Entrevista | Félix Viscarret Director y guionista

«El miedo a lo mejor nos ayudaba cuando vivíamos en cuevas; ahora crea sufrimiento»

El autor de Bajo las estrellas, Biznaga de Oro del Festival de Málaga, regresa al concurso con Una vida no tan simple, una tragicomedia sobre la crisis de los 40 y la importancia de no exigirse demasiado a uno mismo - Miki Esparbé y Ana Polvorosa lideran el reparto de la película, que ha gustado a crítica y público

El realizador Félix Viscarret, ayer en el Muelle Uno.

El realizador Félix Viscarret, ayer en el Muelle Uno. / Gregorio Marrero

Eduardo Parra

Málaga

Isaías, un padre de 40 años que se siente desubicado en su propia vida. Nota el paso del tiempo y el cansancio que pueden provocar los niños, mientras recuerda lo prometedora que era su carrera profesional. En este contexto, una nueva amistad le dará otra perspectiva. Éste es el punto de partida de Una vida no tan simple.

Antes de hablar de Una vida no tan simple, resulta inevitable hablar del recientemente fallecido Carlos Saura. Usted realizó un documental sobre él, Saura(s) en 2017.

Estos días pienso mucho en él. Una vida no tan simple es una película sobre nuestras neuras, lo ridículos, cómicos y patéticos que somos con ese runrún cerebral que nos dice lo que tenemos que hacer para tener éxito, para ser un buen padre... Y Carlos Saura lo que te enseñaba es que lo importante es el aquí y ahora: su gran lección fue la de estar en el momento presente.

¿Cuál es el germen de Una vida no tan simple?

Pues fue precisamente por algo que me ocurrió cuando gané en Málaga con Bajo las estrellas, cuando uno creía que los éxitos iban a seguir viniendo solos... Mientras mis amigos se fueron a celebrar un estreno yo tuve que llevar a mis hijos a casa, y se quedaron dormidoe en el coche. Y ahí estuve a ver cómo podría llevarlos a la cama sin que se despertaran, con una sillita y una mochila... Hubo algo cómico en ese momento, de pérdida de es vida juvenil, de fiesta pero también una epifanía: me di cuenta de que yo ya no era el protagonista, que es algo muy bonito y reconfortante si vas soltando tu ego. Y supe que ahí había una historia que merecía la pena contar.

La película, ¿dice mucho de usted?

A ver, no es una película autobiográfica pero sí que es una reflexión personal y que parte también de cosas como la que he contado antes o cuando estás con tu hija en el parque y te toca llevarla a hacer pis y en ese momento, entre ridículo y cómico, te encuentras a un rival acérrimo de la profesión a quien le parece que las cosas le van mucho mejor que a ti. En ese momento es algo que vives como algo humillante, patético, pero si lo sabes llevar con la madurez adecuada te ayudan a saber lo que es importante y lo que no en la vida, a darte cuenta de que el ego, el éxito y el fracaso no son cosas tan importantes.

Cuando vemos Una vida no tan simple, el éxito y el fracaso se parecen mucho.

Exacto, y engancharte tanto a uno como a otro no te va a llevar a la felicidad. Engancharte al éxito te va a hacer igualmente infeliz.

Es una película que habla sobre nuestras preocupaciones, lo mucho que nos exigimos.

El miedo y las preocupaciones a lo mejor nos ayudaban mucho cuando vivíamos en cuevas para evitar que un mamut o un dientes de sable terminaran con nuestra vida, pero ahora tenemos que aprender a lidiar con nuevos miedos y preocupaciones y, sobre todo, darnos cuenta de que quizás no sean importantes, tan de a vida o muerte. ¿Soy un buen padre, soy una buena pareja, soy un buen profesional? Son sólo miedos, que crean mucho ruido y mucho sufrimiento, así que más nos vale empezar a aprender a pasar de ellos.

Porque también influyen en la pareja: la cotidianidad se convierte en un territorio hostil...

Es que quieres hacerlo bien en tu trabajo, también como padre, como marido... Vas con la lengua fuera y terminas creyendo que haces todo mal. Y, al final del día, cuando estás con tu pareja, vas a gruñir... Pero, en el fondo, es una pequeña prueba de adaptación que hay que superar.

Entonces, ¿el matrimonio es bueno o es malo?

Es que en la vida no hay nada blanco o negro. El matrimonio, como la paternidad, es un potenciador de lo que hay en el corazón: si lo que hay entre esas dos personas es bueno, el matrimonio será muy bueno; si no...

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