Fenómeno

La explosión del freestyle en España

La meteórica profesionalización de las competiciones de rimas improvisadas en los países de habla hispana ha dado pie a una prolífica industria que produce estrellas de calado generacional. El malagueño Skone, que acaba de lograr el subcampeonato de la Batalla de los Gallos internacional, presenta estos días un documental sobre su vida

El malagueño Skone, en la Batalla de los Gallos 2021

El malagueño Skone, en la Batalla de los Gallos 2021 / carlos megía/v a gómez. madrid/málaga

Carlos Megía

Llenan estadios solo reservados a las grandes estrellas de la música, sus seguidores en redes sociales se cuentan por millones, las editoriales se pegan por los derechos de sus obras y las marcas comerciales ven en su talento y carisma la oportunidad de conectar con aquellos que se resisten a seguir los pasos de sus padres en lo que a hábitos de consumo se refiere. Nunca ha habido un mejor momento para ser freestyler que el actual. La disciplina de soltar rimas improvisadas en batallas contra otros raperos goza de un predicamento incontenible, batiendo récords de audiencia y beneficios en cada nueva edición y alzándose como uno de los pilares culturales inherentes a la generación Z, a este y al otro lado del charco. Los últimos días de 2021, en los que coinciden la prestigiosa Final Internacional de la Red Bull Batalla de los Gallos y el inicio de la nueva temporada de la liga FMS, exhiben toda la fuerza mediática de un fenómeno que, en cuestión de audiencias, mira de frente tanto al fútbol profesional como a los milénicos eSports.

El malagueño Skone es, sin duda, una de las piedras angulares del movimiento, el padre de una escena de la improvisación, la malagueña, de las más fértiles, con nombres como los de Tirpa, BTA, Hardem, NQP, Sacro Requiem, Haron... Acaba de lograr el subcampeonato en la citada Red Bull (fue derrotado por el mexicano Aczino) y su palmarés es legendario: fue el gallo campeón internacional en 2016 y dos veces ganador de la competición a nivel nacional. Ahora, Playz, el canal de TVE donde Skone presenta el talent de freestylers Réplica, se ha propuesto conocer a Chemi, el chaval tras el MC, a través de un documental que acaba de estrenarse, ‘The Big Fish’. Porque aquí el protagonista es José Miguel Manzano (Málaga, 1989): «Empezamos con mis raíces, dónde nací, quién soy yo, mis amigos de la infancia y también los de mi adolescencia que además ninguno es rapero ni tiene nada que ver con esta movida; hablamos de mi crecimiento personal y de la parte profesional con los amigos que me he hecho en esta senda del freestyle», asegura el rapero en una entrevista con el canal. Porque apunta Chemi que «asomarse al pasado es complicado».

Urban Roosters

Uno de los máximos responsables de ese estado del bienestar es Asier Fernández, padre fundador del movimiento en nuestro país. Junto a su socio Pedro Henrique, este creativo publicitario de 39 años convirtió un hobby adolescente en la todopoderosa Urban Roosters –algo así como la FIFA del hip-hop–, responsable de la industrialización de la disciplina. Lo que empezó como una campaña ficticia para adecentar un currículo que poder presentar a las agencias en busca de trabajo fue el germen de un organismo regulador que, a través de seis ligas profesionales, las Freestyle Master Series o FMS, enfrenta a los mejores raperos de España, Argentina, Chile, México, Perú y Colombia. “Fuimos la primera competición en formato liga que pagaba un sueldo por practicar lo que hasta entonces había sido una afición. Ahora hay que gente que vive muy bien de esto. Los cachés que se cobraban hace unos años se han multiplicado por diez”, alega el logroñés al otro lado del teléfono.

Superar los prejuicios históricos que rodean al mundo del hip-hop y conseguir financiación para su proyecto no fue fácil, embarcándose en una travesía que dura ya cerca de una década: «Al principio se nos cerraban muchas puertas. Nosotros éramos conscientes de que existía una visión sobre el rap como de gente de calle, de desechos de la sociedad, y tuvimos que demostrar muchas veces que éramos profesionales. Luchábamos contra el estereotipo desde el minuto uno de nuestras presentaciones», añade Fernández, que construyó su compañía replicando la estructura de otros deportes de nueva creación como la UFC (artes marciales mixtas) o el surf.

La explosión del freestyle en España

Imagen de la final internacional de la Red Bull de 2020, en Perú. / carlos megía/v a gómez. madrid/málaga

Con una comunidad superior a los 20 millones de seguidores, el crecimiento ha superado cualquier expectativa. El número de visualizaciones de las jornadas de la FMS cuenta con más espectadores que cualquier partido de La Liga en la televisión tradicional en abierto. Si dos equipos con la tradición de, por ejemplo, el Athletic de Bilbao y el Real Betis consiguen reunir a poco más de 600 mil personas ante el televisor, el enfrentamiento entre los raperos Bnet y Gazir el pasado mes de marzo superó los cinco millones de reproducciones en Youtube. Su audiencia también triplica a la de otra competición de reciente cuño y target similar, la Liga Profesional de Videojuegos. Entre 2016 y 2019, Urban Roosters pasó de facturar 20.000 euros a casi dos millones y medio de euros anuales.

Ídolos de masas, talentosos, inteligentes, «sanos»… No resulta complicado vislumbrar todos los atractivos que las marcas comerciales intuyen en los freestylers, pero el CEO evoca una tesis literaria para dar contexto a su triunfo. «Su caso es el del camino del héroe. Son chicos muy jóvenes que proceden de una plaza y construyen una carrera de éxito alrededor de las batallas. Son influencers en toda regla porque sus admiradores quieren replicar sus valores, cómo visten, su forma de vida…», expone, reconociendo el papel que «los propios hijos de los directivos de marketing» han tenido a la hora de poner en conocimiento de las multinacionales este fenómeno de cimientos digitales y urbanos.

Un caso paradigmático es el de Guillermo Rodríguez, alias Arkano, mejor freestyler del mundo en 2015, culminando así una trayectoria de éxito que arrancó en tiempos precarios, casi clandestinos. «Cuando empecé no teníamos ni el 1% de público que hay ahora. En las batallas, si tenías suerte y te colabas en la final o en las semifinales, los que llegábamos lo compartíamos y a lo mejor te daba para cubrir los gastos del viaje. Era una locura imaginarnos que íbamos a poder vivir de esto», afirma.

Arkano es el eslabón que ayudó a popularizar las batallas protagonizando anuncios, publicando libros, respondiendo a la llamada de artistas como Alejandro Sanz o Melendi... ¿Su último paso en el camino? Participar en la nueva edición de Masterchef Celebrity, exhibiendo su talento para las rimas improvisadas ante más de dos millones de espectadores.

Las audiencias del freestyle se multiplican año a año y con seguidores tan influyentes como el streamer Ibai Llanos, que es capaz de sumar tres millones de visualizaciones con sus opiniones sobre una batalla, seguir tildándolo de nicho resulta torpe y fútil. Todo un fenómeno.