Málaga vive el universo de uno de sus grandes imaginadores

"Al amanecer, el poeta diligente limpia las palabras de ruidos, las lava y después cuelga las rimas en los tendederos de la melancolía para que el viento al anochecer las haga sonar alegremente". Y así ocurrió en la velada de la Noche en Blanco, que el Ayuntamiento de Málaga diseñó para recordar a uno de los poetas más diligentes que hayan nacido en Málaga, Rafael Pérez Estrada. El universo sensual y mediterráneo, mágico y estrellado del abogado y dibujante malagueño, de cuyo fallecimiento se cumplirán en unos días 25 años, inspiró buena parte de la decimosexta edición de ese programa entre la cultura y el ocio, para todos los públicos, del que disfruta una noche y (primera) madrugada al año la capital de la Costa del Sol.

Entre las 20.00, un poco antes de la caída del sol, y las 01.00 horas, con la madrugada ya a pleno rendimiento, se celebraron cerca de 150 actividades (todas completamente gratuitas, la mayoría diseñadas y gestionadas por personas de la cultura malagueña) en algo más de 80 espacios a lo largo y ancho de la ciudad. 

Desde música clásica, con el piano como gran protagonista, hasta instalaciones tecnológicas para inmiscuirse en la mente de Pérez Estrada, hubo mucho y de todo para todos, pasando por las clásicas, y siempre concurridísimas, visitas a los monumentos y centros de exposiciones del Centro Histórico, con la Alcazabilla, un año más, como líder indiscutible. Y, claro, hubo magos, bailes en patios hermosos, criaturas imposibles... Todo lo que es lógico en el cosmos del escritor malagueño pero que es extraordinario en el nuestro. 

Y mañana, después de todo el ajetreo, la ciudad que inspiró a Rafael para inspirarnos a nosotros se desperezará, una vez más, como ese "corazón traspasado por una biznaga de amaneceres incansables".