Entrevista | _juno (Zahara y Martí Perarnau IV) Grupo musical

«Éste es nuestro laboratorio así que no hay posibilidad de que exista el fracaso»

Zahara y Martí Perarnau IV abren este jueves el Málaga de Festival (MaF), el tradicional aperitivo del Festival de Málaga, con un recital (Cine Albéniz, 20.30) de su proyecto conjunto _juno; un proyecto de pop suave e intimista, basado en las experiencias personales de ambos músicos, marcadas por los viajes y las críticas al sistema

«Aquí tengo la suerte de dejar de ser la protagonista absoluta y convertirme en parte del equipo, que la responsabilidad recaiga en los dos por igual», asegura la cantante ubetense

Martí Perarnau IV y Zahara, o sea, _juno

Martí Perarnau IV y Zahara, o sea, _juno / La Opinión

Daniel Albelenda Lado

_juno es el proyecto artístico de Zahara y Martí Perarnau, en el que diseccionan la cotidianidad de una pareja en una habitación de hotel, punto de partida de su anterior trabajo, '_BCN626'. En su segundo álbum, '_BCN747', van más allá del mundo que comparten para narrar, a través de las canciones, lo que observan y ven, el recorrido por ciudades de las que participan (Londres, México, Los Ángeles).

¿Por qué decidieron poner en marcha este proyecto en paralelo a sus carreras personales?

Zahara: Porque había muchísima conexión musical entre nosotros. Martí y yo ya habíamos trabajado juntos, él tocaba conmigo en mi gira. Empezamos a hacer canciones juntos y nos dimos cuenta de que tenían una entidad distinta, tenían su propio lenguaje. Formaban parte de algo diferente de nuestras carreras por separado. Decidimos crear este proyecto, justo hace ya tres años, y en él encontramos algo muy especial para nosotras que no nos dan nuestros proyectos individuales. Para mí, tengo la suerte de dejar de ser la protagonista absoluta y convertirme en parte del equipo. Que esa responsabilidad del foco recaiga, repartida, sobre los dos me hace sentir muy bien y me permite un tipo de expresión artística distinta a cuando estoy en mi proyecto. Lo hacemos todo entre los dos, al 50%. Las vivencias son compartidas y las canciones hablan de lo que hemos vivido juntas. Eso también lo exploramos desde un lugar completamente distinto.

Martí Perarnau: A nivel de directo nos permite, tal como son las canciones, poder tocar en sitios que favorecen un poco más la introspección.

¿Es una forma de conocerse trabajando en equipo?

M.P.: Hemos compuesto las canciones juntos. Sobre las letras, los dos hacíamos nuestros textos en la habitación, el uno delante del otro. Son un compendio de los grandes éxitos de cada letra de cada uno y no sabemos reconocer de quién ha escrito cada frase, lo hemos producido nosotros dos, mano a mano. Hemos sido ingenieros. Lo grabamos nosotras dos y hemos aprendido a mezclar. _Juno es nuestro sitio de recreo, un refugio y también un sitio de aprendizaje. Un proyecto así nos permite aprender a mezclar, por ejemplo, que son cosas que luego podemos aplicar en el resto de iniciativas y que seguramente no nos hubiéramos atrevido a hacer en ningún otro sitio. En el directo también nos atrevemos a hacer cosas que nos sirven para otros proyectos.

¿Cómo sienten el descanso en esa zona de refugio?

Z.: Lo llamamos muchas veces «nuestro laboratorio». Nos hemos sentido libres de una manera diferente a la libertad que yo siento, por ejemplo, con mi proyecto, en el que soy bastante libre y ando fuerte para hacer lo que me apetece. Pero, al final, también es mi empresa y lo tengo que ver siempre con una visión más global. Tengo que entender que es más grande que yo misma. Sin embargo, en _Juno no tenemos esa responsabilidad para con nadie y eso nos permite estrellarnos y que no nos importe.

M.P.: Al ser nuestro laboratorio no hay hueco para el fracaso, porque no hay posibilidad de que exista el fracaso. Porque todo es un proceso de aprendizaje y una investigación continua.

¿Cargan en sus letras una fuerte crítica al sistema?

M.P.: Sí, nuestra intención era recorrer el mundo. Teníamos unos viajes planeados y queríamos utilizarlos como influencia para nuestras canciones. Ver qué llegaba de todo eso. Entonces viajamos a Estados Unidos, a México y por Europa, a distintas raves. Queríamos traernos esas experiencias de turistas y de la belleza que descubres por el mundo, convertirla en canciones. Nos dimos cuenta de que, al volver a España, de esas experiencias que habíamos vivido con los viajes, realmente salían a la luz más las sombras que las luces. Salían las paradojas y las averías de este sistema turbocapitalista que se genera sobre todos los seres humanos. No somos más que dos víctimas. Víctimas y culpables de todo ese sistema que tenemos montado. Íbamos a hacer un disco de turistas e hicimos un disco de filósofos y estudiosos de la sociología y de la economía.

¿Lo entendieron sus seguidores?

Z.: Yo creo que sí. Conectaron mucho con el primer disco y con esa belleza de las pequeñas cosas. Aquí todos hemos vivido una pandemia, todos nos hemos enfrentado a salir de casa otra vez, a volver a viajar como si no lo hubiésemos hecho nunca. Pienso que por ahí también ha habido una conexión muy bonita. Al final, nosotros sentíamos que éramos los únicos turistas, pero es que todos los turistas se estaban sintiendo así, ¿no? O sea, que también este disco va de eso, de sentirte especial o de sentirte único. Darte cuenta de que eres parte del resto de la humanidad, que aquello que criticas es lo que tú eres y que al final vivimos rodeados de espejos que nos revelan quiénes somos. Porque al final estamos criticando algo de lo que somos partícipes y que estamos generando nosotros mismos.

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