Entrevista | Miguel Ángel Santamarina Periodista y escritor
Miguel Ángel Santamarina: "Si se produjera una Tercera Guerra Mundial no tendría nada que ver con la Segunda"
El periodista especializado en historia ha presentado en Málaga su libro 'La guerra que cambió el mundo: Efemérides de la Segunda Guerra Mundial', un relato de sucesos que acerca a los lectores al conflicto desde una perspectiva novedosa en el 80 aniversario de su final

Santamarina junto a su libro "La guerra que cambió el mundo" / CEDIDA
Rafael del Pozo
Miguel Ángel Santamarina ha pasado por Málaga para presentar su nuevo libro, 'La guerra que cambió el mundo: Efemérides de la Segunda Guerra Mundial', que incluye anécdotas poco conocidas que invitan al lector a una lectura construido alrededor de microrrelatos, más cercana a una novela que a un libro de historia.
¿Por qué su interés en la Segunda Guerra Mundial?
De pequeño, la asignatura de Historia era la que más me gustaba. Yo era un mal estudiante, pero con Historia disfrutaba. Mi madre no ha estudiado, con 13 años tuvo que ponerse a trabajar, pero siempre cuidó tener una biblioteca en casa. Somos una familia de lectores, en mi casa sobre todo lo que había era una diversidad grande de medios de comunicación, que es algo que creo que ahora no pasa tanto. Salieron unos fascículos de la de la Segunda Guerra Mundial y me encantó, el formato, cómo lo contaban, era muy didáctico, muy divulgativo. No sólo se centraban en las batallas, sino que se centraban también en las historias, en los personajes. A mí me pareció muy interesante, y ahí ya surgió. Las películas también ayudaron. Yo soy un niño de sesión de tarde. Los sábados a las cuatro, después de los dibujos, nos veíamos una película. Recuerdo cuando vi la del día D, de John Wayne y dije "¿Qué historia es esta?". y empecé a ver más películas sobre la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, La lista de Schindler o El pianista. Es un género que nunca muere.
Parece que de la II Guerra Mundial ya se ha hablado mucho. Sin embargo, en el libro se cuentan historias poco conocidas.
La idea era contar las efemérides, pero yo quería darle un punto de vista literario. Enlazar los hechos históricos con anécdotas me ayudo a que salieran a flote historias muy desconocidas. Hay muchas historias sobre el conflicto que no son ciertas o que se han deformado con el paso de los años, así que hay que tener mucho cuidado a la hora de investigar y escribir. Es un conflicto que ya se ha contado desde muchos puntos de vista, por eso he querido relatarlo desde microhistorias en las que no hay ideologías, que para mí es importante, hay muy pocos adjetivos.
¿Podría poner un ejemplo de una historia que se haya deformado?
Es algo que pasa mucho con la publicidad de Goebbels, la doctrina de Goebbels. De repente, te pones a buscar y encuentras un montón de artículos repetidos, buscas fuentes, y te das cuenta de que todos esos artículos en los que explican la línea de la propaganda de Goebbels fueron modificadas hace años por un publicista catalán, Marçal Moliné, que las había actualizado con fines políticos y la gente las había dado por buenas. Internet es una maravilla, pero hay que saber dónde buscar. Hay páginas de archivos en las cuales te puedes leer el libro de los años 50 en los que realmente se replica lo que Goebbels decía sobre la propaganda y cómo debía ser la propaganda, y ahí ves que hay cosas que son parecidas, pero que no son iguales.
¿Ha contribuido la ficción a que se deformen algunas de estas historias?
El cine es muy interesante porque nos permite tener una idea sobre el concepto, pero en ocasiones le damos a la ficción el poder de una verdad absoluta. Un documental debería acercarnos al hecho, pero una ficción no deja de ser una ficción. Creo que hay un concepto muy trabajado en el cine de Hollywood, que es el de que Estados Unidos es un país salvador, es un país que entra en guerra porque es atacado y salva al mundo, a los europeos y acaban con el conflicto. Eso es mentira. La URSS también es decisiva porque resiste a Hitler y al ataque de Alemania de una forma heroica y luego consigue que caiga. Son los primeros en llegar a Berlín, que es la gran vergüenza de Estados Unidos, porque querrían haber sido ellos los primeros y fue el ejército rojo. Reino Unido también fue clave, resistiendo de una forma tan heroica como hizo Churchill, cuando era él sólo contra Hitler.
El cine es muy interesante porque nos permite tener una idea sobre el concepto, pero en ocasiones le damos a la ficción el poder de una verdad absoluta
¿Queda entonces una visión muy simplista del conflicto a nivel general?
