Entrevista | Marta Sanz Escritora

"Las escritoras hablamos la lengua de las demonias, lo hacemos al filo"

La novelista Marta Sanz presentará hoy, a las 18.00 horas, su nueva novela, Persianas metálicas bajan de golpe, en la Biblioteca Pública Municipal ‘Manuel Altolaguirre’ de Málaga, con entrada libre hasta completar aforo. Es una de las últimas actividades del aperitivo del Festival de Málaga Málaga de Festival. La novela sitúa al lector en un mundo futuro en que una mujer madura vive con Flor Azul, un dron a través del que mantiene conversaciones con su amiga Bibi, que en realidad es la voz de una actriz

La escritora Marta Sanz.

La escritora Marta Sanz. / david orihuela

David Orihuela

Marta Sanz habla con la palabra justa, mima cada significante para que llegue el significado que ella desea. No vacila, pero medita, piensa, masca y, si no da en la diana a la primera, desarrolla la idea hasta que queda meridianamente clara. Tiene el discurso de quien ha dedicado tiempo a pensarse.

Un título muy sonoro, Persianas metálicas que bajan de golpe, ¿a qué suena su nueva novela?

Es una novela neorromántica que habla de la identidades, del amor, la muerte o las revoluciones en un mundo de ficción. Hablo de cómo las relaciones interpersonales se enrarecen por la prevalencia de la imagen frente a la realidad, de lo táctil frente al tacto.

Amor, muerte, identidad, revolución... Los temas clásicos de la literatura universal.

Intento reactualizar el imaginario del romanticismo en una novela que se desarrolla en el futuro pero en la que de lo que estoy hablando es del presente. Desde el abandono de los ancianos en las residencias durante la pandemia, las depresiones, los suicidios...

Dice usted que la palabra literaria cambia nuestra visión del mundo. La rabina francesa Delphine Horvilleur mantiene que en el mito de Adán y Eva en la Biblia se ha traducido mal la palabra «costilla», que debería ser «costado», con lo que Eva no sería dependiente de Adán sino que estaría a su costado, al mismo nivel, y por lo tanto ahí estaría la igualdad.

Llevo muchos años como escritora y lectora experimentando que cuando nos cuentan que la literatura es intrascendente, que no sirve para nada, los escritores nos hacemos un flaco favor. Hasta las palabras más inofensivas y más blancas toman una posición respecto a lo real. Leer una novela divertidísima o ver una comedia romántica que pienses que es una chorrada, más allá va creando un poso que va construyendo tu personalidad. La cultura influye en la manera de entender la realidad. Y como apunta Horvilleur, los errores de interpretación o traducción pueden crear mitos fundacionales tremendos. La literatura parte de la realidad, pero también la construye.

¿Y qué papel juegan las escritoras en la construcción de esa realidad?

Como dice Adrienne Rich, las escritoras hablamos de las geografías de la escritura. Lo hacemos desde nuestra clase social, cultura, país, nivel de estudios, religión. Escribimos desde nuestro género. Lo que hace el género es enfocar tu mirada hacia esas zonas de la realidad que entran en conflicto con tu identidad, que te hacen sentir vulnerable. La mirada que surge del género es inevitable, nace de quien tú eres. Las palabras de las que estás hecha son palabras marcadas por un canon masculino y por eso las mujeres hablamos desde la conciencia de fragilidad, pero sobre todo desde la contractura, desde un filo. No podemos renunciar a nuestros aprendizajes, a los estímulos del canon, pero al tiempo sabemos que tenemos que trascenderlos. Nosotras hablamos la lengua de las demonias. En contra de la teoría de la cancelación porque dentro de mi metabolismo sentimental están Tolstói y cincuenta mil señores. Escribo desde la conciencia del daño que me pueden hacer, pero desde la conciencia de que forman parte de mí.

Los hombres, ¿lo tienen más fácil para escribir o tienen otros conflictos?

Los hombres siempre lo han tenido más fácil para escribir y para todo. La escritura no es un lugar aparte. La igualdad real entre mujeres y hombres tiene un horizonte de tres siglos.

¿Llegará, aunque sea dentro de 300 años?

No tengo una bola de cristal, lo que sí tengo claro es que en periodos de crisis y conflictos bélicos como el que vivimos los derechos de las mujeres siempre dan un paso atrás, siempre hay asuntos más apremiantes.

¿Cómo afronta este 8M?

Desde la incertidumbre y la inquietud. Me gustaría poder recuperar esa visión del feminismo de 2018 y 2019, cuando era una punta de lanza para unificar todas las vulnerabilidades.

¿Las redes sociales unifican o separan vulnerabilidades?

El ruido de las redes y la velocidad digital agrandan todas las fricciones a partir de una lógica que tiene mucho que ver con el odio. En las trifulcas en las redes no ponemos el cuerpo por delante, estamos hablando con seres fantasmagóricos a los que no nos produce reparo insultar. Igual que tampoco nos produce reparo enviar por whastapp corazones palpitantes. Deberíamos replantearnos nuestra manera de utilizar las redes. Pueden ser un instrumento de democratización sino fuesen un cauce de visceralidad. Además, en las redes es muy preocupante colocar todos los discursos al mismo nivel, pensando que las opiniones son lo mismo que el conocimiento.

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