Crítica

Clasicismo con Promúsica

Alejandro Fernández

Alejandro Fernández

Málaga. Fecha: 13-10-2022. Lugar: Sala de Conciertos María Cristina. Solista: Adrián Fuentes, piano. Dirección: Javier Claudio. Programa: Concierto para piano n.º 21 en Do Mayor, K. 467, de W. A. Mozart y Sinfonía n.º 45 en Fa sostenido menor, Hob. I/45 “Sinfonía de los adioses”, de F. J. Haydn.

El proyecto educativo-formativo que iniciara, su andadura hace ya más de doce años, el violinista y profesor Javier Claudio no ha dejado de crecer gracias a una intensísima actividad no sólo en el plano concertístico con una temporada estable de encuentros y que tiene en la Sala María Cristina el escenario ideal; sino también discográfico, desde los primeros pasos de este proyecto formativo son numerosas las ocasiones que los distintos conjuntos que conforman Promúsica se han adentrado en el estudio de grabación.

La Orquesta de Cámara Promúsica fue la protagonista del encuentro pasado que contó para la ocasión con el piano solista del malagueño Adrian Fuentes alumno destacado de otro gran pianista malagueño Ángel Sanzo. A su incipiente actividad concertística A. Fuentes une su interés por la composición, los arreglos y la edición musical en estrecha colaboración con la Fundación Juan March, el Teatro de la Zarzuela de Madrid o el Palau de la Música de Valencia con los que mantiene una estrechisima relación profesional con proyectos centrados en la recuperación del patrimonio musical español.

Estrenado en Viena cuando Mozart aún no ha llegado a la treintena el Concierto para piano n.º 21 en Do Mayor, K. 467 se trata de una página concertante de claro lucimiento para el solista con momentos de altura técnica y virtuosística en la que no faltan una triada de cadencias presentes en los tres movimientos que articulan la partitura. Para la ocasión, estas cadencias han sido propuestas por el propio A. Fuentes quien ha compuesto todo este material musical sobre una línea argumental que navega entre el virtuosismo y una clara inclinación melódica que dialoga con el resto de la partitura.

Aunque la finalidad del concierto posee un interés crematístico por parte de Mozart ya que obras como esta causaron el interés del público vienés, no es menos cierto el valor artístico del que es uno de los conciertos para piano más apreciados del repertorio. Las cuerdas de Promúsica, con el refuerzo de maderas y trompas a dos, y Javier Claudio a la batuta plantearon un escenario sonoro asentado en el pulso y dinámicas contenidas que incidiría decisivamente en la emisión llena de encanto y efecto. En este sentido el piano de A. Fuente se insertaría con naturalidad orgánica, nota que distinguió toda su interpretación de este concierto, desde su entrada tras la extensa introducción del capítulo de apertura. El motivo central del concierto destacó el ánimo lírico sin patetismos para enlazar con el rondó de cierre de gran altísima exigencia técnica.

La Sinfonía n.º 45 en Fa sostenido menor, Hob. I/45 protagonizó la segunda parte del programa poniendo a prueba el músculo de las cuerdas de Promúsica con el violín concertino de Ignacio Cantos otro de los protagonistas de este nuevo programa del proyecto que lidera el maestro Javier Claudio. Estructurada en cuatro capítulos, el primero de ellos avanza en el desarrollo de la forma sonata para reservar en el segundo un irresistible ánimo lírico en contraste al scherzo de tono saltarín y que hace de antesala al capítulo de cierre abordado por la batuta de Javier Claudio y los atriles de Promúsica con una primera parte de cierta complejidad frente a una segunda cargada de solos instrumentales que se intercalan antes de concluir su participación.