Baloncesto

Desde el salto inicial, decididos a ser líderes de grupo

Con cabeza. El Unicaja, con brillantez y bajo la dirección de Aíto, midió y controló a la perfección cada pasito que dio.

Con cabeza. El Unicaja, con brillantez y bajo la dirección de Aíto, midió y controló a la perfección cada pasito que dio. / Arciniega

rafael m. guerra. Málaga

Desde el salto inicial, el Unicaja fue a por el primer puesto del Grupo A de la Euroliga. Para retenerlo necesitaba derrotar al Maccabi. Ésa fue la única teoría que manejó Aíto García Reneses. Para los estadistas existía otra opción, siempre y cuando cayera el Olympiacos. O se perdiera por sólo seis puntos ante el Maccabi. Pero el Unicaja nunca miró otras posibilidades. Creyó en sí mismo. Desde que el reloj echó a andar. Y conservó, con brillantez y autoridad, una primera posición privilegiada.

La noche de Internet se quedó en la noche del Carpena. Porque, para tener en cuenta otras alternativas y poner a funcionar la calculadora, el Unicaja debía caer en casa. Y eso jamás tuvo pinta de producirse. El increíble arranque de los verdes privó al cuadro de Tel Aviv de albergar esperanzas.

Para colmo de dichas, las noticias que llegaban desde Atenas eran inmejorables. El todopoderoso Olympiacos caía en casa, en un semivacío palacio de La Paz y la Amistad, ante el Le Mans.

Eran rentas cortas al principio que crecieron tras el descanso. Ni la baja por lesión de la estrella americana Childress puede servirle de excusa al cuadro griego que, quizá desmoralizado por lo que sucedía en Málaga, tiró la toalla.

Porque en el Carpena no se estaba dispuesto a arrojar por la borda el primer puesto del grupo. Ni las intentonas macabeas (58-47) pusieron nervioso a un Unicaja más completo y capaz: 80-61.

Ante semejante panorama, en Atenas se temieron lo peor. Y así les fue. Los franceses le ´comieron´ la moral al cuadro de Giannakis (44-55). No hubo reacción en el cuarto final. El americano Spencer tiró del carro galo y esos 11 puntos se mantenían al ecuador del acto decisivo: 56-65.

En casa seguían los minutos mágicos que ofreció el plantel costasoleño. El bocinazo instauró el 92-69 final. En Atenas, sensacional triunfo del Le Mans: 68-78.

Nada se movió en la noche. El Unicaja acabó como empezó, primero y cabeza de serie. El Olympiacos, a pesar del patinazo, segundo. Y el Maccabi, tercero.

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