Rap

Málaga: presente, pasado y futuro de una cuna «freestyler»

Skone, BTA, Tirpa, Sacro Réquiem y MC Men son algunos de los rimadores de la tierra más laureados en finales regionales, nacionales e internacionales a lo largo de estos últimos años

Concurrida batalla de gallos en una pasada edición de Gamepolis. | GAMEPOLIS

Concurrida batalla de gallos en una pasada edición de Gamepolis. | GAMEPOLIS / víctor a gómez. málaga

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Los gallos son ahora las estrellas. Que se lo digan a los responsables del Marenostrum de Fuengirola, que han colgado el no hay billetes para su cita del sábado, la de la Final Nacional de la competición señera en esto de las rimas improvisadas, la organizada por Red Bull. Un ejemplo más de la pujanza de un fenómeno digno de estudio y que en nuestra Málaga siempre ha tenido una de sus mecas.

Hace 30 años, nada más y nada menos, los asiduos al Parque del Oeste, recién inaugurado en aquellos primeros noventa, quizás se fijaran en un grupo de malaguitas con un loro, alguien con un walkman, otro haciendo beatbox, hablando de rimas y ritmos y poniéndolo en práctica. Era una crew de chavales que se habían conocido en el Festival Juvensur, en el recordado Centro de Exposiciones Sur, en una cita en torno a la cultura del skateboard y el hip hop. Rayka y DJ Narko (después, en Hablando en Plata), Secko, Elphomega, Spanish Fly (más tarde, miembro de Triple XXX), Mr Can (el músico Roberto Cantero, habitual en Chambao) y más, entre bailarines y grafiteros (como el propio Apa, el gran aglutinador de talentos) tenían hambre pero pocos, poquísimos medios. Allí, en la calle, se produjo el big bang del rap malagueño, pero ésa es otra historia.

Ahora la cosa es diferente. Los aspirantes a raperos ya no son una de esas tribus urbanas (concepto rancio donde los haya) Los gallos llenan estadios solo reservados a las grandes estrellas de la música, sus seguidores en redes sociales se cuentan por millones, las editoriales se pegan por los derechos de sus obras y las marcas comerciales ven en su talento y carisma la oportunidad de conectar con aquellos que se resisten a seguir los pasos de sus padres en lo que a hábitos de consumo se refiere. Nunca ha habido un mejor momento para ser freestyler que el actual, y es gracias a todos aquellos que desde hace años organizan encuentros y batallas en parques a lo largo y ancho de la Costa del Sol.

Parque Picasso

A mediados de los años 2000, el Parque Picasso, cerca de la Avenida Andalucía, fue el escenario en el que la generación freestyle malagueña empezó a afilar sus rimas. Chino, Sacro Réquiem, Sutil y, cómo no, el gran Skone, uno de los líderes de la movida a nivel nacional e internacional, escupían unos vaciles, que les llevaron a competiciones regionales y estatales. «Eran algunos de los nombres que empezaban a disfrutar de la convivencia, de una cultura que les daba un sentimiento de pertenencia a un grupo que no conocía mejor forma de expresar sus inquietudes por la vida que el freestyle, mientras representaban a los barrios y municipios que les vieron crecer, como Arroyo de la Miel, Puerto de la Torre, Fuengirola, Benalmádena, Churriana, La Luz, Las Delicias o Puerta Blanca», escribe FJ en un artículo sobre la historia del freestyle en Málaga para Red Bull.

Bastantes recuerdan las posteriores batallas en la Plaza de la Marina, especialmente aquellas del 29 de agosto, que congregaban a la crema costasoleña del asunto: venían desde un gran número de localidades de la provincia, para medir su ingenio, agresividad lírica y agilidad mental. Aria, Sof, LMC, AlterEgo, FJ, Kingston, Buse, Doble A, Japo, Dasoh, AJ, Harmost, Sendo, Sele, Kbeza y muchos más empezaron a despuntar en el cada vez más nutrido sector del freestyle, que, además, atraía la atención de medios, marcas y observadores culturales de todo tipo en busca de movimientos genuinos, espontáneos. De ahí que floreciera en muchos parques, calles y zonas a lo largo y ancho de la Costa del Sol: por ejemplo, ¿no ha paseo por la zona del CAC Málaga o del Puente de los Alemanes un sábado por la tarde y no ha visto a un nutrido grupo de chavales en plena competición de palabras? Cuenta FJ en el citado artículo que un grupo de gallos organizaron por su cuenta en «un pequeño parque en el Arroyo de la Miel la Kiosko Battle»: «En la primera edición hubo unas treinta personas de asistentes, la mayoría de ellos participantes. En las siguientes consiguieron aglomerar más de doscientas personas, y pasaron a celebrarlas en unas cancha de baloncesto que contaba con grada para todos los presentes, lo que facilitaba la escucha de las improvisaciones».

Competiciones

Paralelamente los gallos malagueños ganaban competiciones y seguidores: BTA, el pelirrojo que mejor maneja el doble tempo; MC Men, único e intransferible, heterodoxo, y sus triunfos (ellos, de la calle, sin sponsors, se medían con grandes de la escena nacional como Arkano) y Tirpa, desde Arriate hasta la élite, inspiraron a otros a seguir sus pasos. De ahí que una cuarta parte de los participantes de la Batalla Red Bull del 2020 estaba compuesta por boquerones: Skone, BTA, Tirpa, Jesús LC, NQP y Haron. Unos cuantos también se han clasificado para la Nacional de Red Bull del próximo sábado, la de Fuengirola, la que marcará un antes y un después en la ya de por sí fructífera historia de la cultura freestyle malagueña; la que ha llevado a un puñado de jóvenes boquerones como Skone o Tirpa de los parques con los colegas a viajar por todo el mundo, idolatrados por chavales y chavalas que ven en ellos a estrellas genuinas, de verdad, de la calle.

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