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'Héroes de barrio', la ilusión de una joven futbolista por conocer a Joaquín

La comedia de la gaditana Ángeles Reiné participa en la sección no competitiva del certamen de cine de Málaga

Photocall de los protagonistas de la película 'Héroes de barrio'.

Photocall de los protagonistas de la película 'Héroes de barrio'. / Gregorio Marrero

José Luis Picón (EFE)

Un padre se ve en el aprieto de cumplir la ilusión de su hija futbolista de conocer a Joaquín, el jugador del Betis, en "Héroes de barrio", segundo largometraje dirigido por la gaditana Ángeles Reiné, quien define la película como "una comedia con valores".

Reiné recibió este encargo del productor Eduardo Campoy, que le entregó el guion inicialmente escrito por Antonio Prieto y le dio la posibilidad de retocarlo y hacerlo "más personal" y aportarle "nuevas ideas y enfoques", señala en una entrevista con EFE la directora, que presenta este viernes la película en la sección oficial no competitiva del Festival de Málaga.

"Lo reescribí con dos pilares importantes: una visión más feminista, porque se le dan referentes a las niñas y se les dice que, si quieren ser futbolistas de mayor pueden serlo, y una nueva manera de ver las relaciones de una pareja divorciada, que se lleva bien aunque no estén juntos y consigue una relación de respeto y amor", explica.

Desvela que, en aquella primera versión del guion, el joven futbolista protagonista era un niño, algo que ella modificó para mostrar "que hay niñas que consiguen ser futbolistas en España, donde tenemos a la Balón de Oro", en alusión a la jugadora del Barcelona Alexia Putellas.

También quería Reiné que los personajes de esta trama que se desarrolla en un barrio de Sevilla "hablaran en andaluz, un andaluz que se entendiera, no un andaluz cerrado que no se entendería en el resto de España".

"La única que no era andaluza era Luna (Fulgencio), pero lo trabajó con su abuelo andaluz, creo que ha quedado muy bien y quien no sepa que no es andaluza no lo pilla".

Sobre la participación de Joaquín en la película, asegura que "fue fácil, porque le gustó el guion, le enseñaron algunas secuencias y le enterneció mucho".

"Como directora fue facilísimo. Llegó al rodaje con su familia y fue encantador, cercano y humilde, escuchando lo que yo tenía que aportarle. La única anécdota es que, como no conocía el cine, le llamó la atención que había que repetir tomas algunas veces. Se le ve feliz con la vida que tiene", resalta.

Su intención era rodar una película "que puedan ver tanto niños como niñas, y que los niños también integren el feminismo en sus vidas, que vean que sus amigas juegan al fútbol, al baloncesto o al hockey o que un amigo hace ballet".

En ese lugar donde se desarrolla la historia hay "niñas que juegan al fútbol con otras niñas y también con niños, inmigrantes, personas de otras nacionalidades o gente con valores adicionales como una persona con síndrome de Down, todo lo que podría haber en un barrio real".

Para Reiné, esta película es "lo que los americanos llaman una 'feel good movie', de pasarlo bien y de buen rollo, de salir del cine con muchas ganas y con valores sobre la amistad, el amor, la tolerancia, llevarse bien con las parejas y escuchar a los hijos".