Exposición

Anaya Cabanding "despedaza" para la Casa Natal su réplica en cartón del 'Guernica' de Picasso

El artista malagueño fragmenta su reformulación de la totémica obra del genio para proponer una nueva mirada

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Málaga

El 'Guernica' trascendió hace muchos años las fronteras del arte para convertirse en un icono popular. Así que proponer una nueva mirada, una lupa diferente a un cuadro que ha sido analizado y hasta sobreanalizado durante décadas podría suponer una aventura poco fructífera. Pero ahí estaba el malagueño Julio Anaya Cabanding, uno de los jóvenes creadores con más presente y futuro de nuestra tierra, para reformular desde una intención propia, intransferible el mítico mural de Pablo Picasso. ¿Qué hizo? Siguiendo el modus operandi que le está valiendo un hueco en la escena nacional e internacional, replicó la pieza del genio en 18 cartones usados, abandonados, potenciando así el dramatismo y la tensión de la escena creada por el pintor de la Plaza de la Merced. El resultado, tal humilde como monumental, se expuso el año pasado en el Museo Ruso y ahora se instala, fragmentado por imperativo físico y logístico pero también como sugerencia conceptual, en la Casa Natal de Picasso.  

Uno de los 'fragmentos' del 'Guernica' de Anaya Cabanding

Uno de los 'fragmentos' del 'Guernica' de Anaya Cabanding / La Opinión

'Guernica despedazado', en cartel hasta el 28 de septiembre, es la descomposición de la réplica 'original', dispuesta de tal manera, a través de la serpenteante y laberíntica sala de exposición de la Fundación Picasso, que propone al espectador que se fije en detalles que podrían pasar desapercibidos al "deslumbrarse" por la visión de la obra en conjunto, según el propio Anaya Cabanding. Y lo refrenda el comisario de la muestra, Carlos Ferrer, para quien el trabajo del malagueño no consiste en simples copias o acercamientos estéticos a univeross ajenos, sino en la indagación del mundo interior del artista referido, "desde una humildad que brilla". En este sentido, apunta que esta reformulación del Guernica nos recuerda que la obra, en el podio del arte, en los panteones de la creación de todos los tiempos, tuvo una intención más humilde: "Se lo dijo Picasso a su barbero, Eugenio Arias: El Guernica no está pintado con pinceles sino con el corazón".

Y la aproximación se ha realizado, en palabras de Ferrer, "desde una humildad que brilla". Porque podría parecer que reinterpretar una obra totémica como Guernica es una operación ambiciosa o casi narcisista, pero, al menos en este caso, resulta más bien al contrario: "La imagen que produzco no tiene que ver conmigo, sino con otro, en este caso con Picasso; yo, como dice Carlos [Ferrer] me quedo oculto", asegura Anaya Cabanding.  

Una de las piezas de la muestra

Una de las piezas de la muestra / La Opinión

La muestra de la Casa Natal incluye obras recién finalizadas por el malagueño y también piezas de Picasso, especialmente la serie de grabados 'Sueño y mentira de Franco', que dibujan el contexto sociopolítico en que ideó una de sus obras maestras, además de una completa cronología para abarcar de manera más amplia y estrecha los porqués del mural. 

"Una cosa de locos"

Nos dice Julio Anaya Cabanding que ver estos días su nombre rotulado en las paredes de la Casa Natal es "una cosa de locos": "En mi mente es como estuviera todavía ahí arriba, en clase [refiriéndose a la Facultad de Bellas Artes de Málaga], y bajando tantas veces aquí para ver las exposiciones". Se licenció en 2018; un año después, expuso su primera individual en Italia. Antes de la inauguración todas las obras ya habían sido vendidas. Una de las piezas la compró uno de los productores de la oscarizada película 'Green Book'. «Me envió el número de su tarjeta de crédito y la contraseña para que sacáramos el dinero que quisiéramos por la obra que le gustaba», relataba entonces el artista. Desde luego, no estaba nada mal para alguien que se licenció en Bellas Artes el año pasado.

El último año de carrera Julio dio con el concepto que ha terminado definiendo la senda creativa a seguir: un amigo grafitero le invitó a acompañarle en uno de sus periplos y ahí descubrió que podría aplicar sus intereses pictóricos en lugares deshabitados, abandonados. Empezó ejecutando pequeñas réplicas de cuadros de Vermeer y Monet, entre muchas otras obras y autores icónicos; ponía a sus piezas un marco dorado y las colgaba en esas zonas insospechadas. «Me gusta la idea romántica de que muchos de estos cuadros probablemente nunca los verá nadie. Quizás un pastor que vaya con sus cabras se encuentre con alguno de ellos... La idea de que se produzca un descubrimiento así me encanta», nos contaba hace unos años.

Y en esos solares y casas derruidas, Anaya Cabanding descubrió los cartones, cuanto más viejos, deteriorados, manchados y llenos de tierra, mejor. Los prepara en su estudio: desparasita el material y le aplica una solución de látex hasta que queda "duro y rígido". "Para mí es mejor que el lienzo", dice ahora. Y además reformula la operación artística y da sentido a su obra: "Contraponer lo que se suele identificar con el arte en mayúsculas con el cartón usado que pisamos al caminar por la calle: ahí es donde cobra sentido mi trabajo", resume el malagueño.

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