Ópera

«Adriana Lecouvreur»: una carta de agradecimiento a los actores y actrices

El Teatro Cervantes despide la XXIVTemporadaLírica con una producción propia del título de Franceso Cilea, trasladado aquí al ambiente del cine clásico de películas como 'Eva al desnudo'. Aún hay entradas disponibles para las funciones, el viernes y el domingo

Artistas y responsables de la ópera, ayer en el Salón Rossini del Teatro Cervantes

Artistas y responsables de la ópera, ayer en el Salón Rossini del Teatro Cervantes / La Opinión

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

La 34 Temporada Lírica del Teatro Cervantes se despide este fin de semana con el verismo aristocrático y «de interior» de 'Adriana Lecouvreur', una producción escénica propia de la obra cumbre de Francesco Cilea firmada por Joan Anton Rechi. La soprano armenia Lianna Haroutounian, el tenor asturiano Alejandro Roy, la mezzosoprano francesa Clémentine Margaine y el barítono madrileño Luis Cansino son los principales argumentos vocales de una función que cuenta con el Coro de Ópera de Málaga, dirigido por María del Mar Muñoz Varo, y en lo musical, cuenta con la Orquesta Filarmónica de Málaga bajo la batuta de Óliver Díaz.

«La farándula ha servido como fuente de inspiración para explicarnos la vida a través de los actores y actrices. Y 'Adriana Lecouvreur' es un claro ejemplo de ello», asegura el director de escena, quien ha querido firmar «una carta de agradecimiento por las muchas emociones que nos han hecho vivir actores y actrices». La obra se inspira en la vida de la legendaria intérprete amiga de Voltaire y desarrolla una trama de amor y celos entre la actriz del Tearo Nacional de la Comèdie-Française de París (incorporada por Lianna Haroutounian) y diversos personajes de la nobleza. La acción del libreto se desarrolla en 1730 en el ostentoso ambiente parisino de la corte francesa, pero Rechi se ha inspirado en el ambiente del cine clásico, el de grandes películas sobre la escena y sus habitantes como 'Eva al desnud'¡, para enmarcar el contraste entre los sentimientos de amor verdadero y la frivolidad de los amores falsos e interesados.

Una trama metateatral y el espíritu de la ópera verista (la corrienta caracterizada por el intento de llevar a escena el naturalismo de escritores como Émile Zola y Henrik Ibsen) y «de interior que cala en el espectador como si de un trozo natural de la vida se tratara», según escribe la musicóloga y pianista Irene de Juan Bernabéu en las notas al programa de esta producción del Teatro Cervantes, caracterizan 'Adriana Lecouvreur', una ópera que «por su delicadeza y finura» podría definirse como «un espécimen de cristal».

La pieza se estrenó en el Teatro Lírico de Milán el 6 de noviembre de 1902 con la participación de Enrico Caruso como Mauricio de Sajonia, la soprano verista Angelica Pandolfini en el rol titular y el barítono lírico Giuseppe De Luca como Michonnet. Al año siguiente la dirigió Tullio Serafin en Bolonia y en 1904 se estrenó en Hamburgo. Las parodias que se hicieron de este título y el hecho de que se tradujera al alemán son la prueba del notable éxito que tuvo en su época. Según los expertos, algunas claves del aplauso general a ¡Adriana Lecouvreur¡ están en que la obra «está al cien por cien al servicio de las voces y que destila una gran continuidad en el discurso musical».

Aún quedan entradas disponibles para las funciones del viernes 19 y el domingo 21 de mayo, que serán las primeras representaciones del título de Cilea en el ciclo operístico patrocinado por Unicaja Banco y la Fundación Unicaja.

No será ésta la única ópera dentro de la última cita de la Temporada Lírica. Se ha puesto en marcha en esta edición el ciclo Ópera en el Albéniz, con el que el mundo de la lírica se abre al gran público a través de la proyección en el cine municipal de grandes producciones operísticas internacionales. Aún quedan tres de las diez citas programadas (entradas, 15 euros): 'L’iItaliana in Algeri', (hoy, 16 de mayo), 'Macbeth' (13 de junio) y 'Turandot' (11 de julio).

Música a partir de una tragedia

Adriana Lecouvreur fue una diva de la Comédie Française admirada por Voltaire que murió en extrañas circunstancias en 1730, se cree que envenenada por una rival que deseaba el mismo hombre que ella. Al ver sus responsables, Francesco Cilea y Arturo Colautti, que la historia tenía todos los elementos del género (amor, pasión, política y muerte) la convirtieron en una pieza verista pero de un espíritu más refinado y elegante que el practicado por autores de la corriente como Leoncavallo. En suma, 'Adriana Lecouvreur' es una ópera lamentablemente poco conocida pero más que valiosa. 

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