Escena

El teatro corre por las venas de una veinteañera: María Beltrán

Empezar una carrera profesional en el teatro no es una tarea sencilla. Así lo defiende la joven dramaturga malagueña María Beltrán, en quien despertó a los 17 años su pasión por los escenarios. Desde entonces se ha formado en cursos de teatro contemporáneo y tiene ya varios premios a su espalda. Actualmente tiene una función en gira, Tras las trágicas, sobre las protagonistas femeninas de Shakespeare. La joven dramaturga malagueña defiende que la lectura y el consumo constante de otros formatos culturales son esenciales para poder dedicarse a la escritura de funciones

María Beltrán, en el patio de butacas.

María Beltrán, en el patio de butacas. / Ana barranco. Málaga

Ana Barranco

«La primera obra que escribí y que se representó fue un microteatro que hicimos aquí en Málaga que se titulaba Minutos apasionados, sobre dos personajes en una estación de tren». Solo 22 años y varios premios de teatro a su espalda, la malagueña María Beltrán sabe con certeza que el teatro es su vocación: «Es incertidumbre aunque también son muchas otras cosas maravillosas, sino no lo haríamos, pero es una vocación: si te llama vas».

Sus manos de escritora diseñan multitud de vidas sobre el papel, o mejor dicho sobre el teclado, con confianza en su talento, el que comenzó a desarrollar con solo 8 años: «Empecé leyendo muchísimo, me encantaba y a escribir, por lo que tengo en casa, desde los 8 años. En la ESO sobre todo escribía relatos y poesía».

Su inquietud por los escenarios llegó algo más tarde, con 17 años, aunque al principio no fue entre bastidores. «En 2016 mis padres me habían metido en el grupo de teatro de MIES (Asociación católica Misioneros de la Esperanza) y en otros grupos para que se me quitara la vergüenza. Empecé interpretando con niños y adolescentes y ahí decidí que lo que me gustaba era escribir», recuerda.

Desde que tuvo claro a qué quería dedicar su tiempo, no se lo pensó dos veces. Su destino era Madrid, que fue posible gracias al apoyo incondicional de sus padres: «Siempre me han apoyado en el teatro y en la escritura, me dejaron empezar a hacer cursos en Madrid. En cuanto cumplí los 18 ya estaba con un pie allí».

No le cabe duda alguna en que este tipo de formación es esencial para dedicarse al teatro contemporáneo: «Yo creo que hace falta mucha formación complementaria de gente que ya se ha dedicado a la dramaturgia o que está en ello ahora mismo y que está innovando», detalla la joven malagueña, quien añade: «Aquí en Málaga es muy complicado; en Madrid, Barcelona si puedes».

No son pocos los retos a los que ha tenido ( y tiene) que hacer frente todos estos años: el primero, la inestabilidad de su vocación, que a su recién cumplida mayoría de edad hizo dudar a su familia: «Siempre hay un primer momento en el que se dan cuenta de lo que supone: incertidumbre». Asimismo, también quiso dar una oportunidad a una formación más especializada en la Universidad de Granada que finalmente decidió abandonar. «Empecé Literaturas Comparadas en Granada pero lo dejé para venirme a hacer teatro».

Su día a día es una formación autodidacta constante. “Leer y ver mucho teatro, mucho currar también, es un poco todo. Todo lo que antes estaba por gusto que era leer, ver y hacer hay que potenciarlo”.

María es fiel defensora de que, aunque es importante acudir a la capital para formarse y consumir cultura, quiere tener lo que denomina «su campamento base» en su ciudad, Málaga.

«Quiero a Madrid y Barcelona también me interesa y donde haga falta voy a ir para trabajar de esto pero si puedo quedarme en Málaga me quedo».

Asimismo, una vez que ya ha conocido cómo funciona el mundillo del espectáculo en la capital madrileña defiende que en Málaga «puedes hacer un teatro más propio, más auténtico y das la oportunidad de que en un sitio donde no viene tanto teatro se creen funciones y se muevan».

Su último proyecto

María tiene especial cariño por las obras del dramaturgo británico por excelencia, William Shakespeare, que conoce al dedillo. Tras las trágicas es el resultado de dicha pasión y una oportunidad de conocer de cerca a las protagonistas femeninas de estas tramas, Ofelia, Lady Macbeth y Desdémona.

«Estamos hartos de decir los nombres de Hamlet, de Otelo y de MacBeth pero sin ellas no habría obra», resalta la malagueña. Además, defiende que va especialmente dirigida a las mujeres, pues las protagonistas representan tres posiciones en la vida, tres edades por las que pasamos todas».

Tras las trágicas, que encomendó a Dmonos Producciones, resultó ganadora en el concurso Shakespeare to woman convocado por la Sala Plot Point de Madrid en el año 2019, donde se estuvo representando durante dos años hasta aterrizar hace varias semanas en la Sala Joaquín Eléjar del Colectivo Cultural Maynake de su querida Málaga.