Obituario

Muere Paco Cumpián, el titán callado de la poesía malagueña

El escritor, editor, librero e impresor, detrás de emblemas de la escena lírica malagueña como Árbol de Poe o el festival Irreconciliables, ha muerto en Chaouen a los 74 años

Paco Cumpián, en el documental 'A plomo', de Pablo Macías y Soledad Villalba

Paco Cumpián, en el documental 'A plomo', de Pablo Macías y Soledad Villalba / La Opinión

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Málaga

Para Isabel Bono, Francisco Cumpián fue un "titán" que "no hace ruido, habla poco, pesa poco y se desliza serio". "No es fácil conservar el tesón y la paciencia (y la vista) para seguir colocando tipo tras tipo cabeza abajo, como San Pedro, para sacar una hoja impresa dolorosamente hermosa (...) Los libros, esos objetos preciosos que nunca desaparecerán mientras no desaparezca el ser humano y haya un solo ser sobrehumano, un santo como Francisco Cumpián, que siga amándolos apasionadamente". Sí, escribimos "fue" porque Cumpián ha fallecido este fin de semana, a los 74 años, dejando huérfana la tradición de la tipografía a plomo y huérfanos a todos los poetas a los que imprimió y editó con mimo exquisito y respeto absoluto.  

Nacido en Antequera en 1951, marchó muy joven a Madrid: fue para pasar una semana y se quedó diez años. Allí creó la mítica tertulia del café Manuela, con Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite y Agustín García Calvo, entre otros; también fundó revistas como 'Bayoneta': "Franco nos metió en la cárcel al día siguiente de sacarla. Nos la pasamos escribiendo en una pizarra: Vota, vota, pelota", contó una vez en un recital. 

Al regresar a su Málaga natal compró una imprenta y se dedicó a continuar la tradición de la Málaga impresora, la de Rafael León, Altolaguirre y Prados, la de la revista 'Litoral'. "Se me puso delante la posibilidad de comprarme una imprenta tipográfica cuando ya nadie las usaba. Yo era un enamorado de los libros que hacían Altolaguirre y Prados en la Imprenta Sur. Cuando decidí comprar la imprenta, en Madrid quedaban tres o cuatro, y no hacían libros de poesía, la usaban para tarjetas de visita y cosas así. Y cuando yo compré la mía todavía quedaban dos casas que hacían letras en plomo, una en Madrid y otra en Barcelona, y aproveché para comprar varias familias que me han durado todo el tiempo que he estado trabajando", recordó Cumpián para la revista 'Staf'.

Recitales de poesía

Decía Jesús Aguado, el poeta, que Cumpián debería aparecer en el libro Guinness de los Récords como la persona que ha organizado más recitales de poesía en el mundo. No exageraba. Uno de ellos, afortunadamente, sigue entre nosotros: el festival Irreconciliables, dedicado, cómo no, a los versos menos acomodados. También fundó una librería, Árbol de Poe, emblema de la poesía malagueña, además de colección editorial en la que se cobijaron autores de aquí y otros de la predilección de Cumpián. Lógicamente, se arruinó. Pero no cejó en su empeño: se dedicó exclusivamente a la edición artesanal en un taller destartalado pero mágico, que expresaba el sencillo magisterio de su propietario. 

Hace unos años dejó de imprimir. El tiempo pasa por todos, también por los tipos. "Siempre me ha apasionado la posibilidad de componer los libros letra a letra, pero, con el tiempo y por razones diversas, ya no era posible. Las letras se gastan y se vuelven romas y ya no dan la calidad debida. No hay letras ni tampoco tinta, porque la tinta que usaban para la imprenta tipográfica ya no hay, ahora hacen una que se seca en un día; entonces imagínate que yo tengo que limpiar los catorce rodillos de la máquina todos los días, es insostenible", explicó Paco en 'Staf'. 

Así que decidió vender todas sus propiedades para recalar en una de las ciudades que le habían asombrado a lo largo y ancho de sus múltiples viajes por el mundo: Chaouen, en Marruecos. "Moriré junto a una esquina / con el dolor doblado bajo el brazo / moriré lejano / en un país lejano / donde no me conozcan / en la terraza / estarán floreciendo olvidos / las nubes en el cielo / jugarán con la luz y con la sombra", escribió en su último poemario, 'Confín' (Letraversal, 2022). Y así ha sido. Descanse en paz.

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