Para interpretar los grandes hechos, necesitamos una visión simplista. Es así. Una de las visiones más simplistas que hay de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, es intentar analizarla desde el 45, obviando todo lo que fue el proceso anterior. El caso más claro es Francia. Hay un concepto histórico que ha llegado a mucha gente a través de medios de comunicación de que Francia era un país donde había millones de resistentes que luchaban contra Alemania. No es así. En septiembre del 39, Alemania invade Polonia y en mayo del 40 caen Bélgica, Países Bajos y Francia. Desde ese momento, hay una parte de Francia que está ocupada por Alemania, que es un gobierno fascista o nazi en colaboración con la Gestapo y no llega a ser del eje, pero está adscrita a él. El día después de la conferencia de Hendaya entre Hitler y Franco, Hitler para en Francia antes de regresar a Alemania y habla con Pierre Laval, el primer ministro del gobierno fascista de Vichy, y con el general Petain. Ambos ponen al ejército francés a disposición del Tercer Reich, pero Hitler lo rechaza porque no quiere armar a un país que ha sido un enemigo, y prefiere tener a su ejército controlado.
El libro no está escrito en orden cronológico, ¿por qué?
Primero, porque fragmentarlo le da un concepto más literario, el concepto de pequeños cuentos, te permite saltar y conocer personajes recurrentes como Charles de Gaulle, Romet, Churchill o Stalin, te da un concepto de personaje más rico. Además, que esté ordenado por meses te permite ir a una fecha concreta y decir "¿Qué es lo que ha pasado este día?" y de repente "Ah, pues hoy 7 de abril ocurrió esto".
David Stoliar fue un superviviente judío que no contó a nadie su historia hasta su segundo matrimonio. ¿Qué causas pueden provocar ese silencio?
Sentirse culpable y el silencio son cosas que muchas veces van ligadas. Estoy convencido de que muchos de estos hombres no se lo han contado a nadie por el estigma del veterano que vuelve y no quiere contar porque nadie lo va a entender. Por ejemplo, en 'Peaky Blinders' está muy bien contado cómo los hermanos, que han estado en la Primera Guerra Mundial, vuelven, tienen esas pesadillas y no llegan a hablar con nadie de lo que ha pasado allí porque sólo ellos lo conocen. David Stoliar es un superviviente del Lestruma, un barco que se acaba hundiendo con 600 judíos que escapaban de Rumanía, a los que no quisieron en Turquía ni en Palestina, ellos querían ir allí, no los admiten y tienen que volver, son derribados por un torpedo ruso en el Mar Negro, y sólo dos hombres salen a flote. Uno de ellos muere enseguida por congelación y el otro, que es David Storia sobrevive y tras vivir muchas vidas en diferentes países, se casa varias veces, a su primera mujer ni siquiera se lo cuenta y a la segunda se lo acaba contando, pero él, hasta que ya es muy mayor, no empieza a dar charlas y contar su experiencia. Es un hombre que se salvó, pero sentía la vergüenza de haber sido el único superviviente de esas 600 personas. Muchos supervivientes del Holocausto no llegaron a contar su historia por miedo a que la víctima se convirtiera en culpable.
¿Hay una visión del antisemitismo demasiado centrada en Alemania?
El antisemitismo es una de las grandes causas de la Segunda Guerra Mundial. El sentimiento del antisemitismo lo explota mucho Alemania porque hay que buscar un culpable a sus problemas, Alemania en la década de los 20 está sufriendo, es una época de gran crisis económica porque no puede hacer frente a los pagos que le imponen en Versalles, sólo le ayuda a Estados Unidos. La realidad es que mucho antes, en el siglo XII, en York, ya matan a muchos judíos y se quedan con sus propiedades, en España los desechamos en el siglo XV, siempre se les ha buscado. La visión se centra en Alemania porque hicieron lo que hicieron, pero era un movimiento que se extendía por toda Europa. Cuando surge el crac del 29, es cuando el antisemitismo que ha estado antes en Francia, en Polonia, en Rusia, se extiende por Estados Unidos porque muchos de los banqueros son judíos y los culpan de la quiebra. John Ford dedicó sus últimos años a difundir a través de varios periódicos el antisemitismo de las formas radicales.
Le molesta mucho el mantra de que la historia siempre se repite.
Es como cuando decimos que España es lo peor, bueno, pues hay cosas que están mal, pero, por favor, mire usted la España de los años 70 y 80 y mire la España que tenemos hoy, un país moderno, que es una envidia en muchísimas cosas. Siempre es un cliché, una muletilla que cogemos y hay cosas que se repiten, pero creo que la Segunda Guerra Mundial afortunadamente no se ha repetido, y con las condiciones que hay ahora, si se produjera una Tercera Guerra Mundial sería muy diferente, no tendría nada que ver. Sí que hay cosas que son preocupantes, sentimientos de odio muy poderosos como los que había entonces, me refiero a la xenofobia, que se ha convertido en el gran sentimiento de odio al extranjero y con el mismo método que tuvo el odio al judío y eso es lo peligroso, la deshumanización.
