La carrera de Milena Smit está disparada. Con su primera oportunidad dio en la diana: interpretó a una inquietante e inestable chica en 'No matarás', junto a Mario Casas. El equipo de casting dio con ella a través de Instagram, y les enganchó con una corazonada nada engañosa. Su trabajo llamó la atención de crítica, público y académicos, que la nominaron a los premios Goya como Mejor Actriz Revelación.
De ahí, a cumplir el sueño de cualquier actriz española, como si fuera fácil. El siguiente en fijarse en ella fue Pedro Almodóvar, que la convirtió en su coprotagonista junto a Penélope Cruz en el éxito internacional 'Madres paralelas'. ¿Qué atrajo al director de Elisabeth Milena? «Su inteligencia emocional y una sinceridad que no se aprende en ninguna escuela», así como su presencia «arrolladora» frente a la cámara.
Antes de poder ganarse el pan con su verdadera vocación, Milena Smit fue canguro, dependienta, camarera, auxiliar de información en el metro… Todo ello le ha ayudado «en lo más importante que hay en la vida, tener valores. A ser una persona dedicada, responsable y sacrificada con su trabajo». Sacrificio que hizo que el satisfactorio resultado tuviera un sabor mucho más dulce.
Es mucha la presión a la que se somete. Si se tiene en cuenta que es actriz revelación, chica Almodóvar y que en esta serie es la protagonista de la adaptación del mayor fenómeno literario de los últimos años, la losa que le cae encima es de las que pesan.
Con esa mezcla aparece una fórmula que es pura dinamita: las grandes expectativas. ¿Cómo gestiona alguien, que además tiene solo 26 años, esa exigencia de dar la talla? «Tengo miedo a no estar a la altura de las expectativas que tanta gente se ha creado al leer la novela», reconoce la actriz. Algo que «impone bastante», subraya, pero confía «en el trabajo hecho junto a todo el equipo, siempre desde el amor y el máximo respeto al personaje, a Javier Castillo y a todos los lectores». También ha tirado de «valentía», no lo niega.
Valentía que le habría tocado poner en práctica también cuando, de la noche a la mañana, se vio expuesta a tanto foco, y su nombre aparecía en todos los medios. Ahora que le ha surgido la oportunidad de interpretar a una periodista, tiene la posibilidad de rebelarse, pero prefiere sopesar.
«El día a día de un periodista no lo vivo, así que no me siento con derecho a criticarlo». Sin embargo, sí quiere aprovechar para valorar «el gran trabajo de la prensa que se encarga de tratar, apoyar y visibilizar esa realidad más dura, menos agradable, pero que necesita notoriedad por encima de muchas otras noticias e informaciones». Con ello se refiere a casos como el de la serie, que aborda la desaparición de una niña.
'La chica de nieve' es una serie en la que las mujeres adquieren el protagonismo, en la que dan un paso al frente, el que han dado también en la industria audiovisual, aunque parece que el techo de cristal no se termina de romper. «Creo que es una cuestión de que se dé visibilidad al personaje de una mujer de una manera tan interesante y poderosa como la historia que pueda ser contada por el personaje de un hombre». Eso sería, entiende, lo que falta, el «dar la oportunidad de igualar esa importancia en la voz de los personajes femeninos».
Al final, Milena Smit se ha convertido en una proyección, junto a muchos otros, del arte español más allá de nuestras fronteras. Las producciones made in Spain que se exportan son cada vez más y su éxito también ha sumado para que sean cada vez menos quienes se refieren de manera peyorativa a los trabajos con sello español. Sin embargo, el hecho de que sean los embajadores españoles en el extranjero no termina de traducirse al 100% en apoyo económico a la producción nacional, que parece estar congelada.
«Afortunadamente, nuestra ficción está muy bien posicionada, no solo por la calidad de nuestro cine y series en los últimos años, sino por la labor que también han hecho las plataformas consiguiendo que nuestros títulos viajen. Series como 'La chica de nieve', 'Alma' o 'La casa de papel' demuestran el buen momento que vive nuestra industria». Por eso, destaca, «las instituciones deben continuar apoyando el sector de la Cultura, tan bien valorado en muchos países vecinos, como Francia».
A Milena Smit le faltan muchas cosas por hacer, aunque ya haya alcanzado importantes logros. La actriz, que tuvo como maestro a Bernard Hiller, entrenador actoral de Leonardo DiCaprio o Cameron Diaz, tuvo que renunciar a su hogar, en Murcia, para conseguir estar donde está. Por delante ya tiene otros proyectos, como promocionar la película de terror 'Tin & Tina', que se estrena en marzo con Jaime Lorente y Teresa Rabal en su cartel. Y todos los proyectos que vendrán, porque una serie como 'La chica de nieve', la gran apuesta nacional de Netflix de la temporada, es de las que son rampa de lanzamiento. Porque millones y millones de espectadores en todo el mundo seguro que van a conocer a Milena (a través de Miren) a partir de este fin de semana.
