MÚSICA

¿Suicidio o asesinato? El misterio del rockero que lleva 28 años desaparecido: "Por favor, ponte en contacto"

Richey Edwards se volatilizó el 1 de febrero de 1995, el mismo día que pretendía viajar a Estados Unidos para presentar el tercer álbum de Manic Street Preachers | Desde entonces, sin pistas ni rastros, distintas teorías han mantenido (muy) vivo su caso: numerosas personas aseguran haber reconocido al guitarrista en Goa, Varsovia, Nueva York, Berlín... y Fuerteventura. Este 2023, cumple/cumpliría 56 años

Richey Edwards se ’volatilizó’ el 1 de febrero de 1995 cuando tenía 27 años.

Richey Edwards se ’volatilizó’ el 1 de febrero de 1995 cuando tenía 27 años. / ARCHIVO

Pedro del Corral

La última vez que Richey Edwards se subió al escenario fue el 21 de diciembre de 1994. Aquella noche, en el London Astoria, presentaba las canciones de su tercer álbum: The Holy Bible era una colección de poemas sobre el sufrimiento colectivo e individual que, tras su desaparición, se ha considerado un auténtico testamento musical. Sin embargo, nada hacía presagiar este desenlace visto el fervor que Manic Street Preachers levantó en su último concierto.

Los cuatro integrantes vibraron como nunca. Hasta el punto de hacer pedazos sus instrumentos. El éxito les sonreía. De ahí que tuvieran previsto exportar sus nuevos hits a Estados Unidos. La promoción ya estaba organizada, pero el guitarrista se esfumó la misma mañana en la que iban a emprender el viaje. Han pasado 28 años desde aquel 21 de febrero de 1995. Y, aunque hay quienes aseguran haberle reconocido en Lanzarote o Berlín, la realidad es que nada se ha vuelto a saber de él. No hay pistas ni rastros. Sólo algunas teorías mantienen (muy) vivo el caso.

El caso de Richey copó numerosas páginas en la prensa de la época.

El caso de Richey copó numerosas páginas en la prensa de la época. / ARCHIVO

La banda de Blackwood (Gales) estaba formada inicialmente por James Dean Bradfield, Nicky Wire, Sean Moore y Miles Woodward. Corría 1986 y, antes de lanzar sus propios temas, decidieron curtirse en la noche británica. Bebían del punk rock, pero las influencias poperas de la época se filtraron en su raíz. Lo que propició el abandono de Woodward, que dejó de creer en el proyecto. Lejos de abandonarlo, el trío continuó en busca del cuarto componente. Al que encontraron bastante cerca.

Richey era un joven graduado en Historia Política que, para ahorrar algo de dinero, empezó a trabajar como asistente de la formación. Aprovechando esta oportunidad, pasó de cargar instrumentos a componer. Y, al poco tiempo, a tocar su lado. Si bien no era el mejor músico, su actitud dio al grupo la contundencia que tanto aplaudió la crítica y el público. Además, sus incómodas y revolucionarias letras les auparon como una de las grandes promesas de la década. Editaron Generation Terrorists (1992) y Gold Against The Soul (1993), pero rozaron la gloria con The Holy Bible (1994). Edward sólo pudo interpretarlo en contadas ocasiones, su ingreso en un hospital psiquiátrico se lo impidió.

Su aspecto lánguido y cadavérico no era pura fachada, sino un reflejo de los desvaríos que habitaban en su interior. Alguno de los cuales terminaban en autolesiones. De tendencia depresiva, uno de los momentos más salvajes que protagonizó tuvo lugar durante una entrevista. El redactor de la revista NME cuestionó su autenticidad, lo que impulsó a Richey a cometer una atrocidad: cogió una cuchilla de afeitar para, a continuación, grabarse en el brazo la expresión 4 real. Rápidamente, lo trasladaron al hospital.

