Entrevista | David Palomar Músico

«Siempre se ha querido infravalorar al cantaor festero»

El gaditano, colaborador de artistas tan diversos como Cristina Hoyos y Arkano, actuará en el Teatro Cervantes el 25 de septiembre

David Palomar

David Palomar / La Opinión

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

David Palomar (Cádiz, 1977), cantautor de raigambre, gaditano de pies a cabeza (barrio de La Viña), conoce el flamenco del derecho y del revés, pero quiere seguir aprendiendo. Ha viajado por todo el mundo con las compañías de Javier Barón, Paco Peña o Cristina Hoyos, pero también ha colaborado con figuras alejadas del jondo como Alejandro Sanz, Arkano y El Barrio, entre otros. Presentará el 25 de septiembre en el Teatro Cervantes, dentro del ciclo S!ngulares, su flamante nuevo disco, '8 miradas', su visión personal sobre ocho temas concretos, la violencia de género, la contaminación de los océanos, la vida, la involución del hombre, la pereza, la locura como algo indispensable y diferenciador, la migración del Estrecho y la evolución como forma de revolución. O sea, fiesta, denuncia, emoción, supervivencia, siempre al compás. Dice que es su álbum (el sexto ya) más importante, el más valiente de alguien como él, lo cual ya es decir hablando de quien estamos hablando. 

Hablar de David Palomar es hablar de Cádiz. Debe de sentir uno mucho peso al ser embajador de su tierra, ¿no?

Si te digo la verdad no siento ese peso porque yo camino, respiro y vivo Cádiz de una manera natural, lo tengo tatuado en cada poro de mi piel, Cádiz influencia la persona y el artista que soy.

Publica este mes '8 miradas'. Me da la impresión de que es el disco más importante de su carrera, ¿verdad?

Totalmente, sin duda alguna. Se ha volcado mucha creatividad y muchas horas de trabajo en este proyecto, que comenzó a engendrarse a finales del 2018. Es un disco que aúna compromiso, vanguardia y tradición. Es mi manera de decir que los flamencos estamos vivos, tenemos capacidad de opinión y sabemos utilizar nuestro arte como altavoz. '8 miradas' es mi visión personal sobre ocho temas en concreto. He contado con un equipazo, pero quisiera resaltar la producción compartida con Riki Rivera, Keko Baldomero en as 'Involutivas' y 'Crucero Solea' y de Juan Guevara y Javi Katumba en 'A orillas del Palmar'.

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En estos tiempos tan oscuros, tan difíciles, ¿cuesta sacar la alegría para componer y cantar una canción como El desmadre, por ejemplo?

De las penas y de los momentos más amargos nacen las mayores alegrías y por eso en pleno confinamiento nacieron canciones como ésta y Evolución revolución.

En el flamenco (en el arte en general) lo trágico y lo dramático se han llevado toda la atención; lo festero, lo festivo, ha quedado un tanto relegado. ¿Reivindicar la fiesta es, en cierto modo, una revolución, una actitud inconformista?

[Risas] En mi caso hago lo festero porque me apetece y me divierte. Siempre han querido infravalorar al cantaor festero. Eso nace de los complejos y la envidia de aquellos que no pueden hacerlo. En un cante festero puede haber la misma profundidad que en un romance castellano o una seguirilla.

«Yo no sé lo que te pasa / ya no me dedicas tiempo / prefieres más seguidores / a que yo te coma a besos / Cómo ha cambiado la vida / cómo han cambiado los tiempos / con amor caíste en mis redes / y ahora son las redes las que te tienen preso», canta en un tema. ¿Es importante para usted que el flamenco empiece a cantarnos, a lo que vivimos ahora, o es algo que le sale natural?

Yo llevo mucho tiempo haciendo una literatura más actual en los cantes, intentando transmitir lo que me llega de la gente, de la actualidad, del mundo … Aunque nunca dejare de preservar las letras tradicionales.

Entonces, ¿debe el flamenco acercarse más a la gente o es la gente la que debe acercarse al flamenco?

Nosotros, los artistas flamencos, tenemos que hacer el esfuerzo, el público siempre manda y decide, pero tú tienes que enamorarlos y convencerlos en tu discurso.

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