Se utiliza mucho la palabra 'fascismo' para calificar nuevos movimientos extremistas.
Si hablamos de fascismo como tal, muere en 1945, porque el fascismo es netamente italiano, incluso el origen del nombre, la terminología, como fascistas se pueden entender el gobierno de Grecia en ese momento, el gobierno de Antonescu en Alemania, ciertos movimientos como el de Mosley en Inglaterra, o incluso la Alemania nazi, pero cada uno tenía sus connotaciones. En España, el fascismo son Onésimo Redondo yJosé Antonio Primo de Rivera, y al final Falange queda como queda porque Franco se quita a los falangista originales, que son los que apoyaban el fascismo, él quiere un partido falangista teatrero que le sirve para dar una coartada al régimen y yo creo que el fascismo es algo muy diferente. Ahora mismo, en España no hay partidos fascistas, porque una sociedad fascista implica que no existan otros partidos políticos y muchos más conceptos de los que podríamos hablar relativos al fascismo; esta palabra se ha convertido en una muletilla que utilizamos para todo y para intentar prestigiar a nuestro adversario en una conversación. Hay un auge del populismo de derecha, de ultraderecha muy fuerte, pero son partidos políticos con una ideología de baratillo.
Hay un auge del populismo de derecha, de ultraderecha muy fuerte, pero son partidos políticos con una ideología de baratillo
Si algunos de los personajes del libro vieran como ha avanzado el mundo en este 80 aniversario, ¿qué crees que pensarían?
Depende de quién fuese. Su concepto de la muerte era diferente porque la veían muy cercana, y muchas de esas personas que tenían 40 años en la Segunda Guerra Mundial, desde pequeños habían vivido la Primera Guerra Mundial, la gripe española, si estaba en Alemania vivieron una década de enfrentamientos en las calles, de pobreza, la llegada del nazismo. Es gente a la que le sorprendería ver la vida que tenemos a diario, por mucho que pensemos que va a ser la Tercera Guerra Mundial, puedes vivir hasta los 80 años, se han conseguido muchos derechos. En el siglo XIX las cosas todavía se conseguían con batallas, para decir que Alemania e Italia son una nación hubo unos conflictos bélicos muy fuertes. Creo que los más sorprendidos serían los japoneses, estarían muy desconcertados porque en Japón el código del honor les lleva a que el 95% de soldados que estaba en Iwo Jima mueren porque saben que morir es la única solución. De repente, ver un Japón que es amigo de Estados Unidos para ellos sería una locura. Los japoneses habían declarado que iban a morir por el emperador Hirohito, tras el fin de la guerra no se le juzga, pero tiene que renunciar a su estatus imperial, eso ya tiene que ser un choque cultural muy complicado.
Sostiene que con el porcentaje tan alto de jóvenes que no conocen a ETA no se quiere imaginar lo que sabrán sobre la II Guerra Mundial. ¿A qué cree que se debe este desconocimiento?
No sé si es un tema del plan educativo, pero tengo la sensación de que los temarios tienen los mismos problemas, porque la historia de la humanidad es muy complicada. Creo que se desatiende lo más cercano, y es importante conocer lo que pasó con Isabel la Católica, su hermano y su marido, como se la jugaron los Trastámara. Es importantísimo que la gente tenga un concepto del siglo XX, que es lo que se deja para última hora, o ni siquiera se enseña. Un país como España necesita que el siglo XX se explique bien, en España y en Europa, y eso también nos va a ahorrar que utilicemos la palabra fascismo para todo o que nos enfrentemos porque unos digan que la II República fue lo más maravilloso que le ha pasado a la humanidad y otros digan que fue algo terrible, lleno de gente que quería comer niños. Son hechos que son muy cercanos y que cuando les expliquen van a entender.
- La nueva letra que tendrán las matrículas de los coches en España a partir del próximo mes
- Cotorras en Málaga, una especie invasora que no para de crecer
- Fotografía antigua: La Málaga de Vicente Tolosa regresa como nunca
- Este es el bar de Málaga que tiene las tapas a menos de un euro: “Sin trampa ni cartón”
- El PSOE apremia a De la Torre a revisar aspectos fundamentales de la Semana Santa 'que siguen fallando año tras año
- Prisión provisional y sin fianza para la conductora del accidente en Fuengirola que costó la vida a dos personas
- Felipe Romera: 'La movilidad de la Málaga metropolitana debe alinearse con el PTA o no funcionará
- Málaga suma en plena sequía cerca de 3.000 nuevas piscinas