Presentación

Presentación del ensayo 'Teoría del exceso', del escritor y filósofo Jesús Camarero

Jesús Camarero presenta su ensayo en El Tercer Piso, de la Librería Proteo, este miércoles a las 19.00 horas con entrada libre

El ensayista y filósofo Jesus Camarero.

El ensayista y filósofo Jesus Camarero. / L. O.

'Teoría del exceso' es un ensayo del filósofo y escritor Jesús Camarero, galardonado con el último Premio Ciudad de Valencia de Ensayo Celia Amorós y publicado por editorial Renacimiento, que trata sobre cómo el exceso ha alcanzado todos los ámbitos de la sociedad y como ello está llevando a la humanidad a un desastre previsible. La producción en masa, el consumismo, el transporte, el trabajo, las relaciones, la alimentación, la comunicación, los viajes, el ocio y la diversión actuales están sometidas a esta “excesividad”, competividad y sobreabundancia con una dependencia absoluta de la tecnología. El próximo miércoles 18 de junio, a las 19 horas, estará en El Tercer Piso de Librería Proteo Jesús Camarero, autor de este ensayo donde no sólo analiza y denuncia, sino que también ofrece soluciones a un futuro sombrío. Lo presentará la escritora Fátima Frutos y moderará la sesión Héctor Márquez. Con el patrocinio de Fundación Unicaja. Entrada libre.

Teoría del exceso

'Teoría del exceso' es un ensayo que enfrenta la compleja situación que vive nuestra sociedad actual, acuciada por múltiples problemas, algunos de ellos tan graves como el de la guerra y la crisis ecológica. Galardonado con el ‘XLII Premio Ciudad de Valencia de Ensayo Celia Amorós’ por un jurado formado por Rocío Gil, Francisco Carreño, Laura Freixas y Marina Gilabert, ha sido publicado por la editorial Renacimiento. Su autor, Jesús Camarero, aborda el análisis de un fenómeno transversal, directamente relacionado con esa situación: el ‘exceso’ que se está produciendo en todos los ámbitos de la vida humana y que podría llevar a la humanidad a un desastre previsible, razón por la cual el libro recorre todos los ámbitos de la actividad y de la experiencia del ser humano actual en el contexto de las sociedades más avanzadas.

El exceso alcanza, hoy en día, a todos los ámbitos y manifestaciones de lo humano: la producción en masa, el consumismo, el transporte, el trabajo, y también la comida, los viajes, el ocio, la diversión. Todo ha sido llevado al límite de la excesividad. Y allí se ha producido el problema para el propio ser humano a causa de esa misma excesividad. Este ensayo es una crítica de la ‘excesividad’, de la sobreabundancia, y contiene una advertencia sobre la situación actual, en la que se han sobrepasado ciertos límites en todos los ámbitos de la existencia y de la actividad humana. Todo ello apunta a la culminación del proceso en la tecnologización de todos los procesos que afectan a la humanidad, dando lugar a la ‘tecnocracia’, el imperio de la tecnología al que estamos sometidos en nuestras acciones a diario. Esta fase tecnocrática de la historia de nuestra sociedad se detecta claramente en algunos fenómenos como el abuso de los dispositivos tecnológicos y de los procedimientos a ellos asociados, con problemas como la conexión permanente a las máquinas, el sometimiento de la voluntad a los protocolos, la renuncia a la memoria y a la imaginación, el consumo desorbitado de materiales y de energía, o el aumento del aislamiento y de la segregación de individuo.

Hay múltiples factores psicológicos y sociológicos que se detectan en esta especie de crisis del ser humano sometido a la tecnocracia propia de la excesividad, como por ejemplo: la excesiva velocidad, en todos los ámbitos, como si el individuo compitiera consigo mismo; el excesivo consumo de bienes de todo tipo, con un gasto inmotivado, gratuito e innecesario, que implica una falta de recursos y crisis económica; la insolvencia empática, típica de un sujeto egoísta; el hedonismo mal entendido, acompañado de un disfrute efímero, propio de vicios adquiridos; el abuso de la tecnología en forma de entretenimiento, asociado al aburrimiento y a la desculturalización; el individualismo radicalizado; algunos problemas serios en el nivel cognitivo, por ejemplo, el déficit de atención; la obsesión permanente por el espectáculo; la superficialidad típica de las personas no reflexivas, intelectualmente incompetentes por comodidad o inacción; cierta inmadurez, desinformación y desconocimiento, debido a disfunciones en el proceso de formación; la ociosidad compulsiva, la obsesión por no hacer nada o hacer cosas gratuitas que le distraigan; la indolencia, añadida al exceso de autoprotección y ensimismamiento; la ingenuidad calculada del ego social; falta de interactividad o relación interpersonal; cierta mitomanía, prefabricada e intrascendente; la necedad moral, pues no sabe qué debe hacer o ignora las pautas básicas de comportamiento; un ser excesivamente solitario, aunque no del todo antisocial; se asusta con facilidad, incluso de sí mismo, pues desconfía de sí mismo y de los demás; no le resulta fácil verbalizar sus experiencias; tiene un subrayado gusto por el minimalismo; se encuentra nervioso, debido a su actividad gratuita constante.

En clave filosófica existencial y social, encontramos que este ser humano actual se parece al ‘hombre-masa’ de José Ortega y Gasset, al ‘extranjero’ de Albert Camus, al ‘hombre unidimensional’ de Herbert Marcuse o al ‘hombre líquido’ de Zygmunt Bauman; sin olvidar las teorías de la ‘obsolescencia del hombre’ de Günther Anders, el síndrome de la ‘desaparición’ de Paul Virilio, el ‘cinismo’ y el ‘extrañamiento’ de Peter Sloterdijk, la ‘secularización’ y ‘desideologización’ de Peter Watson, o el ‘humanismo trascendental’ de Luc Ferry.

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