Crónica

José Mercé enciende su 'oripandó' en el Teatro Cervantes

El cantante jerezano vuelve a Málaga en la penúltima parada de una gira autobiográfica donde ha cantado a la vida, a sus horas más brillantes y también las más oscuras

El cantaor jerezano, en un momento de su actuación en el Cervantes

El cantaor jerezano, en un momento de su actuación en el Cervantes / Daniel Pérez / Teatro Cervantes

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

José Mercé volvió a Málaga para encender su radiante y particular 'oripandó', el sol calé bajo el que el cantante jerezano se baña para cantar a la vida, a sus horas más brillantes y también a las más oscuras. Tras visitar la capital durante la Feria este verano, en esta ocasión Mercé escogió el Teatro Cervantes para hacer la penúltima parada de esta gira autobiográfica que acabará dentro de una semana en Jaén.

Una obra “muy íntima” en la que el artista ha estado trabajando durante tres años mano a mano con Antonio Orozco, compositor, productor y director, y en el que hay importantes colaboraciones como la del malagueño Pablo López o Mala Rodríguez, Lang Lang, Dorantes y Tomatito. “Antonio tiene esa sensibilidad para escribir y yo para cantarles”, ha confesado el cantaor.

Un disco de ocho canciones en el que el flamenco más puro se abraza al rap, a la música electrónica, al rock y a la envoltura de una orquesta sinfónica para embarcarse en un viaje de vida en el que cabe la plenitud del amor eterno que Mercé homenajea en '50 primaveras', una oda a la felicidad compartida con su esposa, Mercedes García -por cierto, una de las integrantes del coro del cantaor-, pero también el frío y el vacío de la pérdida que dejó su hijo Curro, fallecido con solo 14 años, un sentimiento que disecciona en 'Jamás desaparece lo que nunca parte'.

Rendido a la estética del negro y en contraste con su simbólica melena plateada, Mercé se plantó en el centro del escenario para abrirse en canal con el 'El Oripandó', capitaneando al público por una marea que, como él mismo explicó, parte de “las tinieblas para llegar hasta la alegría”.

Flamenco al desnudo

Y culminado ese viaje, el jerezano volvió a la que es su casa y su alma, el flamenco al desnudo, acompañado únicamente por las diestras manos de Manuel Cerpa a la guitarra. Un espectáculo que no consiguieron desmerecer los insistentes y molestos problemas de sonido del arranque por malagueñas.

Y para cuando el maestro ya disponía a irse, el Cervantes en pie le pedía otra y él ya sabía cuál tenía que ser. Su himno arrancó las palmas de los asistentes y acompañaron al cantaor a pedir 'Aire' pa’ la casa. No fue el único regalo porque Mercé quiso hacer un bis triple con un villancico flamenco que terminó cantando a pulmón y sin micro, brincando con agilidad por el escenario. Porque, como bien recordó José Mercé, "somos españoles y nuestra música es el flamenco".

Tracking Pixel Contents