Entrevista | Marc Gili Líder de Dorian

«Un festival es la manifestación popular más democrática»

La banda barcelonesa es una de las impepinables de la escena independiente española desde hace ya varios años. Es uno de los grandes nombres propios del inminente Oh, See! Festival (26 y 27 de mayo, Auditorio Municipal de Málaga), en el que presentarán su más reciente disco, Ritual

Marc Gili, segundo por la izquierda, y la actual formación de Dorian.

Marc Gili, segundo por la izquierda, y la actual formación de Dorian. / La Opinión

Voro Contreras

A Marc Gili, líder de Dorian, le pilla la entrevista «trabajando en varios frentes» (un disco nuevo, la preparación de una gira en Latinoamérica, una «cosa increíble» en el Liceu) pero feliz». El pasado año, Dorian publicó Ritual, un álbum en el que se abrían a nuevos sonidos, nuevas colaboraciones y temáticas más sociales.

¿Abrirse ha sido una necesidad personal o de mercado?

No, no, ir detrás del mercado es un error garrafal. Lo que sí vamos es detrás del arte y de sorprendernos a nosotros y de seguir jugando con la música. Una de las premisas que teníamos al hacer Ritual era colaborar con artistas que no pertenecieran a nuestra escena para aprender nuevas maneras de frasear y de escribir versos y de trabajar en el estudio. Expandir nuestro horizonte creativo, que es lo que nos han aportado Pimp Flaco, Lido Pimienta, Ana Mena, Alizzz…

Con Alizzz cantan eso de «Hace más de mil años que no pisas un festival».

Sí, está dedicada a esos amigos o esos familiares que todos tenemos que a partir de cierta edad consideran que ya lo saben todo y que lo han visto todo y que lo han vivido todo y que quedan abducidos por la magnética fuerza del sofá. Dejan de experimentar con la vida y por eso despiden esa energía rara que dice la canción.

Pero, ¿tan malo es no pisar un festival?

Sí, creo que es malo. Los festivales siempre te van a poner delante la posibilidad de conocer a gente y artistas nuevos y te va a sacar de tus casillitas. Eso siempre es mejor que ir a tiro hecho o no salir de casa. Siempre es mejor ir a un festival que no ir.

¿Qué tiene un festival de «ritual»?

Los festivales son ritos de comunión, lugares donde nos encontramos clases sociales, razas y entornos diferentes. Para mí, en el mundo moderno, un festival es la manifestación popular más sublime y democrática que existe. Es una celebración de la vida, de que estamos aquí saltando juntos y disfrutando juntos. Esto nació con el mundo hippy, hacer el amor y disfrutar juntos de la música, creo que han cambiado poco desde entonces. Abren mentes y liberan energía y crean sensación de comunidad.

¿Esas letras suyas de ahora sobre corrupción, gentrificación o feminismo le llegan al público que va a lo que va en un festival?

Sí que llegan, sí. Dual, por ejemplo, habla de la bisexualidad y no sabes cómo la gente canta esta canción. Ya no porque se sientan identificados con la bisexualidad sino porque habla del derecho de cada cual de hacer lo que le dé la gana con su vida. Y como a todos nos han puteado y se han reído de nosotros en algún momento, seamos bisexuales, gay o lo que sea, todos nos sentimos identificados con la energía de la protagonista de esta canción. La gente no es tonta y el hecho de estar en un festival rodeado de mucha gente no significa que no atiendas lo que llega desde el escenario. Así que siempre será mejor decir cosas interesantes que banalidades.

¿Son las nuevas generaciones más abiertas a este tipo de mensajes que la suya?

No me siento capacitado para meter a la gente en un saco en general. Solo te diría que en todas las generaciones hay un porcentaje de gente más abierta y combativa hacia la política o la justicia social, y otro que es más indiferente o está directamente en contra. Nuestra música intenta ser una invitación a la rebeldía, llegar a un oyente que no se conforma con el entorno familiar y social que le ha tocado. Y eso pasa por ciertas canciones que van de existencialismo, rabia, rechazo a lo que se supone que tienes que ser. Va en nuestro ADN.

¿Y como conviven con esos compañeros de generación, los Meyer, los Vetusta, los Lesbian, los Sidonie, que, como ustedes, ahora encabezan los carteles de los festivales?

Me siento parte y orgulloso de esa generación que, desde la independencia, pateó el tablero de la industria musical española y llegó a lo más alto sin ayuda de los grandes lobbies de la comunicación y contra los cánones de la industria musical del momento. Y estoy orgulloso de que sigamos ahí, disfrutando de la profesión sin venirnos abajo ni perdernos por el camino.

¿Qué es ahora ser indie?

Llevar el cien por cien de la soberanía de la música, gestionar los aspectos de tu carrera artística dónde vas a girar… Eso es ser indie, estés o no en un sello major o no.

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