Netflix estrena hoy 'Red Rose', la primera serie internacional del malagueño Ramón Salazar

El boquerón es el director de buena parte de la primera temporada de la ficción británica, una historia de terror con los móviles como grandes protagonistas. Los que han visto la serie describen como un singular cruce entre Derry Girls, The Ring y Black Mirror

Los protagonistas de la serie británica «Red Rose».

Los protagonistas de la serie británica «Red Rose». / víctor a gómez / juan manuel freire

Juan Manuel Freire

Más creativos malagueños que hacen olas en el streaming. Javier Castillo sigue triunfando con La chica de nieve (Netflix), la serie que adapta su libro homónimo; Moon girl y dinosaurio diabólico, sobre los cómics de Marvel ilustrados por Natacha Bustos, acaba de llegar a Disney+ y ahora es Ramón Salazar, un veterano en esto del audiovisual, el que lanza ficción en Netflix: Red Rose es su debut internacional y es una de las grandes apuestas de la plataforma especialmente dirigidas para el público ávido de terror.

Podríamos decir que hay dos Ramón Salazar: está, por un lado, el que descubrimos primero, el autor singular de historias humanas intensas (la coral Piedras, el musical de arrabal 20 centímetros, la inventiva y aventurera 10.000 noches en ninguna parte, la íntima y contundente La enfermedad del domingo); y, por otro, el profesional, el guionista especializado en adaptar best sellers (Tres metros sobre el cielo, Tengo ganas de ti) y dirigir o guionizar episodios de series para adolescentes (Élite, o Tini: El gran cambio de Violetta). Seguro que la ductilidad del malagueño fue uno de los grandes factores que le llevaron al encargo de realizar algunos episodios de Red Rose, serie británica sobre una misteriosa aplicación que se ofrece a cumplir tus deseos ocultos y te hace perversos chantajes si te atreves a negarlos.

El director y guionista malagueño Ramón Salazar.

El director y guionista malagueño Ramón Salazar.

Terror

Las historias de terror son a menudo un reflejo, solo levemente distorsionado, de las ansiedades e inquietudes que suelen generar los grandes cambios históricos y sociales, incluyendo la aparición de nuevas tecnologías. De ahí la existencia del llamado techno-horror, subgénero cuyas premisas evolucionan conforme llegan o asoman desarrollos capaces de cambiar nuestras vidas. El penúltimo grito, un subgénero dentro del subgénero, ha sido el terror de app, dedicado a demonizar (con razón) el software que llevamos encima a todas horas, instalado en nuestros móviles, en tantos casos con la finalidad de que otros monitoricen nuestras vidas y relaciones. Después de Killer App (el título ya lo dice todo), Countdown: La hora de tu muerte (sobre una aplicación que, así es, te dice cuándo morirás y te sirve en bandeja la cuenta atrás) o la serie nacional Terror.app, ahora llega Red Rose, una más interesante vuelta de tuerca.

Hasta no hace demasiado, los Clarkson Twins (Michael y Paul) eran conocidos por el canal de YouTube en el que imaginaban imposibles musicales cruzando el universo Star Wars con el imaginario de Disney. Tras ofrecerse a ayudar (y ser aceptados) en la adaptación a televisión de La materia oscura encadenaron See, La rueda del tiempo y La maldición de Bly Manor.

Pero aprender de los mejores no siempre garantiza resultados. Por eso la crítica británica quedó gratamente sorprendida con su primera, aunque cueste creerlo, serie propia. En su estreno en BBC Three el pasado verano, Red Rose obtuvo reseñas apasionadas que no solo podían ponerla al nivel de Black Mirror sino por encima de aquella a nivel de perversión. 

Cuando les preguntaban qué clase de serie querían hacer, los Clarkson lo tenían claro: «Algo como Scream o The ring, solo que en Bolton», la ciudad del Gran Manchester donde crecieron, un antiguo núcleo de la industria textil que cayó víctima de la política económica de Thatcher. Y la serie arranca con un prólogo muy similar al de Scream, solo que adaptado a estos tiempos de casi absurda automatización del hogar. De la seminal mitología de The ring toman la idea de una tecnología (allí el VHS, aquí los móviles) usada como conducto de vida por alguna fuerza del más allá. 

En la serie, la joven Rochelle (excelente Isis Hainsworth), líder de facto de un grupo de adolescentes sin problema en llamarse a sí mismo The Dickheads, o Los Gilipollas’ comete el error de hacer caso al phishing y se descarga una misteriosa app, la Red Rose del título. Lo que parece una herramienta de retoque fotográfico y automejora personal se convierte en incómoda constante en la vida de Roch. Puede hacerle regalos y hacer de ella una especie de influencer, pero también ofrecerle (a través de la cámara del móvil) visiones de pesadilla de su fallecida madre. Como tantas aplicaciones reales, Red Rose quiere hipnotizar, vaciar de voluntad y precipitar al abismo a su usuario. 

Economías frágiles, padres distanciados, madres entregadas al alcohol y algo de negligencia infantil: el terror sobrenatural convive aquí con el más crudo realismo social. Pero los Clarkson saben que reflejar la vida consiste en combinar sombras y luces. Cuando menos grave, Red Rose parece una variación fantástica (en más de un sentido) de Derry Girls, con la que comparte selección musical eurobeat, o Sex education, producida como esta serie por la compañía Eleven

Además de sonrisas, lágrimas y sustos menos bombásticos que elegantes, la serie ofrece una belleza visual innegable. Hay que agradecérselo, en los dos primeros episodios, al tándem formado por el Ramón Salazar (dirección) y el madrileño Ricardo De Gracia (dirección de fotografía), aquí tan exquisitos como en La enfermedad del domingo. En suma, estupendo primer paso del malagueño en la TV internacional.

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