Entrevista | Cristina Campos Escritora

«Está demostrado que nos amamos con el cerebro y no con el corazón»

Directora de cásting para cine y televisión, la escritura es, sin duda, su gran pasión. Debutó en la novela con Pan de limón con semillas de amapola, que llevó al cine Benito Zambrano, y ahora ha logrado ser finalista del Premio Planeta con Historias de mujeres casadas. La autora presentó ayer su novela en el CAC Málaga, dentro del ciclo de Encuentros Planetarios de la Fundación Rafael Pérez Estrada

Cristina Campos, ayer en Málaga.

Cristina Campos, ayer en Málaga. / ÁLEX ZEA

Eduardo Parra

Pan de limón con semillas de amapola, su primera novela, funcionó muy bien y fue adaptada al cine por Benito Zambrano. Ahora con la segunda, Historias de mujeres casadas, es finalista del Premio Planeta. ¿Cuál es la clave de su éxito?

Creo que el setenta por ciento de mi éxito está en que soy una mujer muy trabajadora, o sea, que trabajo por encima de la media siempre. Mucho trabajo, mucho, mucho sin parar, me encanta. Por ejemplo, para esta novela he empleado tres años, seis horas diarias de lunes a viernes. Como un trabajo de oficina.

¿Y cómo conseguir que no se te suba a la cabeza?

Cuando tienes hijos te bajan a la tierra enseguida. Para ellos no eres más que su mamá.

Historias de mujeres casadas es un libro de amor y deseo lleno de conflictos con personajes ansiosos de libertad, uno de los mayores logros de la novela..

No es una novela feminista pero sí retrata la vida de unas mujeres feministas que pueden elegir, son independientes económicamente de sus maridos y eso les da otra perspectiva de la realidad. Ahí empieza el feminismo, por la libertad económica.

¿Hay matrimonios perfectos?

Yo estoy casada [con el director de cine Jaume Balagueró] y mi marido y yo hacemos un equipo perfecto. Después de 17 años de matrimonio, nos seguimos riendo.

En Pan de limón con semillas de amapola abordaba la familia como núcleo de los conflictos; en Historias de mujeres casadas lo hace a través del matrimonio. ¿Hay hilos que unen ambas historias?

La familia es, después del trabajo el origen de todos nuestros conflictos, así que puedes sacar de ahí mucho para enganchar al lector. Pero son dos novelas muy diferentes: ésta es mucho más pasional y sensual, y sus protagonistas son una parte extendida de mí. Mis protagonistas tienen un alma muy parecida a la mía.

¿Qué mueve el mundo, la pasión o el amor?

Creo que es mejor que lo mueva el amor, la serenidad y el sosiego; la pasión es fuego, fuerza, deseo, sexo.

Los hombres de la novela salen muy bien parados. No ha caído en la tentación de estereotipos matrimoniales y eso se agradece como lector.

Mi papá es un tipo de 90 años muy inteligente y feminista, y mi marido también. Estoy rodeada de hombres inteligentes, sensibles, feministas, que tratan con mucha ternura. A la hora de crear personajes masculinos me interesa la incapacidad de los hombres de expresar sus sentimientos, de decir lo que sienten, de no comunicarse.

¿Y por qué cree que tenemos los hombres esas incapacidades?

Para escribir este libro leí ensayos sobre el cerebro femenino y masculino. ¿Sabe que nos enamoramos con el cerebro y no con el corazón? Ése es un buen titular, ¿verdad? «Nos amamos con el cerebro y no con el corazón». Cuando un hombre toca a una mujer, inmediatamente segrega oxitocina; y luego está la testosterona, que es la fuerza, la lucha, la competencia... Por eso creo que sería maravilloso que hubiese más mujeres en el poder. También leí un estudio que detectó que los hombres no se dicen más 10.000 palabras al día y las mujeres 25.000. Estoy grabando un podcast con Planeta, Historias de mujeres casadas. El podcast, con entrevistas a neurólogos y psiquiatras para hablar sobre el deseo, la sexualidad y el amor desde el punto de vista científico, de la estructura cerebral de cómo sentimos.

Historias de mujeres casadas defiende una institución tan en cuestión desde hace tiempo como el matrimonio.

Sí, defiende el matrimonio, defiende la familia, defiende hacer equipo... Creo que en todas las bodas de este año debería regalarse Historias de mujeres casadas.

Y usted, por cierto, ¿por qué decidió casarse?

Pues mire, porque quería adoptar.

No me diga.

Quería adoptar un bebé, sí, algo que no tiene nada que ver con el matrimonio ya que se puede adoptar sin casarte, pero resulta mucho más difícil así que decidimos casarnos cuando ya teníamos dos hijos. A lo largo de ese tedioso proceso de adopción escribí Pan de limón con semillas de amapola,

¿Por qué escribe?

Porque se me da bien, me resulta fácil. Nací sabiendo escribir pero hay que trabajar, porque hay que tener talento con mucha técnica. Los seis primeros meses de la escritura de una novela son un suplicio pero después, cuando te enamoras de los personajes, todo resulta un placer.

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