El (pen)último vals boquerón de Sabina

«Este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá». Lo cantó Joaquín Sabina en 'Nos sobran los motivos' y lo está haciendo realidad en 'Hola y adiós', la gira mundial con la que se está despidiendo de sus seguidores. Anoche, sus fans malagueños abarrotaron el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena (lo volverán a hacer mañana, domingo, para el segundo recital del cantautor) para bailar con el de Úbeda este prometido último vals.

Precisamente, el videoclip de 'Un último vals' se proyectó en el escenario cuando se apagaron las luces del recinto, acompañado por el rugido del público. «Cuando ensayen los colegas las palabras que dirán el día de mi funeral...», se escuchaba a través de los altavoces con el escenario aún vacío. Leiva, Serrat o Ricardo Darín: mientras sus rostros aparecían en pantalla, acompañando al cantautor en la barra de un bar, los músicos se colocaron sobre las tablas. Y entonces apareció el maestro, que con una sonrisa se sentó sobre el taburete que lo esperaba paciente.

De 'Lágrimas de mármol' a 'Princesa', una veintena de selecciones del repertorio de Joaquín Sabina sonaron anoche en el Martín Carpena. No faltaron, claro, clásicos como Mes de abril, Más de cien mentiras, Y si amanece por fin, Magdalena, Bulevar, Y sin embargo o Y nos dieron las 10, interpretados por un equipo de músicos curtidos en mil batallas y con especial protagonismo de la vocalista Marita Barrios (protagonista durante el descanso a mitad del show que se tomó el maestro de Úbeda). «Ahora es demasiado tarde, princesa / búscate otro perro que te ladre, princesa», el estribillo de Princesa, fueron las últimas palabras que cantó Sabina para su parroquia malagueña. Mañana, domingo, el último round.

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