Seguridad extrema y civismo en un partido en el que Gaza estuvo presente

La realidad siempre supera a la ficción. Policía, helicópteros, agentes de la secreta, medidas de seguridad extremas y mucho, mucho miedo a que pasase ´algo´. Ingredientes propios de una película de ficción al más puro estilo ´hollywoodense´ pero situaciones inverosímiles en el día a día que sin embargo vivieron ayer en primera persona los aficionados cajistas que acudieron al encuentro entre el Unicaja y el Maccabi de Tel Aviv.

Ésta es la crónica del otro partido, el que los cuerpos de seguridad del Estado jugaron contra el ´enemigo fantasma´. Y es que el temor a un hipotético atentado al equipo macabeo en su visita a Málaga desató un dispositivo de seguridad propio de un jefe de Estado. Por fortuna, el Maccabi, orgullo nacional del gobierno de Israel, se marchó del Carpena sin ningún rasguño, salvo los deportivos.

Porque si alguien temía por alguna acción aislada que perjudicara al club, no la hubo. Tampoco nada que salpicara al impoluto expediente cajista. El Carpena volvió a dar una demostración de civismo en un partido sumamente politizado y donde más de uno se olvidó del deporte y dio paso a las reivindicaciones y los gritos a favor del pueblo palestino. Nada más.

Máxima tensión. Si dentro del Martín Carpena todo fue más o menos correcto, fuera se vivió otra historia. El momento de máxima tensión comenzó una hora antes en las inmediaciones del pabellón entre la policía y algunos de los integrantes de una manifestación no oficial en favor de Palestina y contra la intervención militar israelí en Gaza que se congregó en los aparcamientos del centro comercial Carrefour.

Las 50 personas que integraban la protesta se desplazaron pacíficamente hasta el pabellón con la única identificación del pañuelo palestino -kefia- como medida de protesta. Sin embargo, a 30 metros de la entrada al recinto un cordón policial le impidió el paso. Fueron momentos tensos en los que hubo empujones y algunas palabras más altas que otras. Los agentes exigían para acceder la entrada para tomar nota del asiento; los manifestantes se negaban de cualquier manera alegando incluso que algunos tenían la intención de sacar su localidad en las taquillas.

"Los chorizos estarán contentos con vosotros aquí", afirmaba a gritos una manifestante. "Son medidas extremas y sin entrada no se puede pasar", contestaba un agente. Finalmente, y no sin tensión y malestar, aquellos que tenían ya su localidad pudieron acceder al recinto. El resto no.

Llegada de película. Mucho antes, el Maccabi hizo su entrada al recinto al más puro estilo de las películas de acción. Con cerca de un centenar de policías vigilando cada metro cuadrado del exterior del Carpena y separados por apenas 25 metros de distancia, el recinto verde era ayer uno de los lugares más seguros del mundo. Cada flanco del pabellón estaba controlado milimétricamente y el autobús macabeo hizo acto de presencia a las 18.50 horas. Dos motocicletas, dos furgonetas de la policía, un vehículo de los secretas y el autobús con los cristales tintados completaban la comitiva que entró al recinto del pabellón a gran velocidad y apoyado por un helicóptero desde las alturas. El propio Steven Spielberg podría haber preparado el dispositivo, pero no lo hizo porque la amenaza era real y cualquier precaución era poca.

Partido politizado. Una vez dentro, para la gran mayoría de los aficionados del Unicaja el partido ante el Maccabi sólo era el encuentro decisivo para acabar cabeza de serie en el ´Top 16´. Otros, sin embargo, lo convirtieron en un acto político. Con numerosos kefias colgados al cuello como acto de protesta, los gritos de ´Palestina, Palestina´ se hicieron escuchar más de una vez en el Carpena. Numerosas pancartas de ´Paz´ y alguna que otra bandera de Palestina. La leyenda más ofensiva rezaba, en inglés: ´Israel, sois los nuevos nazis y los nuevos terroristas´.

Sin motivo para la alarma durante todo el partido, sólo un grupo de unas 20 personas intentaron ir más allá. Mostraron sus pañuelos y banderas de Palestina desde el primer anfiteatro, pero en un momento del encuentro intentaron bajar a la pista. La seguridad del Carpena se lo impidió no sin tensión y empujones. Poco más. Al final, la visita del Maccabi quedó en una más y el Carpena vivió una noche de película.