“Cuando me corto, me siento mejor. Todas las cosas que podrían haber estado molestándome parecen muy triviales de repente porque estoy concentrándome en el dolor. No soy capaz de chillar, así que ésta es mi única válvula de escape”, reconoció más adelante. Desde entonces, sus visitas a las instituciones mentales se fueron salpicando. La última (conocida) fue justo antes de dar el salto a Estados Unidos, lo que le apartó durante unos meses de la presentación del tercer disco. A comienzos de 1995, tras un internamiento fugaz, anunció a su sello la intención de acompañar a James al otro lado del Atlántico. Se reunieron en el Hotel Embassy de Londres el 31 de enero, a la mañana siguiente se evaporó. Tenía 27 años.

Durante una entrevista con 'NME', Richey cogió una cuchilla de afeitar para grabarse en el brazo '4 real'.

Durante una entrevista con 'NME', Richey cogió una cuchilla de afeitar para grabarse en el brazo '4 real'. / ARCHIVO

El vocalista y el guitarrista tenían habitaciones contiguas. Las escogieron así para poder detallar algunas cuestiones de la gira. Habían quedado en salir por la noche a tomar cerveza por los pubs de Queensway, pero Richey rechazó la invitación en el último momento. Quería darse un baño y descansar. De modo que decidieron volver a verse a primera hora en el vestíbulo del hotel. No apareció, lo que alertó a su compañero. Éste, tras esperar unos minutos, llamó a su puerta. No obtuvo respuesta. Así que, especialmente preocupado, pidió al personal que utilizara la llave maestra. Al entrar, no estaba.

La 516 apenas había sido desordenada. La maleta estaba cerrada. Tan sólo faltaban la cartera, las llaves del coche, el pasaporte y los antidepresivos. Decidieron esperar por si aparecía. No lo hizo, por lo que su mánager decidió avisar a la Policía. 24 horas más tarde, la comisaría de Harrow Road empezó su investigación. Lo primero que averiguaron fue que el artista había dejado el establecimiento a las siete de la mañana y condujo su Vauxhall Cavalier hasta su apartamento en Cardiff. Asimismo, descubrieron que, dos semanas antes, había estado retirando 200 libras diarias del banco hasta acumular 2.800.

Fachada del extinto Hotel Embassy, donde Richey Edwards fue visto por última vez.

Fachada del extinto Hotel Embassy, donde Richey Edwards fue visto por última vez. / MUSEUM LONDON

A los 13 días, el coche apareció abandonado junto a una gasolinera situada cerca del puente Severn. Este lugar llamó mucho la atención de la prensa, ya que a él acudía a menudo gente que quería quitarse la vida. El vehículo tenía la batería descargada, lo que indicaba que alguien había estado viviendo en él. A partir de ahí, todo son conjeturas. Nunca más se ha vuelto a tener un indicio fehaciente ni del objetivo ni del paradero de Richey.

Según The Guardian, entre medias, fue visto en la oficina de pasaportes de Newport, así como en la estación de autobuses de la localidad. No obstante, un taxista aseguró haberle recogido el 7 de febrero en el Hotel Kings y haberle trasladado hasta Blackwood, su pueblo natal. Ya allí, supuestamente, se arrepintió y pidió que le llevase hasta la estación de trenes de Pontypool. Pero allí tampoco se bajó. Y puso rumbo hasta Severn, donde pagó 78 libras y se fue andando. En ambos casos, el puente que une Monmouthshire y South Gloucestershire aparece como destino final. Mientras tanto, su familia movió cielo y tierra por localizarle. “Por favor, ponte en contacto. Con amor, mamá, papá y Rachel” fue el mensaje que propagaron por los periódicos más importantes del país.

El coche de Richey apareció abandonado junto al puente Severn, un lugar concurrido por quienes querían quitarse la vida.

