de la Orquesta Filarmónica de Málaga, con piezas de Jean Sibelius

Ensayo general del programa nº 5 de la Temporada de Abono de la OFM.

Ensayo general del programa nº 5 de la Temporada de Abono de la OFM. / OFM

Alejandro Fernández

Alejandro Fernández

El quinto programa de abono de la Filarmónica de Málaga regresaba este pasado jueves tras el gran papel desarrollado por el conjunto en el comienzo de la temporada lírica del Teatro Cervantes hace una semana. Volvía la Filarmónica de la mano de su director titular José María Moreno con un programa entre los atriles con sustancia protagonizado por el ya incuestionable compositor Jean Sibelius. En concierto tres grandes páginas dentro de una apariencia clásica de concierto -obertura, concierto y sinfonía- y que no deja de ser más que un guiño del maestro Moreno para destacar el profundo carácter personal que irradia la música del músico finlandés y todo relacionado por un hilo cronológico que ofrecía una perspectiva muy completa del período “nacionalista” de Sibelius.

Abría el concierto la página más temprana de este monográfico, el cuadro sinfónico Finlandia extraída de una colección de preludios que muy pronto quedaría como página independiente al ser identificada como emblema de la independencia de Finlandia lejos de esa fuente de inspiración constante en la obra del compositor como es la naturaleza indomable, el paisaje agreste o la inmensidad del bosque fines. Articulada en dos secciones el maestro Moreno dibujó una primera sección grave gracias a la iluminada sección de metales incorporando con precisión la entrada del resto de secciones antes de avanzar a la segunda sección bien contrastada entre las fanfarrias que la dominan y el dulce episodio central. En la sección final nuevamente los metales asumieron el protagonismo en la conclusión de la obra con rotundidad tanto en el color como en la emisión.

El violín de la coreana Clara-Jumi Kang que debutaba con la OFM de la mano del maestro Moreno lo hacía con una de las grandes páginas concertantes del repertorio para violín, el Concierto para violín y orquesta en Re menor de Sibelius. Escrito entre 1903 y 1905 la partitura se organiza en tres capítulos que Kang expondría con un estilo muy personal caracterizado por la claridad expositiva pero también por tintes líricos y declamatorios que fueron dando vida a cada uno de los tiempos comenzando por el allegro de apertura donde conjunto y solista ofrecieron una línea argumental y temática ascendente rematada en la sección final. En el corazón del concierto Kang dio rienda suelta al instrumento con tono lírico reforzado por los diálogos entre solista y conjunto. El allegro de cierre se distinguió por el toque preciso de virtuosismo y un irresistible ánimo de danza reforzado por el obstinato desplegado por las cuerdas de la Filarmónica.

Cerraba este irresistible concierto la Segunda sinfonía de Sibelius escrita dos años antes del concierto para violín en la que el maestro Moreno y los profesores de la Filarmónica realizaron un ejercicio musical de soberbia factura en la que las distintas secciones dialogaron con inspiración en la exposición de los temas, proporcionaron una emisión redonda y equilibrada dotando a la página de sentido orgánico gracias a la perspectiva con la que el titular de la OFM abordó la interpretación destacando especialmente los dos movimientos finales donde apetece clave la transición del scherzo al finale.

En programas como el interpretado por el primer conjunto la orquesta crece, transmuta a otro plano artístico donde todo apetece en su sitio.

Teatro Cervantes

Solista: Clara-Jumi Kang.

Dirección: José María Moreno.

Programa:Finlandia, op.26 (cuadro sinfónico); Concierto para violín y orquesta en Re menor, Op. 47 y Sinfonía nº2 en Re mayor, op. 43, de J. Sibelius.