Arte

El Museo Ruso cumple 8 años y quiere demostrar que sigue vivo

El centro cultural del distrito Oeste celebrará el sábado una jornada de puertas abiertas y un taller para familias y prepara su próxima exposición temporal, que inaugurará a finales de junio

Imagen de archivo de la entrada del Museo Ruso

Imagen de archivo de la entrada del Museo Ruso / Álex Zea

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

El Museo Ruso cumple el sábado ocho años y lo hará aún como víctima colateral de la guerra de Ucrania: el boicot europeo a todo lo proveniente del Estado Ruso (como la colección del Museo de San Petersburgo que nutría hasta ahora los fondos de la pinacoteca de Tabacalera) supuso un duro mazazo a un centro artístico que estaba despuntando por la potencia de sus fondos y la singularidad de su emplazamiento, lejos del saturado Centro Histórico. Sin embargo, los responsables del museo se enfrentan a un enemigo un tanto más invisible: la desinformación y, con ella, el olvido. «El visitante en general, sobre todo el turista, sigue pensando que estamos cerrados porque ha habido cierta información que ha llevado a esta confusión de pensar que, con la guerra, el museo se cerró, y no se ha cerrado nunca», declara el director gerente de la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal Pablo Ruiz Picasso y otros equipamientos museísticos y culturales, José María Luna.

¿Qué puede hacer mejor un museo para demostrar que está (sigue) vivo que organizar una jornada de puertas abiertas? Pues eso es lo que precisamente celebrará el sábado para soplar sus ocho velas, con el complemento de visitas guiadas, a las 13.00 y 17.00 horas, y un taller para familias, de 11.30 a 13.00 horas. En la actualidad, el museo muestra cuatro exposiciones temporales que vinculan de nuevo el espacio al arte ruso tras la devolución de los fondos del Museo de San Petersburgo: Arte ruso, una mirada inglesa. Una colección privada de pintura rusa, For sale, Ausentes, de José Manuel Ballester, y Sputnik. La odisea del Soyuz 2, de Joan Fontcuberta. También se muestra la exposición Picasso dibujante de palabras y la instalación de Bernardí Roig Shadow dancers.

La tragedia, un concepto fundamental en la cultura rusa, ya estuvo presente en la misma inauguración del Museo Ruso. Aquel 25 de marzo del 2015 medio mundo estaba de luto oficial y había suspendido los actos oficiales por la muerte de 150 personas a bordo del Vuelo 9525 de Germanwings, que salió de Barcelona para estrellarse en Los Alpes por voluntad del copiloto. Así que no hubo inauguración con pompa y boato en Tabacalera. Daba igual, porque el arte en sí mismo, aquel festín de autores conocidos y desconocidos, no necesitaba de canapés y trapitos. El Museo Ruso nos trajo a Marc Chagall, Vassily Kandinsky y Kazimir Malevich pero también a autores clásicos allí pero casi anónimos aquí como Alexey Venetsianov, Carl Brulov, Alexander Ivanov, Isaak Levitan, Vassily Vereschagin, Ilja Repin, Peter Konchalovsky u Olga Rosanova, entre muchos otros maestros. Ylos que iban a seguir llegando, pero Vladimir Putin acabó con todo ello.

En realidad, que siga abierto el Museo Ruso tiene mucho de reivindicación artística. «Hemos tenido que devolver las colecciones pero hemos decidido que vamos a seguir vinculados a la cultura y al arte ruso, porque la cultura no tiene la culpa de esto que está pasando. Ni el arte, ni los artistas, ni los escritores, ni los músicos, ni los cineastas rusos merecen que a la primera de cambio se les vuelva a castigar por algo que no han hecho. Algo con lo que los que están vivos y los que están muertos probablemente casi todos estarían en contra porque por eso fueron castigados, cancelados y exiliados», comentó hace unas semanas Luna a 'La Voz de Galicia'. 

Colecciones

Ya que no se puede recurrir a los fondos estatales, el Ayuntamiento de Málaga está contactando con importantes colecciones privadas de arte ruso de todo el mundo para configurar sus nuevas exposiciones temporales. La próxima, que se inaugurará a finales de junio, contará con varios centenares de piezas que resumen la pasión coleccionista de José María Castañé, miembro de los patronatos de la Biblioteca Nacional y del Museo del Prado, y propietario de la mayor y mejor colección de pintura rusa en España. 

Una obra de Gontcharova dentro de la próxima temporal del Museo Ruso.

Una obra de Gontcharova dentro de la próxima temporal del Museo Ruso. / Colección José María Castañé

Con tres comisarios de prestigio (Ivan Samarine por la pintura rusa, Juan Manuel Bonet por la pintura no rusa, y José María Faraldo por la documentación histórica), la muestra recoge piezas de arte ruso, nunca vistas en nuestro país, con autores como Natan Altman, Robert Deineka, Zinaida Serebriakova, Vasili Kandinsky, Natalia Goncharova o Liubov Popova; arte no ruso con autores como Anselm Kieffer, Alex Katz, Eduardo Arroyo o Santiago Rusiñol; y documentos originales que testimonian la historia rusa y soviética, desde la disolución del Imperio Ruso, la revolución, la etapa soviética y la Guerra Fría, firmados por personalidades como Lenin, Trotsky y Stalin, acompañados de fotografías originales de época, muchas de ellas icónicas.