El coche de Richey apareció abandonado junto al puente Severn, un lugar concurrido por quienes querían quitarse la vida. / UNSPLASH

Un paquete para su ex novia

Aunque el suicidio era la opción con más papeletas, su entorno lo descartó al instante. A pesar de su conocido desaliento, el guitarrista lo rechazó varias veces: “No entra en mi cabeza. Porque soy más fuerte que todo eso. Puede que sea débil, pero puedo soportar el dolor”. Algo que la periodista Caitlin Moran ratificó en The Times: “Se convirtió en una cause celebre entre tantas personas alcohólicas, anoréxicas y tendentes a la mutilación, ya que fue la primera en el ojo público que habló de estos temas. No de forma chulesca, sino con humildad y cabeza”.

Si no fue así, ¿entonces qué? El 20 de enero de 1996, The Independent difundió un avance hasta entonces desconocido: la noche anterior a su desaparición, Richey regaló a una amiga un ejemplar de Novela con cocaína. Le pidió que leyese la introducción, donde el autor describe en el interior de un hospital psiquiátrico. A los días, se volatilizó. ¿Casualidad? No fue la única novedad: también se desveló que, en su habitación del hotel, había un paquete dirigido a su ex novia Jo: contenía recortes de prensa, libros, una copia en VHS de Equus y una nota con las palabras Te quiero.

¿Suicidio o asesinato? El misterio del rockero que lleva 28 años desaparecido: "Por favor, ponte en contacto".

¿Suicidio o asesinato? El misterio del rockero que lleva 28 años desaparecido: "Por favor, ponte en contacto".

13 inviernos después, fue declarado oficialmente muerto. Aquel 2008, un jarro de agua fría cayó con fuerza sobre una familia que se resistía a olvidarle. En especial, su hermana Rachel. Ella fue la única que continuó la investigación por su cuenta. No sacó nada en claro, pero logró aportar alguna nueva evidencia. Así lo recoge Withdrawn Traces: Searching For The Truth About Richey Manic, el libro de Sara Hawys Roberts y Leon Noakes en el que colaboró: James no fue el último que lo vio, una mujer llamada Vivian le visitó esa misma tarde. Nadie sabe quién era ni qué hacía allí.

La obra, además, recoge anotaciones inéditas que dejan entrever su fascinación por el exilio. Una herencia que bien podría haber recibido de su tía abuela Bessie, quien pasó 80 años viviendo sola. Desde aquel 1 de febrero de 1995, numerosos anónimos reconocen haberle visto en distintas partes del mundo: Goa, Varsovia, Nueva York, Berlín, Lanzarote… De ellas, una generó un gran revuelo: Fuerteventura. Según la BBC, una camarera del Underground Bar de Corralejo le sirvió una cerveza sin discernir quién era. Al rato, tras reconocerle varios clientes, se fugó. Este 2023, cumple/cumpliría 56.

Manic Street Preachers, durante un concierto en Barcelona celebrado en 2012.

Manic Street Preachers, durante un concierto en Barcelona celebrado en 2012. / ÁLVARO MONGE

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Fuera de los rumores, no hay ninguna novedad en el caso. Lo que no ha mermado el deseo de sus seguidores sobre un hipotético regreso. Hay quien aún espera que reaparezca de la nada, dispuesto a recuperar los conciertos perdidos. James, Nicky y Sean así lo ansían. Tal es su convicción que, en este tiempo, han ido separando la parte correspondiente de los royalties de Richey. Igualmente, han realizado varios homenajes. E incluso le compusieron Cardiff Afterlife en su honor. Tras su marcha, la formación se rindió a las radiofórmulas. Se notó la ausencia del artista desde el primer momento. No sólo en los directos, también en la pose, la mirada, el genio… Pero el torbellino que causó su huida terminó de catapultar al entonces trío. Su cuarto cancionero, Everything Must Go, reventó las listas. Y, en cuestión de meses, se colocaron a la altura de Oasis. Durante el primer concierto que dieron sin él, dejaron su micrófono sobre las tablas por si se le ocurría aparecer de repente. Su recuerdo ha estado tan ligado a ellos que, en 2009, publicaron un elepé con letras compuestas por él. Las tenían guardadas a la espera de un acontecimiento especial que jamás tuvo lugar. En total, han editado 11 álbumes sin él. Quién sabe si el siguiente lo harán los cuatro.