Música

Pablo Alborán se entrega a Málaga en su esperado regreso a casa

El artista reedita su amor correspondido con la ciudad en la primera de sus tres noches en el Teatro Cervantes. Emoción, talento y cercanía de la mano de un malagueño que salió «a dejarse la piel por su tierra»

Virginia Guzmán

Virginia Guzmán

Para cualquier artista todos los conciertos tienen algo de especial, hay una unión, una cercanía con su público que sólo se puede hallar de esa manera. Pero cuando se trata de la tierra natal, esa cita se reviste de una épica distinta, esa cercanía se hace aún más estrecha. Y eso es lo que vivió este lunes por la noche el malagueño Pablo Alborán en su esperado regreso a la ciudad que lo vio dar sus primeros pasos en el mundo de la música.

Ese joven es hoy un reconocido y consolidado cantante y compositor, y fue el Teatro Cervantes el lugar elegido para un reencuentro que se produce después de varios años en los que el artista ha pasado por la provincia pero no por la capital y en los que la pandemia había reducido las posibilidades de disfrutar de música en directo. La de este lunes era la primera de las tres citas que el malagueño tiene en el Cervantes hasta el miércoles, tres conciertos que se enmarcan dentro de su gira de teatros y que en su ciudad, como no podía ser de otra manera, han colgado el ‘sold out’. Que tenía ganas de encontrarse con su público era obvio con sólo mirar las redes de Alborán. «Es hoy, es hoy», puso en su cuenta de Twitter horas antes del concierto y el domingo ya había hablado de sus nervios por volver a casa. Y llegó el día y la hora.

Pasadas las ocho de la tarde, el artista comenzó con los acordes de Hablemos de amor. Él y su guitarra. No hizo falta más para que el público se entregara. «Me parece súper emocionante y surrealista estar aquí en casa, con mi familia, viviendo un sueño juntos. Vamos a dejarnos la piel por mi tierra, por Málaga, por vosotros», dijo el artista tras cantar Desencuentro y contar que el primer concierto al que fue en su vida fue precisamente en el Cervantes. Ya al piano llegaron Ecos, Que siempre sea verano y Tanto, para continuar con su banda con temas como Miedo, La escalera o una maravillosa Tu refugio a capella. Quiso Pablo dar las gracias a toda la gente que hace doce años lo veía cantar en bares como el Nómada. «Málaga siempre me agarró la mano y me dijo palante», recordó. Y esa gente de Málaga es la que sigue a su lado, alargando una historia de amor correspondido entre el cantante y su público, una simbiosis que se veía cuando el teatro coreaba sus letras o hacía el silencio para que Alborán y su piano dieran voz a temas como Saturno, Castillos de arena o Pasos de cero, con un escenario de fondo minimalista pero elegante y bien estudiado.

Tuvo tiempo también para dedicarle Si hubieras querido a su amiga Bego, presente en el concierto, y con la que contó que siempre comparte sus maquetas y las ponen en el coche con las ventanillas bajadas. Y por no faltar no faltó ni Pablo cantando flamenco, estando en Málaga no podía ser de otra manera.

También estrenó un trozo de un tema nuevo y emocionó a todos cantando Solamente Tú o Prometo, para poner después literalmente al público en pie entonando Dicen, Tabú y La Fiesta, momento en el que presentó a sus músicos para llegar al bis. Y sorprendió Alborán con una emocionante versión de Sobreviviré, el tema de Paco Ortega de la película del mismo nombre. Con los asistentes entregados, tras Quién, llegó el momento de disfrutar de nuevo de pie de Te he echado de menos y Llueve sobre mojado, el éxtasis final para unos asistentes que lo dieron todo y que no querían que la fiesta se acabase.

Las imágenes del concierto de Pablo Alborán en el Teatro Cervantes

Aspecto que presentaba el Cervantes minutos antes de comenzar el concierto. / Álex Zea

Fueron casi dos horas de emociones encontradas, de cercanía, de volver a comprobar que la música evade y sana y sobre todo si viene de la mano de un artista que es puro talento. Solo ante el micrófono, con la guitarra, al piano. Todas las modalidades de Pablo Alborán transmiten la misma pasión, la misma entrega, la de alguien con un talento innato, que también se deja ver en sus composiciones. La mejor manera de descubrir a Pablo Alborán es disfrutando de él en directo, pero el malagueño no es sólo su voz, es también sus letras, su capacidad de convertir en palabras sentimientos propios que lo son también universales. Amor, desamor, pérdida, esperanza, encontrar la felicidad en uno mismo y también en lo que nos rodea, en lo inesperado y también en la rutina.

Sus canciones son un refugio, más aún en estos tiempos en los que a veces la música se convierte en algo efímero, que deja de tener vigencia pasados solos unos días. No es el caso de Pablo Alborán, que sigue navegando en ese complicado mundo con acierto. No se ha cerrado a experimentar otros estilos, a evolucionar en sus sonidos y sus letras, pero sigue siendo fiel a su esencia. Martes y miércoles el Teatro Cervantes volverá a ser su casa. Y esperamos que sean muchas más las veces que Málaga lo vuelva a sentir. Que sea una vida entera.

Suscríbete para seguir leyendo