Tendencias

La generación «faster»: la que pone la música a x1,5 de velocidad

La falta de tiempo o el miedo a perderse algo de lo que pasa en internet son los motivos por los que los más jóvenes prefieren ver todo a mayor velocidad. Otros, claro, sostienen que es «una aberración» - «Al principio cuesta acostumbrarse, pero en 10 ó 15 minutos coges el ritmo», sostiene un espectador que ve sus series a mayor velocidad

Una joven escuchando música en su teléfono móvil.

Una joven escuchando música en su teléfono móvil. / PIXABAY

Silvia Cano

Ya no son solo los audios de WhatsApp, los Millennials y la Generación Z lo ponen todo al doble de su velocidad. Desde que plataformas como Netflix, Youtube o Ivoox ofrecen la opción, los más jóvenes han decidido empezar a disfrutar del cine, las series, los pódcast e incluso la música al x1,5 de su velocidad habitual. Tardan menos, ven más contenido y más rápido. Son los llamados fasters y parece que están aquí para quedarse. Pero, ¿tiene esto algún sentido?

Llevo viendo series y escuchando pódcast al x1,5 desde que se da la opción porque no tengo tiempo para hacerlo de otra manera. Como muchos otros jóvenes soy pluriempleada. Si a eso le sumamos el tiempo de transporte, las tareas de casa, comer, dormir y otras responsabilidades... A lo mejor me queda una hora en los días malos. Y aunque tenga poco tiempo, me apetece ver series y escuchar pódcast. Así que los pongo a velocidad 1,5 y le gano una pequeña batalla al tiempo: puedo ver o escuchar dos capítulos en vez de uno». Son las palabras de Nerea Casas, una reconocida faster que, como todas las personas que participan en este reportaje, tiene menos de 26 años y es pluriempleada.

Y no es la única. Los usuarios de YouTube ahorraron de media de más de 900 años de tiempo al día en 2022 gracias a aumentar la velocidad de reproducción de los vídeos, según datos que ofrece la misma plataforma. Ivoox, una de las mayores plataformas de pódcast en castellano, también confirma esta tendencia. Según su Observatorio del año 2021, el 3,64% de los oyentes acelera la velocidad de los pódcast habitualmente y el 8,36% lo hace de forma ocasional. Son los llamados podfasters.

Ritmo

«Los pódcast están creados para ir a su ritmo. Y aunque sean lentos, es el ritmo que el editor ha decidido llevar y en eso está su esencia. No creo que sea posible disfrutar de un pódcast a esa velocidad. Aunque si es porque tienes prisa y no tienes tiempo, no me parece mal, pero debe ser un hábito ocasional», explica Emma Entrena, fundadora de la productora de audio Espodcast.

Es lo mismo que opina David Fernández Marcos, editor, postproductor y realizador de sonido en radio y vídeo, especializado en pódcast: «El que sepa escuchar y atender a esa velocidad bravo por él, pero nunca se van a quedar con todo el mensaje que se lanza. Se pierden el ritmo, los matices de la música, el sonido real de las voces».

Los dos expertos creen que detrás de este acelerón de los contenidos está la falta de tiempo que tienen actualmente los bisoños: «Creo que es algo que hacemos más los jóvenes porque vivimos muy deprisa. No tenemos tiempo para nada, pero queremos hacerlo todo y eso implica realizarlo más rápido. Es algo que vemos en Tiktok, en Instagram o en el x2 de los audios de Whatsapp. Las redes se han adaptado a la falta de tiempo que tenemos», explica Fernández Marcos.

Esta percepción coincide con los datos que ofrece el Barómetro Juvenil 2021 de la fundación FAD Juventud, que asegura que casi el 8% de los jóvenes admiten tener un trastorno de salud mental relacionado con el estrés y la ansiedad. Y no es de extrañar que las cifras sean aún mayores, ya que el estudio solo recoge los datos de aquellos que lo reconocen abiertamente. Y lo cierto es que tienen razones objetivas para estar tan ocupados que acaben sufriendo estrés: los sueldos bajos y temporalidad chocan con los altos precios de la vivienda. Los jóvenes quieren independizarse, así que muchos optan por la opción del pluriempleo. Según el INE, en España solo hay 448.200 personas pluriempleadas.

