Entrevista | Alicia Falcó Actriz
«Cuando me di cuenta de que gran parte de la película dependía de mí lloré»
La joven es la protagonista absoluta de Las buenas compañías, el viaje iniciático de una adolescente comprometida en la España de los años 70

La protagonista del filme, ayer. / Gregorio Marrero
Eduardo Parra
Alicia Falcó se desmarca como una de las grandes revelaciones interpretativas del cine español de los últimos años en la película como directora de otra gran intérprete, Sílvia Munt, Las buenas compañías. En ella, Falcó incorpora a una joven comprometida con el feminismo y el derecho al aborto en el País Vasco de 1976.
Tiene todavía una corta carrera como actriz y en Las buenas compañías sale en el 90 por ciento de los planos. Eso debe de ser muy fuerte...
Tenía miedo pero también mucha ilusión. Le cogí cariño al personaje desde el primer segundo pero cuando me fijé en que la película dependía bastante de mi nivel de actuación lloré. Pero luego me di cuenta de la gran oportunidad que era e intenté confiar en mí y en que la gente me ayudaría.
Sílvia Munt, la directora, habrá sido una de esas personas.
Ella y las otras actrices. Ensayamos muchísimo. Me sirvió para algo importante: al principio, me identificaba mucho con Bea [su personaje], con su punto de rebeldía, pero a la vezen su caso es tan crudo, tan potente que me llegaba a dar algo de miedo. Y durante los ensayos me di cuenta de que, en realidad, soy muy diferente a ella, aunque puedo empatizar con lo que piensa y siente.
El contexto y los hechos de Las buenas compañías, que reivindica la lucha de las mujeres vascas por el derecho al aborto, le pueden resultar ajenos por edad. Porque usted es muy joven...
Cuando hice el cásting para la película tenía 18 años y cuando la rodé 19... Pero en mi familia siempre he absorbido bastante información, a nivel social y político, que me ha ayudado a formarme también como persona. Además, para la película charlamos con mujeres de entonces, de esas organizaciones y movimientos. Pero creo que me ayudó la inocencia con la que llegué al personaje y afronté el proyecto, ese «Vale, voy a abrir los ojos y voy a aprender de todo lo que me llegue». En la película, Bea vive el verano de que lo cambia todo, y yo también, esos meses en Donosti currando a saco, aprendiendo tanto.
¿Ha visto ya la película finalizada?
Sí, pero todavía no con público. Y la disfruté. Además, puede ver a Bea y separarme de ella. Y disfrutar. Y eso creo que es buena señal.
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