Ficha técnica

  • Málaga. 02-06-2023. Teatro Cervantes.
  • Solista: Julian Steckel.
  • Dirección: Ewa Anna Strusińska.
  • Programa: Concierto nº 2 para violonchelo y orquesta en sol menor, de D. Shostakovich y Sinfonía nº 5 en do menor, op. 67, de L. van Beethoven.

La temporada de abono de la Filarmónica de Málaga acercaba, este pasado jueves y viernes, la penúltima de sus citas antes de la clausura a mediados de junio. Para la ocasión, el director artístico del conjunto, José María Moreno, proponía al auditorio dos páginas de madurez de la mano del ruso D. Shostakovich y su Segundo concierto para violonchelo y una de las sinfonías más decisivas de toda la historia del género sinfónico, La quinta de Beethoven. El apartado solista estuvo defendido por la sensibilidad a flor de piel e intimismo del cello de Julian Steckel; mientras que el podio estuvo ocupado por la reveladora batuta de la directora polaca Ewa A. Strusińska. Ambos músicos debutaban con la OFM, y en el caso de la batuta invitada representaba además su primer programa al frente de un conjunto nacional.

Concebido en 1966 en apenas un mes y con M. Rostropovich como dedicatario el Segundo Concierto para violonchelo y orquesta en sol menor de D. Shostakovich se reconoce como la última página orquestal del compositor ruso. En su aparato interno Shostakovich se desnuda de formalismos -constante en todo su catálogo sinfónico y camerístico- concibiendo la obra con una decidida inclinación camerística que exige al intérprete rotundidad en lo técnico y sensible cercanía con el oyente en lo artístico; características por otro lado sobradamente defendidas por el violonchelo del alemán Julian Steckel.

Estructurado en tres tiempos, la apertura aparece con un halo de oscuridad que pronto J. Steckel desvela su naturaleza íntima y meditativa para recuperar en la conclusión del tempo los tintes oscuros de la introducción tras someterse a las exigencias técnicas de la segunda parte del movimiento. Steckel luchó por acercar el discurso musical anotado por el autor mostrando un Shostakovich más cercano y humano que no duda en la idea de la confesión como demuestra el segundo tiempo dedicado a un recuerdo de infancia donde profesores y solista asumen los roles protagonistas. El marcado tono lírico, libre de rubatos del episodio central (como también ocurriera en la página beethoveniana posterior) dio paso a un último tiempo que si bien inicia con aires de danza contrasta con el inesperado finale sobre una nota mantenida entre cello y xilófono.

Versiones de una página como la Quinta sinfonía de Beethoven hay tantas como registros fonográficos conocidos; todas legítimas y aceptadas aunque afectadas por la personalidad del podio lo cual revierte en una triple faceta artística final que afecta al autor, la batuta y el conjunto. Pero qué ocurre cuando la batuta se centra en la partitura como único denominador común. Esto fue lo que sencillamente ocurrió en el abono pasado llegó la revelación y afloró lo sustancial, la personalidad rompedora de Beethoven, sin menoscabar la batuta que ganó en significancia y en el caso del conjunto asumió una excepcional dimensión interpretativa aportando un ánimo orgánico cargado de significancia y coherencia formal. Esa fue la versión ofrecida por la Filarmónica comandada por Ewa Strusińska.

No hay alquimia en la dirección de la directora polaca, tan solo una impagable claridad de ideas y un discurso de inicio a fin coherente y orgánico como quedó patente en la compleja transición entre el segundo y tercer tiempo; un crescendo ascendente que justifica los tiempos precedentes y el torrente vital de la última sección. Todo ello aderezado por unas secciones de cuerdas decisivas en cuanto carnalidad, densidad y sensible emisión capaces de dar espacio a unas maderas decisivas en este programa acompañadas por unos bronces puntuales, precisos y plenos de color rematándose la lectura por la concreción en pulso de timbal y batuta aportando desperezo al auditorio y desvelando, sin pliegues, la bendita personalidad inclasificable de un compositor como Beethoven clave para entender los horizontes de la música hasta nuestros días.

Lástima que debamos esperar al menos dos temporadas para un posible regreso de la directora polaca al podio de la Filarmónica.