Los jóvenes se buscan la vida. Y, a veces, en ella no entran ni el cine ni la música a una velocidad normal. «Lo utilizo mucho en pódcast que son más reflexivos o que cuentan historias más largas. Si no pusiera la velocidad x1,5 tardaría mucho en acabarlos y perdería el hilo. También lo hago en las series. Igual no en todo el capítulo, pero sí en esas tramas que no me interesan o que son más descriptivas, o que simplemente me gustan menos. Así solo tengo que verlo más rápido, no saltármelo», cuenta Casas.

De hecho, hasta los expertos posicionados en contra confiesan haber acelerado el ritmo en ocasiones. «Lo hago mucho con los pódcast más informativos, lo paso rápido para quedarme un poco con la información del día. Pero en música jamás», admite el experto en sonido. «Los vídeos explicativos de Youtube sí que los he escuchado a una velocidad más rápida, peor porque a veces en los tutoriales se enrollan y yo solo quiero una solución más rápida. Pero nunca en música y pódcast», confirma también Entrena.

Consumo rápido

Pero otra de las grandes causas de este fenómeno está en el llamado FOMO, fear of missing something, que en castellano quiere decir algo así como miedo a perderse algo. El FOMO es la preocupación que sienten los jóvenes por perderse algo de lo que pasa en el mundo de internet. Tienen que saber el último debate de Twitter, el salseo más reciente de Instagram, el vídeo más viral de Tiktok, el evento de Youtube del influencer de moda... Y eso genera que muchos quieran consumir el contenido como si fuera un buffet libre: más rápido y sin pensar en la calidad. Hay que ver más series, escuchar más música, más canciones, más pódcast, más películas. Y eso, al final, provoca que tomen soluciones como aumentar la velocidad de reproducción para evitar el estrés.

«Estamos tan acostumbrados a la sobreestimulación que recibimos continuamente que incluso la información que lleva un ritmo normal nos parece que es demasiado lenta. Estamos demasiado alterados, pensando que hay que tener todo el rato estímulos y redes. Al final se pierde la verdadera esencia de parar a disfrutar y relajarse un rato. Pero hay algunos que ya se han acostumbrado a escucharlo todo rápido», cuenta Entrena. Esto también puede haber derivado a que con el paso de los años nuestra capacidad de atención se haya reducido a tan solo 10 segundos.

Es el caso de Héctor Hernández, un joven diseñador gráfico que ha decidido ver sus series al x1,25, incluso al x1,5: «Al principio cuesta acostumbrarse, pero en 10 ó 15 minutos coges el ritmo. Se puede disfrutar igual que a velocidad normal, o más si te gusta que las series tengan más ritmo, así se disfrutan mejor. Antes no veía series lentas, las acababa dejando. Ahora son más interesantes y tardo menos tiempo en verlas», asegura.

A estas alturas, puede ser simplemente una de esas costumbres que cogen las generaciones venideras y que ya muchos aceptan. Sin embargo, lo que trae de cabeza a los expertos (y a los Boomers, no vamos a engañarnos), es la nueva tendencia a la que ha llegado este fenómeno: escuchar también la música a mayor ritmo. Algo que queda cada vez más constante en redes como Twitter.

Sin embargo, esto de acelerar más las cosas, ¿es un invento de los millenials y de la generación Z? ¿O solo es algo que vamos haciendo cada vez más con el paso de los años? Asegura Casas: «Esto ya estaba inventado. Nuestros abuelos ya leían el periódico quedándose solo en los titulares, sin meterse en la noticia, y nuestros padres leían en diagonal los libros para ir más rápido por las partes descriptivas... Solo hemos cambiado la plataforma».

Suscríbete para seguir leyendo